domingo, julio 12, 2009

Lo que uno quiere


Hay una frase hermosa con la que Neil Gaiman comienza su historia Coraline, es de G. K. Chesterton. Habla acerca de la frontera que se construye entre lo imposible y lo posible, o entre lo fantástico y lo real. Dice así:
Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos.

En ese sentido, lo que plantea Gaiman, a través de Chesterton, es esa idea de que lo que dicen realmente los textos hay que buscarlo en las cuestiones profundas y no sólo en la superficie. Uno tiene que buscar la forma, no de dejarse abrumar porque los dragones (o los mostros debajo de la cama, o las personas horrendas) existen, sino porque el hombre siempre ha tenido la posibilidad de destruirlos. En esto hay mucho de ingenuidad, pero también mucjo de esperanza.
          Coraline sería un ejemplo de eso, ella CREE que le gustaría que sus padres fueran de determinada manera y, en un momento, tal cuestión se convierte en realidad... a medias. La niña tendrá que pasar por un proceso en lo que queda claro es que en la vida real, algunas cosas apestan, pero también hay otras que nos brindan esperanzas a raudales.
          ¿Cuántas cosas no hemos creído que serían mejores si fueran como nosotros las hemos imaginado? ¿Cuántas de ésas realmente serían mejores? ¿Cuáles no son más que espejismos de falsos deseos? ¿Cuántos...?

2 comentarios:

El Corsario Negro dijo...

¡Excelente entrada!

Muchas gracias, me ha hecho alegrarme.

Pablo dijo...

Muy buenas amigo. Siempre es agradable entrar aquí y curiosear por tu blog. Nada más tenía una pregunta, viste la película o leíste la novela??