miércoles, julio 02, 2008

Trabajar


Va más de una persona que se admira y abre tamaños ojotes cuando les digo que este año no saldré a ningún lado de vacaciones. Estaré trabajando en los textos de mi tesis de Maestría y preparando mis cursos, tanto los de la Universidad (tengo dos cursos en la Iberoamericana, uno para historiadores y otro para estudiantes de letras)como los de la preparatoria en la que trabajo cotidianamente (me tocan grupos con los que revisar el siglo XIX: Neoclasicismo, Romanticismo, Realismo y Modernismo); revisando textos del libro de cuentos que estoy escribiendo sobre la Sierra Norte de Puebla; preparando un proyecto de radio para Lazo Latino y Unión; y leyendo los primeros textos para el segundo número de Nostromo. Alguien dijo que estoy enfermo, que soy un workahólico. Es decir que mi forma de comportamiento con respecto al trabajo resulta, para varios, enajenante y patológica.
          Mi padre tendría serias objeciones acerca de considerar al trabajo como una enfermedad. En ese sentido, es uno de los enfermos más resistentes, necios y constantes que la dichosa alteración de comportamiento tiene en el ser humano. Igual y en una de ésas (me encantan las frases que no significan nada pero que dicen mucho) es genético y ¡chin!, me jodí.
          La cuestión es que me gusta. Adivino más ojotes de gente leyendo esto. Disfruto estar haciendo cosas y disfruto mucho terminarlas. Eso me da oportunidad de tomar nuevos proyectos y actividades. Me gusta el cansancio que otorga el trabajo, dejarme caer en la cama y sentir que se puede vivir. No busco hacerme rico. Entiendo que hay maneras más rápidas y eficientes de hacer billete que trabajando. Simplemente quiero sentir que soy útil, que puedo dar a los demás, que nunca me voy a avergonzar del dinero que traiga en la bolsa; porque todo eso es fruto del trabajo. Alguien estará pensando en Max Weber y La Ética protestante y el espíritu del capitalismo. Pero tampoco. No me considero esencialmente religioso. Mi familia sí lo es y lo disfruta. Yo no. Y también disfruto esa postura entre cínica y abierta a la sorpresa.
          Simplemente disfruto trabajar. Como disfruto tomarme una cerveza con mis amigos. O leer un buen libro. O ver durante horas la temporada recién adquirida de Boston Legal. O bañar a mis gatos. O tomarme un café. O hacer el amor. O escuchar música a todo volumen. O manejar en carretera con las ventanillas abiertas.
          Sí, también yo sé que la vida no es sólo trabajar. Pero eso también me gusta. Qué enfermo, ¿no creen?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es enfermedad. Es solo un buen trabajo, y que te gusta hacer.

El trabajo ennoblece y enriquece al trabajador, a su familia y a su comunidad. ¿Qué mejor que una sociedad que trabaja para obtener un buen nivel de vida? ¿Qué mas podemos pedir que una comunidad comprometida con su bienestar?

La idea de las vacaciones y los retiros son para los flojos, los demagogos y los dueños de los hoteles de playa. Es bueno ir a pasear y a conocer, y es bueno tomarse unas vacacioens para ello, pero no tener vacacones sin razón o sentido, mas que gastar el dinero que obtuvimos con nuestro trabajo.

Una referencia: http://www.slate.com/id/2170230/

Anónimo dijo...

Que famoso te has vuelto: le explicas al mundo donde estas y por donde has estado estos últimos meses; no estas en tu condición de modelo de bote, en pasarelas en un desfile de bohemios y carta-blancas, agarrando algún muro en una fiesta decadente, o tomando el fresco de la noche moribunda. sabemos que estas trabajando lo sabia antes de leer esta tu carta al mundo.

Lo que en realidad yo se de ti, es que estas ahí

PVOT?... dijo...

ahhhhhhhhhhhhhhh noooooooooooooooo por quéeeeeeeeeee me copiasteeeeeeeeeee jajaj yo tampoco voy a salir este año, porque es el año de terminar la tesis jijiji
besotes.