jueves, julio 10, 2008

Rinconcito donde hacen su nido...


Un día como hoy (como dicen los mamones que se esmeran en parecer actuales y en estar dando contexto histórico con algo que solamente es dato vacío), pero, bueno, decía, un día como hoy, pero en 1519 se fundó la primera ciudad española en México. Me refiero a la Villa Rica de la Vera Cruz ("el pueblo generoso de la cruz verdadera"), que hoy es, Veracruz de Ignacio de la Llave. el responsbale fue Hernán Cortés. Fue el primer ayuntamiento en la América continental, sirva mencionar que sus primeros gobernantes fiueron Alonso Hernández de Portocarrero y un Francisco de Montejo, que después iría a territorios mayas a conquistar lo que hoy es Yucatán y Campeche, su hijo, del mismo nombre tendría a bien (?) fundar la ciudad de Mérida y le daría a la ciudad el pretexto para que su calle principal se llame Paseo Montejo. También le dio pretexto a una cervecería para que le pusieran nombre a una cerveza que a mí se me hace muy amarga y pretenciosa, pero que a mucha gente le gusta.
          La divagación viene a cuento porque me parece que este es uno de los actos fundacionales de la historia de México. No sólo en el sentido de la efeméride, sino en términos de que ahí iniciaba algo que no ha terminado de concluir: la transformación de la identidad cultural del mexicano. En esa Villa Rica comienza el andar de los españoles que hambrientos de oro y de fortuna buscaban encontrar la riqueza que a Colón le habían negado las islas del Caribe (que aún no existían como destino turístico). Ahí también Cortés se da cuenta que Malitzin, una princesa dada en tributo en territorio maya apenas tres meses antes, sabe náhuatl y la toma como su intérprete, a pesar de que ya se la había regalado a Portocarrero. En fin, que en Veracruz se puso de manifiesto, también, la poca habilidad lingüística que los españoles tenían, y la nula voluntad para intentar comprender a culturas que, de entrada, consideraban como inferiores.
          Todo esto viene a cuento porque Veracruz es uno de los lugares que más disfruto y en donde he tenido experiencias que me han marcado personalmente. El puerto es uno de los lugares en los que no dudaría establecer centro de operaciones. Es una ciudad que se presta para la escritura, la reflexión, la fiesta y el amor. Una nostalgia recorre sus playas inquietas, sus "nortes" repentinos y su muelle descuidado. Por algo Agustín Lara (que nació en Tlatlauquitepec, Puebla y cuya casa acaba de ser vendida por la hermana sobreviviente), prefirió ser jarocho que poblano. Algo que no se justifica, hasta que se disfruta del café del puerto.
          En fin. Nostálgico post. Por cierto, con Cortés también venía el rubio Pedro de Alvarado, un capitán bastante hijo de puta que, dice la leyenda, era tan mal hablado que su herencia expresiva llega hasta los habitantes actuales de la ciudad que rodean la laguna de Alvarado. Pero esa es otra historia, como decía el gordo de un banco desaparecido.

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