viernes, julio 11, 2008

Estaba un día el Santos blogueando...


Durante la década de los noventa, década genial en muchos sentidos, salió a la luz una de las glorias de la historieta mexicana: el Santos. Con acta de nacimiento en la revista La Croqueta y La mamá del abulón, de Guadalajara, el Santos (dibujada a cuatro manos por José Ignacio Solórzano [Jis] y Trinidad Camacho [Trino]) se convirtió en un fenómenos dentro del mundo de las tiras cómicas.
          En un mundo editorial en el que los refritos de las tiras norteamericanas y la transgresión entendida desde la inteligencia de Mafalda o el cinismo de Boogie el Aceitoso dominaban el panorama, el Santos venía a ponerle el grado de guarrez propio del caso. Parodia del inconfundible "Enmascarado de Plata", el Santos, junto al Cabo, el Peyote Asesino, el Diablo Zepeda, la Cuquis Corcuera, el Charro Negro, los zombis de Zahuayo, los gamborimbos, Godzila, las Poquianchis del Espacio, los cerdos Gutiérrez, y demás, hiceron las delicias de los lectores aferrados a las Histerietas de la antigua Jornada, y del Chahuistle (luego El Chamuco) de Rius, Helguera y compañía. Actualmente, en Ediciones B, van por la segunda docena de volúmenes. Un clásico.

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