miércoles, julio 16, 2008

Pérdidas


A lo largo de la vida las pérdidas más dolorosas son aquellas en las que se pierden cosas que nunca llegaron a pertenecernos del todo. Lo que sólo estuvo en el futuro, como perspectiva, como posibilidad, como "que tal si..." es fácilmente abandonable. Se va como las hojas de los árboles en el otoño de los arroyos de lejanas montañas. Lo doloroso de verdad es aquello que en determinado momento se concibió como presente posible. Como realidad deseable. Como la vida que queremos vivir. Y que algunos comenzamos a vivir sin permiso y a escondidas. Y después resulta que todo fue espejismo, sueño y eterna probabilidad en el futuro.
          En mi vida. Corta por la ausencia de grandes momentos. Más bien una vida normal de constancias simples y certidumbres necesarias. En mi vida ha habido pocos momentos en los que reconozca pérdidas importantes. Hoy fue un día de ésos. Hoy es un día en que me siento un poco mutilado a pesar de saberme entero. El dolor que siento es auténtico y durará, supongo, el tiempo justo y necesario.
          Tal vez la frase inicial de este post sea incorrecta. Tal vez las pérdidas más dolorosas sean aquellas en donde lo que creíamos nos pertenecía ni siquiera se percató de nuestra existencia. De nuestra verdadera existencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Edgar... Nada más para agradecer la cita que dejaste allá en la bitácora. Saludos y suerte.

Anónimo dijo...

Por supuesto que son dolorosas las pérdidas, de cualquier tipo. Sin embargo creo que cuando uno sabe que lo que se está perdiendo es la felicidad debemos de hacer algo más que sólo decir "Si tiene que pasar, pasará". Soy de las que piensa que hay que hacer que las cosas sucedan y no esperar que el tiempo o el destino (odio esta palabra)sean los que no dén o nos quiten pues si vivimos de esta forma sólo nos convertimos en simples espectadores de nuestra propia vida.