viernes, julio 04, 2008

Umbrales



Quise entrar cuando vi las puertas casiabiertas.
Las cortinas corridas, el sol en pleno.
De un tiempo a esta parte traigo mi maleta a cuestas.
Quise mirarla sin usar mi espejo
(herencia de Perseo mitológico).
Toqué la orilla de su falda de piedra
y se incendió en besos de repente.
Me alojé en su lecho, ya en campaña,
pero los recuerdos la persiguen inclementes.
Bebí de su cáliz larga lágrima
dolor viejo de heridas sin destino.
Soñé que todo sueño ha sido.
Pero su respiración me habita y me sumerge.
La tengo en mis dedos y resbala,
río abajo, mar revuelto, lluvia a veces.
El viento cerró la puerta.
Y yo estoy afuera tiritando.

1 comentario:

Jo dijo...

... en el umbral de la puerta a veces espero... y a veces si miro de cerca se que esta del otro lado del espejo...