Juan José Cortés es un gitano. Es un luchador. Es un hombre doliente. Es un vendedor ambulante. Es un predicador protestante. Y es, también, el padre de una hija ausente. Una hija arrastrada por la marea del asesinato y de la pederastia. Fiel a sus creencias religiosas decidió no buscar justicia por propia mano, sino permitirle al aparato judicial español que resarciera los daños que se le habían causado. Que el Estado español hiciera valer su papel de regulador social. Y debía hacerlo con un tipo reincidente que llevaba tras sí cuatro acusaciones similares a las del asesinato de Mari Luz, que así se llamaba la hija muerta y ultrajada.
Y resulta que en España no existe la cadena perpetua. Es algo que atenta contra los derechos de las personas, según los detractores. Y Juan José y su familia, sobre todo el padre, se han dedicado a recoger firmas para evitar que este tipo de criminales vuelvan a salir a las calles. Uno entonces se pregunta: ¿cuánto pesa la justicia?, ¿a qué sabe el dolor de una persona como Juan José?, ¿cómo medimos el daño que le hacemos a los demás?
Y en México, aún hay quien considera a Lidia Cacho una protagónica y exagerada. Desde acá una firma más, que no es española pero sí convencida.
La historia completa acá.
Y resulta que en España no existe la cadena perpetua. Es algo que atenta contra los derechos de las personas, según los detractores. Y Juan José y su familia, sobre todo el padre, se han dedicado a recoger firmas para evitar que este tipo de criminales vuelvan a salir a las calles. Uno entonces se pregunta: ¿cuánto pesa la justicia?, ¿a qué sabe el dolor de una persona como Juan José?, ¿cómo medimos el daño que le hacemos a los demás?
Y en México, aún hay quien considera a Lidia Cacho una protagónica y exagerada. Desde acá una firma más, que no es española pero sí convencida.
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1 comentario:
Ya esta el nuevo mapa de Ciudad Hermes. De regreso por la bloggsfera. Un saludo.
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