Los demonios miraron
al hombre perdido
que sin más ceremonias
ni dolor aparente
tomó la ardiente espada
entre sus manos
y saludando al sol
y a su reflejo
asestó golpes mortales
a la piedra
negra luna
gris espejo
de su propio
amortajado
corazón.
al hombre perdido
que sin más ceremonias
ni dolor aparente
tomó la ardiente espada
entre sus manos
y saludando al sol
y a su reflejo
asestó golpes mortales
a la piedra
negra luna
gris espejo
de su propio
amortajado
corazón.
1 comentario:
Hola
Te llame hace una rato a tu celfon pero no tuve suerte.
Espero estes muy trabajosito, ya sabes yo echando panza.
Un abrazo desde las tierras del norte.
r.
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