Por las calles las angustias se diluyen
bajo el ritmo inclemente de los zapatos
rotos de pretensiones olvidadas.
Miramos el cielo cuajado de semáforos
líneas verticales mostrándonos la dirección
que debemos seguir so pena de caer,
otra vez, en el intento.
Pero pasan las cosas simples,
los perros jadeando, las madres riñendo,
aquella mujer de la esquina que me mira de reojo
y pasa presumiendo que nunca nos volveremos a ver.
Mis pies gastados se quejan de lo simple
que resulta echar a caminar sin ningún miramiento,
las rodillas siguen reclamando lo que dejamos atrás tiempo.
(Tiempos mejores de sonrisas no fingidas)
Hoy quiero descansar tirado sobre el pasto
mojado de mi propia reflexión,
si pasas por donde estoy, no preguntes nada,
recuéstate a mi lado y, lentamente,
(al fin y al cabo sabré que eres tú)
tómame fuerte de la mano,
que aquí comienza un nuevo camino.
1 comentario:
Hola, Adrián. Veo que has estado muy poético en los últimos "Posts", eso me alegra, siempre es bueno leer poesía. ¿Cómo has estado? Te cuento que la presentación del libro fue buena, me agradó. A mediados de enero me voy de intercambio a España, a ver qué tal. ¡Pumas bicampeón!, jejejejeje.
¿Qué pasa con la página de Ira?, ¿dónde se metió? Si la ves, la llamas o hablas con ella, salúdala de mi parte, dile que no deje su blog abandonado.
¡Salucita, Adrián!
¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!,
Guillermo
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