Para Carranza, ya como encargado del gobierno, quedó claro que lo importante era terminar con la violencia e intentar pacificar al país. Por esta razón comienza a profundizar en las medidas a favor de los obreros que Madero había iniciado, de la misma manera, se estudia la posibilidad de modificar la estructura de la propiedad agraria. Sin embargo, esto no es suficiente, derrotado el ejército de Huerta, los generales restantes, haciendo evidentes sus diferencias, comienzan una guerra indiscriminada entre ellos.
Carranza, en aras de establecer un pacto nacional, convoca a una convención nacional en la ciudad de México a la cual sólo asisten simpatizantes del jefe máximo. Por su parte, los generales restantes deciden llevar a cabo otra convención en la ciudad de Aguascalientes. En ésta, se llegan a varios acuerdos entre los que sobresalen que la convención se declara soberana y desconoce el gobierno de Carranza. Los zapatistas piden que se reconozca la necesidad de adoptar los principios del Plan de Ayala para iniciar los cambios a nivel nacional. Carranza huye a Veracruz y se prepara a enfrentar a los que considera insurrectos.
Diciembre de 1914 es un día simbólicamente importante para la historia de México. En estas fechas, Francisco Villa y Emiliano Zapata llegan a la ciudad de México y entran a Palacio Nacional. El gobierno parecía estar en manos de los dos movimientos con raíces más populares de los que se encontraban en conflicto en ese momento. Álvaro Obregón, mientras tanto, se alía con Carranza y, a partir de 1915, inicia lo que se denomina la “guerra de facciones”.
La situación de violencia se agrava por variadas razones. En el caso de los representantes de la Convención de Aguascalientes, éstos se enfrentan a la desconfianza mutua, al abandono de la clase media debido a su incapacidad de organización, por lo que pronto se ven abandonados. Los constitucionalistas reconocen a Carranza como jefe único. Del lado opuesto, las ideas chocan por los diferentes propósitos que persiguen: los villistas plantean la necesidad de tener control militar sobre todo el territorio; los zapatistas insisten en el establecimiento de su proyecto agrario como condición para la pacificación y término de su protesta. Debido a los constantes enfrentamientos, la economía se ve afectada de manera severa; las armas aumentan de precio debido a la demanda que establece Europa, donde se ha desatado la Primera Guerra Mundial.
En ese contexto, los constitucionalistas comienzan a generar más simpatías debido a diversas acciones, como el acceso que la clase media tiene a los puestos de gobierno y la aceptación que comienzan a generar entre grupos populares al ofrecerles cambios significativos en su situación social. Para finales de 1915 es evidente que el ejército constitucionalista ha vencido. En octubre de ese año, el gobierno de Carranza obtiene el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos, lo que se convierte en una legitimación de facto.
Al año siguiente, esto es en 1916, los carrancistas comienzan a revertir la tendencia de generación de reformas sociales que les permitía cierta cercanía con las clases populares. Coincide con los primeros preparativos para la convención que daría luz a la Constitución el año siguiente. Ésta, se constituye en la cristalización del proyecto de nación impulsado y anhelado por los carrancistas, tanto los huertistas sobrevivientes como los convencionistas de Aguascalientes (es decir, zapatistas y villistas) quedaron al margen de la elaboración de las leyes que emanarían de esa constitución. En lugar de representantes de las clases y facciones populares, los delegados que dieron a luz a la Constitución de 1917 eran representantes del catolicismo social, ex seguidores de Bernardo Reyes y maderistas que se habían adaptado a la nueva situación.
Es en este momento en el que se tiene que establecer un rompimiento clave en el proceso revolucionario. Antes de la promulgación de la Constitución Política, la Revolución Mexicana se concibe como un proceso armado, en muchos sentidos popular y evidentemente rural; el proceso constitucionalista establece un proceso regulador, de construcción de instituciones básica y necesariamente urbano. En este sentido, la constitución del año 17 tiene un mayor sentido práctico que sus predecesoras, mientras la constitución de 1857 era un documento doctrinario y casi utópico, la de 1917 atendía la realidad transformada por el proceso armado.
La entrada en vigor de la Constitución no garantizó, no obstante, el fin del proceso. La Carta Magna establecía una nueva forma de comprensión del poder, la ley y la autoridad. En este sentido, existía una dificultad obvia para establecer un gobierno democrático en una realidad que seguía comportándose según las actitudes heredadas por un autoritarismo incuestionable y con territorios en caos a causa de los diversos grupos armados que sobrevivían en distintos territorios.
Los más reacios a adoptar los principios de la nueva constitución fueron aquellos a los cuales afectaban más las nuevas disposiciones: los beneficiarios del régimen anterior y el ejército. Por esta razón, diversas rebeliones se desarrollan en regiones donde estos elementos tienen presencia. Sobresalen las rebeliones de Félix Díaz, Manuel Peláez (que defiende los intereses de las empresas petroleras establecidas en Veracruz), los llamados “soberanistas” de Oaxaca y diversos finqueros de la zona chiapaneca. El caso del ejército era más complejo, en éste se desarrollaron diversos elementos que hacían conflictiva su adaptación: en general se trataba de un ejército deficiente, indisciplinado y mal armado, que se negó terminantemente a reducir sus atribuciones, esta oposición llevó muchas veces a ejercer abusos sobre la población civil y las comunidades, algo que se bautizó con el nombre de “carranceo”. El proceso de Carranza se verá inmerso, también, en la situación que derivó del conflicto internacional de la Primera Guerra Mundial: EU presionará de manera constante a fin de que México se declare a favor de los aliados, sin embargo, la aparición del famosos telegrama Zimermann en el cual los alemanes solicitaban apoyo al gobierno mexicano hizo que los norteamericanos pidieran la cabeza de Carranza, al final los norteamericanos no actúan directamente en contra del gobierno carrancista, pero sí lo conminan a detener las reformas sociales que afectaban a sus empresas y conminan al presidente para que el proceso naciente se dirija hacia la moderación y la institucionalización, antes que a la radicalización total.
Diciembre de 1914 es un día simbólicamente importante para la historia de México. En estas fechas, Francisco Villa y Emiliano Zapata llegan a la ciudad de México y entran a Palacio Nacional. El gobierno parecía estar en manos de los dos movimientos con raíces más populares de los que se encontraban en conflicto en ese momento. Álvaro Obregón, mientras tanto, se alía con Carranza y, a partir de 1915, inicia lo que se denomina la “guerra de facciones”.
La situación de violencia se agrava por variadas razones. En el caso de los representantes de la Convención de Aguascalientes, éstos se enfrentan a la desconfianza mutua, al abandono de la clase media debido a su incapacidad de organización, por lo que pronto se ven abandonados. Los constitucionalistas reconocen a Carranza como jefe único. Del lado opuesto, las ideas chocan por los diferentes propósitos que persiguen: los villistas plantean la necesidad de tener control militar sobre todo el territorio; los zapatistas insisten en el establecimiento de su proyecto agrario como condición para la pacificación y término de su protesta. Debido a los constantes enfrentamientos, la economía se ve afectada de manera severa; las armas aumentan de precio debido a la demanda que establece Europa, donde se ha desatado la Primera Guerra Mundial.
En ese contexto, los constitucionalistas comienzan a generar más simpatías debido a diversas acciones, como el acceso que la clase media tiene a los puestos de gobierno y la aceptación que comienzan a generar entre grupos populares al ofrecerles cambios significativos en su situación social. Para finales de 1915 es evidente que el ejército constitucionalista ha vencido. En octubre de ese año, el gobierno de Carranza obtiene el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos, lo que se convierte en una legitimación de facto.
Somos el Poder Supremo nacional porque hemos sido el Supremo Poder de la Revolución. Nuestro movimiento armado no triunfó de la reacción debido al esfuerzo de uno solo de sus jefes, sino en virtud del concurso que hemos prestado todos para ello.A partir de este momento, los carrancistas comienzan a configurar las condiciones necesarias para concebir la nueva constitución que regiría el destino del país. Pero antes de eso, se tendrían que enfrentar a diversas dificultades, como la resistencia de diversos grupos de poder en los estados del interior a adaptarse al nuevo estado de cosas. Es en esta etapa que se lleva a cabo, por ejemplo, la llamada “expedición punitiva” en donde un batallón del ejército de los EU se lanzó a la cacería de Francisco Villa, en represalia por el asalto que éste había hecho a la ciudad de Columbus.
Y del mismo modo que obedecimos a una sola idea y estuvimos animados de una sola aspiración de redención y de progreso para lanzarnos contra la dictadura, de esa misma manera e impulsados por los mismos sentimientos, nos hemos reunido en esta Convención, ya no para derrocar y para destruir, sino para organizar y construir al nuevo Gobierno Republicano en el cual se han de sintetizar todos nuestros ideales y todas nuestras tendencias.
Esta Convención es soberana, porque en ella están sintetizadas la fuerza y el pensamiento de la Revolución.Manifiesto de la Convención de Aguascalientes,
6 de noviembre de 1914.
Al año siguiente, esto es en 1916, los carrancistas comienzan a revertir la tendencia de generación de reformas sociales que les permitía cierta cercanía con las clases populares. Coincide con los primeros preparativos para la convención que daría luz a la Constitución el año siguiente. Ésta, se constituye en la cristalización del proyecto de nación impulsado y anhelado por los carrancistas, tanto los huertistas sobrevivientes como los convencionistas de Aguascalientes (es decir, zapatistas y villistas) quedaron al margen de la elaboración de las leyes que emanarían de esa constitución. En lugar de representantes de las clases y facciones populares, los delegados que dieron a luz a la Constitución de 1917 eran representantes del catolicismo social, ex seguidores de Bernardo Reyes y maderistas que se habían adaptado a la nueva situación.
Es en este momento en el que se tiene que establecer un rompimiento clave en el proceso revolucionario. Antes de la promulgación de la Constitución Política, la Revolución Mexicana se concibe como un proceso armado, en muchos sentidos popular y evidentemente rural; el proceso constitucionalista establece un proceso regulador, de construcción de instituciones básica y necesariamente urbano. En este sentido, la constitución del año 17 tiene un mayor sentido práctico que sus predecesoras, mientras la constitución de 1857 era un documento doctrinario y casi utópico, la de 1917 atendía la realidad transformada por el proceso armado.
VENUSTIANO CARRANZA, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, hago saber:¿Cuáles son las características principales de la Constitución Política de 1917? Primero, establece un poder centralizado en la figura del Presidente de la República y, por extensión, en los representantes del Poder Ejecutivo; diseña un país en el cual el papel del Estado es de importancia fundamental, éste participa de todos los aspectos de la vida social: educación, religión, economía, es decir, plantea un Estado interventor como condición para el control de los aspectos en los que interviene; por otro lado, la constitución resultante tiene una fuerte identidad nacionalista, resultado de la invasión norteamericana durante el periodo huertista y de la expedición punitiva en contra de Villa; finalmente, y para detener el conflicto armado, los delegados constitucionalistas identifican la necesidad de otorgar beneficios sociales a los grupos más vulnerables de la sociedad: campesinos y obreros.
Que el Congreso Constituyente reunido en esta ciudad el 1o. de diciembre de 1916, en virtud del decreto de convocatoria de 19 de septiembre del mismo año, expedido por la Primera Jefatura, de conformidad con lo prevenido en el artículo 4o. de las modificaciones que el 14 del citado mes se hicieron al decreto de 12 de diciembre de 1914, dado en la H. Veracruz, adicionando el Plan de Guadalupe de 26 de marzo de 1913, ha tenido a bien expedir la siguiente:
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS QUE REFORMA LA DEL 5 DE FEBRERO DE 1857.Texto de apertura de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
5 de febrero de 1917.
La entrada en vigor de la Constitución no garantizó, no obstante, el fin del proceso. La Carta Magna establecía una nueva forma de comprensión del poder, la ley y la autoridad. En este sentido, existía una dificultad obvia para establecer un gobierno democrático en una realidad que seguía comportándose según las actitudes heredadas por un autoritarismo incuestionable y con territorios en caos a causa de los diversos grupos armados que sobrevivían en distintos territorios.
Los más reacios a adoptar los principios de la nueva constitución fueron aquellos a los cuales afectaban más las nuevas disposiciones: los beneficiarios del régimen anterior y el ejército. Por esta razón, diversas rebeliones se desarrollan en regiones donde estos elementos tienen presencia. Sobresalen las rebeliones de Félix Díaz, Manuel Peláez (que defiende los intereses de las empresas petroleras establecidas en Veracruz), los llamados “soberanistas” de Oaxaca y diversos finqueros de la zona chiapaneca. El caso del ejército era más complejo, en éste se desarrollaron diversos elementos que hacían conflictiva su adaptación: en general se trataba de un ejército deficiente, indisciplinado y mal armado, que se negó terminantemente a reducir sus atribuciones, esta oposición llevó muchas veces a ejercer abusos sobre la población civil y las comunidades, algo que se bautizó con el nombre de “carranceo”. El proceso de Carranza se verá inmerso, también, en la situación que derivó del conflicto internacional de la Primera Guerra Mundial: EU presionará de manera constante a fin de que México se declare a favor de los aliados, sin embargo, la aparición del famosos telegrama Zimermann en el cual los alemanes solicitaban apoyo al gobierno mexicano hizo que los norteamericanos pidieran la cabeza de Carranza, al final los norteamericanos no actúan directamente en contra del gobierno carrancista, pero sí lo conminan a detener las reformas sociales que afectaban a sus empresas y conminan al presidente para que el proceso naciente se dirija hacia la moderación y la institucionalización, antes que a la radicalización total.
[...] II. Que el actual Presidente de la República, C. Venustiano Carranza, se había constituido Jefe de un partido político, y persiguiendo el triunfo de ese partido ha burlado de una manera sistemática del voto popular; ha suspendido, de hecho las garantías individuales; ha atentado repetidas veces contra la soberanía de los Estados y ha desvirtuado radicalmente la organización de la República.Para 1920 se vivía la primera sucesión presidencial en la nueva etapa constitucional. Carranza intenta imponer a Ignacio Bonillas (un diplomático desconocido para los generales revolucionarios) en contra de Álvaro Obregón. Éste lanza el Plan de Agua Prieta que desconoce la autoridad de Carranza. El ejército no apoya al presidente, por lo que éste tiene que huir de la ciudad de México, antes de llegar a Veracruz es asesinado en Tlaxcalontongo en la sierra de Puebla. La visión de Obregón con respecto de la pacificación del país será opuesta a la de Carranza, mientras éste estaba convencido de que era necesario derrotar militarmente a los ejércitos de Villa y de Zapata (a pesar de que éste había sido asesinado un año antes de la sucesión, sus partidarios continuaban en pie de lucha), aquél estaba convencido de que era necesario integrarlos al nuevo proyecto de nación. Obregón pretendía llevar a cabo el proyecto de pacificación en sintonía con la reconstrucción del país, proceso en el cual llamó a participar a todos los sectores que tomaron parte del proceso armado.
[...] IV. Que habiendo agotado todos los medios pacíficos para encauzar los procedimientos del repetido Primer Mandatario de la Federación por las vías constitucionales, sin haberse logrado tal finalidad, ha llegado el momento de que el pueblo mexicano arma toda su soberanía, revocando el imperio absoluto de sus instituciones y de sus leyes. En tal virtud, los suscritos, ciudadanos mexicanos en pleno ejercicio de nuestros derechos políticos, hemos adoptado en todas sus partes y protestamos sostener con entereza, el siguiente:
PLAN ORGÁNICO DEL MOVIMIENTO REIVINDICADOR DE LA DEMOCRACIA Y DE LA LEYÁlvaro Obregón,
Plan de Agua Prieta,
Hermosillo, Sonora,
19 de abril de 1920.
En el interior de la choza de don Venustiano, las descargas se habían sentido cerradas desde el primer momento. Hendían las tablas por la parte donde estaba acostado él; lanzaban pedazos de las tazas y platos que habían quedado sobre la mesa. Afuera, junto a las tablas mismas, las voces gritaban: “Sal, viejo arrastrado: aquí viene tu padre.” “Sal, viejo: ora sí vamos a cogerte por las barbas.” Y brillaba intermitente, por entre los resquicios, la lumbre de los fogonazos, lo que parecía aumentar dentro de la choza la oscuridad, en la cual, a tientas, todos trataban de levantarse y defenderse.
[...] Suárez y Amador ya estaban en pie. Armados de sus pistolas intentaron salir. Frente a la puerta no había nadie: el ataque parecía venir sólo de la parte de atrás. Por un momento los disparos fueron tan próximos, que dos de ellos parecieron producirse en la choza misma. Se volvió Suárez. A tientas llegó hasta don Venustiano y le pasó un brazo por la espalda, para levantarlo y ayudarlo a salir. Quiso hablarle, quiso animarlo, pero advirtió entonces que del cuerpo que tenía sujeto no salía ya más que un estertor. Cerca y lejos seguían los disparos y los gritos.Martín Luis Guzmán,
Ineluctable fin de Venustiano Carranza.
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