jueves, enero 15, 2009

Changó, Yemayá, Oshún y Orishas que le acompañan...


Una de las bandas que más me gustan son los Orishas. Esa mezcla tan promiscua entre la música tradicional cubana y el hip hop hace que de inmediato me ponga a mover la patita como buscando el suelo. El gusto comenzó con el primer disco (A lo cubano), en el que se establecen las condiciones y las características de la música que harían hacia el futuro.
          Originarios de Cuba y emigrantes a fuerza hacia territorios europeos, los Orishas encuentran cobijo en España y Francia, donde se gesta su aventura. No reniegan, al menos no totalmente, de la condición política en la isla y sus posturas se muestran un tanto recatadas. En Cuba se les oye. Y se gusta de ellos.
           Y no es para menos. Roldán González tiene, probablemente, una de las voces más poderosas y privilegiadas para interpretar la música tradicional cubana de manera tal que no se puede permanecer indiferente. Incluso en un dueto de estudio, su voz no desmerece nada de la de Benny Moré. Los raperos podrían ser prescindibles, y sin embargo, los Orishas no serían lo que son sino fuera por esa forma tan particular de frasear las líneas de sus rimas "muy cubanas" (con ese sabolcito, chico).
           Despues de A lo cubano (1999), vino otra buena muestra más politizada en el 2002 (Emigrante) y una caída en la calidad de las letras y el ritmo hacia 2005 con la salida de El kilo. En 2008 regresan con fuerza y retornando a sus orígenes con Cosita buena. Suena y suena en el Ipod. No me cansa. Raro tomando en cuenta que no soy entusiasta del hip hop. Pero esto es otra cosa.

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