domingo, mayo 03, 2009

Crónica de no-influenza


Viernes 1-05-09, 01:15-03:30 AM
No puedo dormir. El calor es insoportable. Prendo la tele. Hay una película de parodia sobre las comedias románticas de adolescentes. Comienzo a sentir fiebre. Me río con algunas estupideces y me asqueo de otros chistes. Cuando me río siento martillos golpeando mi cabeza.

Viernes 9:00 AM
Oficial. Fiebre de 38.6 ºC. Paranoia echada a andar. No hay rastro de otros malestares que casen con el cuadro de influenza. Sin embargo, la fiebre...

Viernes 12:30 PM
Un ángel me cuida. Paracetamol, Trimetoprima, sulfametoxazol. La fiebre no cede. Fomentos de agua helada. La fiebre no cede. Se acerca lo inevitable.

Viernes 16:00 PM
Agotado. Acepto la que nunca sería mi primera opción. Tengo fobia a las agujas, pero en medio de la paranoia acepto someterme a una ampolleta de metamizol sódico. Me duele, mucho. Me derrumba.

Viernes 17:30 PM
Despierto. Cubierto de sudor frío. La fiebre ha cedido. Pero la pesadilla apenas inicia. Desastre estomacal-intestinal-general. Vida entre el sanitario y la cama. Consuelo: no es influenza.

Viernes 20:00 PM
Recomedaciones finales del oráculo místico médico sexy: butilhioscina, metronidazol. Concilio el sueño a ratos. La cabeza comienza a dolerme. Los viajes al baño se hacen de manera inesperada y nada periódica.

Sábado 6:30 AM
Oficialmente tengo una infección estomacal que me deja todo el sábado tendido en la cama. Me duele la cabeza, me duele el estómago, me duele el orgullo. No tengo que añadir que me duele el trasero.

Sábado TARDE
Me receto, sin pausas, Los crímenes de Oxford de Alex de la Iglesia (que no me gusta), Rush Hour 3 de Brett Ratner (soy fan de Jackie Chan, ¿y qué?), My Cousin Vinny de Jonathan Lynn (que se me hace bastante malita y sólo la salva el cuerpazo que tenía Marisa Tomei), algunos episodios de Dr. House que me hacen empezar a deprimirme. Vuelvo a la TV, en HBO dan Ratatouille de Brad Bird y Jan Pinkava (que no había visto y que me encanta, sin embargo, el final me pone melancólico).

Sábado NOCHE
Un amigo me llama para recordarme la pelea de Pacqiao y Hatton (sí, el box me late). Le propongo una apuesta, a él le enterneció la historia y la oratoria de Hatton. Yo voy con la técnica y la inmisericordia de Pacquiao. El premio: un barril de chela. Rehuye la apuesta y propone políticamente que lo paguemos entre los dos. De todos modos: uno de los antibióticos tiene como contraindicación el alcohol.

Sábado MÁS NOCHE
Rosario Dawson en Saturday Night Live al intentar ironizar sobre el estereotipo de lo "latino" en Estados Unidos no hace más que reforzar el mismo.

Sábado CASI LA MEDIANOCHE
Pacquiao le rompe el hocico (y las cejas y el orgullo y un pómulo) a un deficiente Hatton. Miro el cuerpo del inglés tendido en la lona. Me toco la panza y no puedo evitar sentirme tremendamente identificado.

Domingo MAÑANA
Me siento un poco mejor. Estoy deshidratado. Las veces que pensé que alguna resaca era lo peor que podía sentir, no sabía a qué me refería. Desayuno fruta, té, líquidos. Regreso a la cama.

Domingo MEDIO DÍA
Ruido en la cocina. Doña Magos llegó. Salgo con mi facha de zombie trepanado a pedirle que, por favor, el menú de la semana sea para moribundo digestivo. Me ve y, llevadita como es, sólo alcanza a decir: ni aguantas nada. Se me revuelve el estómago. Es decir, más.

Domingo TARDE
Prendo la compu, reviso blogs, miro las noticias. Nada ha cambiado. Seguimos igual. Como si el tiempo se hubiera suspendido en estos tres días en que la inflenza no fue. Me espera un caldito. Tengo hambre.

3 comentarios:

pvot?.. dijo...

jajaja yo aproveché y vi todas las pelis de terror jajajjaja ya que estaba a tono jajajaj y leugo leí sobre el peyote en unos textos de religión en ávila y y y jajajja leí y vi un documental de jodorowsky yyyyyy
yyy
me aluciné viendo correos de que no es verdad
y sí es verdad
y no es verdad
y sí es verdad
jajajja
besosssssssss
y
abrazossssssss

Ombligo-Mandinga, de José Velasco dijo...

Lo mejor es la historia de Pacquiao: a los doce escapa de casa para buscar a su perro, y cuando regresa con la mascota extraviada, el padre de rabia mata al animal y lo devora enfrente de su hijo. Entonces Pacquiao se larga a Manila y se hace boxeador. Estuvo chido el box.

Anónimo dijo...

jajaja, más que darme algo de pena tu pasado dolor, me gustó la crónica, mi estidamo amigo. Me gustó mucho tu texto. ¿Cómo andas, ya te recuperastas? Te mando un abrazote desde la europa que no es europa.

Ahh, soy el Joel