martes, marzo 06, 2012

Día trece: el primer libro que leí en la vida

Lecturas clásicas para niños de varios (y múltiples y maravillosos) autores
En 1987, durante un viaje en el cual el Estado mexicano reconocía a los mejores estudiantes de las primarias del país, me regalaron este hermoso libro. Era un facsímil de la antología que, bajo la dirección de José Vasconcelos, la Secretaría de Instrucción Pública había publicado en 1924 como un esfuerzo por integrar a la infancia mexicana a la lectura de las grandes obras literarias que la humanidad había producido hasta entonces.
         De dimensiones descomunales (tanto el libro físico como el contenido abarcador de numerosas tradiciones) fue, y sigue siendo, uno de mis textos favoritos. En esos dos tomos se conjugaban adaptaciones compendiadas de obras como La Ilíada, La Odisea, La Biblia, Las mil y una noches, El Ramayana, Los Vedas, El Kata Upanishad, La leyenda de Buda, el Pachatantra, poemas de Tagore, leyendas japonesas, textos de la Edad Media, extractos del Quijote de Cervantes, adaptaciones en prosa de obras de William Shakespeare…
         Había también, en ese espíritu latinoamericanista del que Vasconcelos fue principal promotor, una recuperación de las vidas de los héroes latinoamericanos de las independencias: Sucre, Bolívar, Hidalgo, San Martín. Junto a esa tradición aparecían leyendas de la época colonial, mitos prehispánicos…
         En fin, que el sólo hecho de recordar me emociona profundamente. No dejo de celebrar que haya sido el primer libro que tuve en propiedad. Sus historias alimentaron a ese niño raro que fui. Que sigo siendo.

Varios autores, Lecturas clásicas para niños, México, SEP, 1985 (1924).

2 comentarios:

El Corsario Negro dijo...

¡Carajo! Ese es un libro y no pedazos. Yo también obtuve uno (pero no por matado) y concuerdo en que es una maravilla.
Un excelente primer libro para leer.

Anónimo dijo...

Al ser aficionado a los libros, conseguí los dos tomos de la primera edición, que son de pasta verde, de tamaño enciclopédico y mal papel. Lo que llamó mi atención es que los libros están profusamente ilustrados por grabados de Montenegro, sí, es verdad contienen textos maravillosos. De esa serie de Vasconcelos con el que me quedó son con las Enéadas, que supuestamente, no lo sé con certeza, él tradujó.

Saludos.