El día de ayer fue agotador. Terminé echado (así, como vaca babosa) a las diez de la noche sin disfrutar de los paraísos alcohólicos que San Luis ofrece al mundo. Hemos revisado al menos un texto de cada uno de los escritores de la disciplina de cuento. Las observaciones han sido amables, algunas fuertes, pero amables; el tutor se ha mostrado abierto a reconocer cuestiones valiosas en los textos y ha dirigido las sesiones de manera bastante ordenada. Hoy nos espera una sesión un tanto más pesada. Tenemos que revisar doce textos en tres sesiones de dos horas cada uno.
Algunos de los asistentes ya muestran su cansancio, unos por las jornadas de trabajo y otros porque la fiesta les ha tocado en dosis más concentradas y prolongadas. Yo me descubro con una actitud un tanto indiferente a esas cuestiones. Es probable que a pesar de que el encuentro es de "jóvenes" en realidad me esté poniendo un tanto viejo. En el camino al encuentro terminé de leer el libro del que ahora es mi tutor en este proyecto y me pareció una muy buena historia. Desarrolla de manera densa el papel de la religión en una sociedad conservadora como la de San Luis. El pretexto es la biogradía de la madre Conchita. Sí, aquella que junto con el padre Agustín Pro, han sido consagrados como mártires católicos, e incluso beatificados. En fin, eso amerita otro post.
Me voy, que ya se me hizo tarde. Again.
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