lunes, agosto 07, 2023

Reír para no llorar

 


En Hágalo usted misma (An.Alfa.Beta, 2023), Atenea Cruz (Durango, 1984) nos presenta una colección de cuentos dividida en tres partes. En la primera, “Lo extraño”, se muestran una serie de narraciones en las cuales la noción de lo no realista se convierte en una de las características que los agrupa. En “Porcicultura para principiantes” acudimos a la transformación de un hombre en un cerdo, no en términos metafóricos o descriptivos, sino biológicos; “Otro jardín secreto” plantea la transformación botánica de una mujer que al transformar su cuerpo para lograr una imagen más acorde con lo normativo, se topa con consecuencias que la hacen florecer literalmente; “Visitas” toma los tópicos de la infidelidad y del aburrimiento en la pareja para construir un relato sobrenatural de final espeluznante; en “El intercambio”, la violencia doméstica se une a la inocencia infantil para construir una historia en donde los deseos de transformar el entorno desagradable deriva en castigo ejemplar para el violentador. 

Por su parte, “Lo posible” presenta dos textos que juegan con los límites de aquello que divide lo que denominamos real de aquello que asumimos como imaginario: en “Las yeguas nocturnas”, el agobio de una mujer que sufre trastornos del sueño y quien decide tomar la opción de una cura “igual pero más barata” que la recomendada por los especialistas, los sueños invadiendo la realidad remiten a la sensación despertada por historias como “Calíope” de Neil Gaiman; en “La última plaga”, la literatura especulativa o de anticipación prevé un futuro nada halagueño ni agradable para la raza humana, desprovista de medios de alimentación, las medidas para paliar el hambre serán radicales. 

La última parte de la tríada lleva por título “Lo cotidiano”, en donde las historias se insertan en el marco (tramposo marco) de “lo real” y en donde los pensamientos de los personajes se vuelven un territorio a explotar por las voces narradoras: “Cena para una” aborda la manera en cómo las parejas que dejan de serlo se relacionan en su nueva situación vital, una llamada telefónica parece resolver las dudas de aquello que ya se sospecha o se sabe de hecho; “Después del fuego” aborda la noción del deseo por maternar y de las consecuencias que tiene hacerlo sólo por complacer a la otra persona dentro de una relación; “Hágalo usted misma” (mi preferido) narra el proceso que lleva a una madre a intentar el retorno de su hija al seno del hogar, después de que su relación de pareja ha fracasado estrepitosamente, descubrimos que aquellos que nos quieren se vuelven nuestros cómplices antes que nuestros jueces; finalmente, “Pequeña tragedia griega” pasa lista a la crónica de los clichés y ceremonias artificiales relacionados con los encuentros literarios y la vida de los creadores en general. 

Los cuentos de Atenea Cruz son poderosos, se notan trabajados a conciencia, de tal manera que el resultado no es decepcionante en ninguno de los casos. Es un volumen bien armado en donde el juicio a elementos como el amor romántico, las aspiraciones estéticas, las relaciones humanas, el papel del sexo y la necesidad de separarse de aquello que se denomina “normalidad” es lo que le da unidad y sentido. Una cosa que es necesario señalar es el sentido del humor que atraviesa a la mayoría de las historias; los tonos son diversos (ironía, sarcasmo, sátira) y en todos los casos resulta efectivo. Las hipérboles inverosímiles, merced los mecanismos del humor, se vuelven por completo parte de ganancia en el contrato lector establecido al acercarse a esta propuesta cuentística. 


* El libro se consigue en los medios de la editorial, con la autora y a través de Leslie Rondero (que fue como lo conseguí yo).

1 comentario:

Onluck dijo...

Estoy agradecido por la originalidad que aportas a cada línea de tu artículo. ¡Haces que cada palabra cuente!