(Imagen de una parte del Sistema Solar, incluida la Tierra,
enviada por la sonda Messenger/ NASA)
enviada por la sonda Messenger/ NASA)
El 25 de abril de 1942 la sonda espacial FNAHZ, enviada por el gobierno alemán al exterior, hizo contacto con habitantes más allá de nuestro sistema solar. Los registros revelados por Johann Bischoff demuestran que los alemanes sabían que serían derrotados en la guerra tres años después. A pesar de que la información resultaba inquietante, nadie puso en tela de juicio las afirmaciones provenientes de la transmisión, cuyo origen se situó en alguno de los sistemas cercanos a la estrella del Centauro. El Führer transmitió a la estructura del Ejército la orden tajante: “Ningún cambio en la estrategia de conquista territorial”.
La derrota del Tercer Reich dejó claro que la información era fidedigna y podía ser utilizada con fines de recuperar el terreno perdido y la derrota infligida por los Aliados. Una misión se dirigió con los registros que se recuperaron del centro de investigación espacial hacia la ciudad de Montevideo en el Uruguay. Se consiguió restablecer un centro de investigaciones, similar al que tenían en la zona de Berchtesgaden, en unas amplias bodegas frigoríficas del puerto. La sonda seguía enviando informaciones que aludían a acontecimientos del futuro inmediato del mundo. Sin embargo, tales predicciones, siempre verdaderas, comenzaron a reducir su distancia en el tiempo. La primera que habían recibido hablaba de los acontecimientos que ocurrirían tres años después, la segunda de los siguientes treinta meses, la tercera de los dos años, y así consecuentemente. Los científicos encargados del proyecto fueron capturados en febrero de 1946 y llevados a juicio en Nuremberg pocas semanas después. Todos fueron condenados a muerte y la pena se ejecutó el 16 de octubre de 1946.
Bischoff asegura que los norteamericanos consiguieron replicar el mecanismo de recepción de los alemanes y consiguieron ponerse en contacto con la sonda espacial. Hacia 1969 recibieron un mensaje que alertaba sobre la derrota de los EEUU en la disputa emprendida en Vietnam. El Ejército norteamericano miró con desconfianza el comunicado y lo tomó como una acción de los antibelicistas. Decidió no detener el envío de tropas al país asiático, lo que dio como resultado que medio millón de estadunidenses estuvieran destacamentados en acciones de guerra. En febrero de 1973, las tropas norteamericanas se retiran arrastrando la derrota y el desprestigio.
A pesar de la poca atención que los medios del mundo le han prestado a estas declaraciones, Bischoff asegura que los residentes de la Estación Espacial Internacional han conseguido recibir nuevas noticias de la sonda alemana. Las dudas se plantean en términos de si los mensajes interceptados son emisiones recientes, lo cual plantearía que la sonda sigue activa, o son remanentes de transmisiones anteriores. Nadie sabe cuál es el contenido de los mensajes recibidos, ni a qué gobierno hacen alusión. No se han registrado cambios importantes en la política exterior de las potencias mundiales o de los países involucrados en la administración de la Estación Espacial. Los medios han incluido la noticia en las secciones de “curiosidades” y “tendencias”.
Johann Bischoff regresa a su oficina en Buenos Aires, cerca del puerto. Enciende los aparatos que ha mantenido con vida desde hace más de sesenta años, cuando su padre fue capturado. Durante todo ese tiempo, ha recibido mensajes de la sonda enviada al espacio exterior. Se mesa los cabellos plateados cada vez más escasos. Mira la trascripción del último mensaje recibido. Anuncia que una avanzada de invasión ha salido hace treinta años del sistema del Centauro. Llegarán en menos de un año. Johann calienta un brandi en la copa que sostiene en la mano derecha. En la otra mano, la cápsula de cianuro brilla con la intermitencia de los leds del aparato receptor. La brisa del mar se filtra por la ventana abierta. Las estrellas brillan más que nunca.
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