Vivimos con el miedo habitándonos el miedo,
las lágrimas se secan con el aliento de los ángeles
malditos que bajan a la tierra cada siglo,
morimos de a poco y en silencio
mientras la vida se escurre entre los labios
de una puta calavera adormilada.
El miedo nos carcome las encías
nos vuelve hueso la misma indiferencia,
y así hueso hundido en la memoria
caminamos kilómetros a diario.
Tiempos oscuros ausentes de silencio,
tiempos malditos de sangre amoratada,
tiempos lejanos de piedad o sueño,
tiempos de celo y de carroña,
tiempos de larvas y de cráneos,
tiempos sin tiempo,
sin testigos,
sin Dios, sin mar y sin estrellas,
tiempos oscuros de muertes no anunciadas...
1 comentario:
pero es demasiad tarde, yo ya me contagie de el...
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