jueves, febrero 08, 2007

Dos chispitas en medio de la tormenta





Yo, al igual que Libertad prefiero a los gatos y odio cuando alguien comienza a decir que en realidad son malagradecidos y que por eso prefieren a los perros. La llamada ingratitud no es más que libertad de espíritu. Por eso me identifico con los gatos, por esa capacidad de mandar a tomar por culo al dueño si no hay voluntad para estarlo soportando. Los gatos son independientes, pendencieros, sexuales en extremo y, sobre todo, políticamente incorrectos (la Manchas no tiene ningún empacho en rasguñarme el rostro mientras estoy dormido en reclamo de que estoy utilizando su almohada favorita). En fin, punks.

Comparto, nuevamente, la opinión de Libertad.

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