martes, octubre 10, 2006

Paseitos


Muchas cosas durante el fin de semana. De entrada les comento que estoy leyendo La ciudad ausente de Piglia y me parece una de las mejores novelas que he leído en mi corta vida. Piglia consigue un montón de cosas que otros solamente llegan a proponérselas en teoría. No se sabe si el libro en cuestión es una obra de ciencia ficción, o realista, o de denuncia de la dictadura, o psicológica. Lo único que sí se sabe es que es muy buena. De él también leyendo para la tesis de la maestría (ora sí estoy decidido a terminar con ese pulpo que me consume los insomnios) la respuesta del mismo autor a las cinco propuestas para un nuevo milenio de Italo Calvino. Asombroso.
          También fui a ver Las obras del ayer de los chingonsísimos Les Luthiers. A pesar de conocer varias de las piezas que presentaron, no dejé de reir en las poco menos de dos horas que duró el recital y que se van como el mísero instante que duraron las tetas de Demi Moore en pantalla en Striptease, de volada. Los argentinos demuestran que son uno de los productos culturales latinoamericanos más inteligentes y disfrutables. A pesar de que la edad ya se deja ver en la mayoría de ellos, siguen conservando la misma elegancia con la que hacen que el público, literalmente, se desternille de risa. Ampliamente recomendable, para los neófitos, y lástima para los fans que no pudieron ir. La pieza "San Ictícola de los peces", alucinante.
          Otra de las cosas que vi este fin de semana fue a la Filarmónica de la Ciudad de México que presentó un programa harto amigable que fue la delicia de un domingo caluroso que se dejó venir con temperatura después del medio día. La Filarmónica es una orquesta viva, con músicos que se les nota a leguas el amor por la música, que sonríen, que se extasian, que vibran. Maravillosas interpretaciones. Me quedo en la memoria con el director y con un vikingo que profesaba su amor por los platillos hasta atrás de la orquesta, pero que es altamente entrañable seguir, mirar su rostro circunspecto, admirar la extensión de sus brazos con cada remate. Un vikingo. De las piezas que ejecutaron, me gustó sobremanera "Calavera" de Eugenio Toussaint. Alucinante.
          También fui a la Feria del libro en el Zócalo de la Ciudad de México en la que como siempre, las editoriales tratan de triplicar el precio de sus publicaciones. Lo rescatable de estos eventos es mirar los productos que ofrecen las editoriales pequeñas y autogestivas, así como la oferta de libros por librerías o distribuidores en saldo. Conseguí maravillas que ya estaré reportando por aquí. De entrada tres ediciones de mi héroe Inodoro Pereira directamente de Ediciones de La Flor. Compré también, a sugerencia y cátedra de un argentino nerd y fumador de puros, El Eternauta. El regreso, una novela gráfica de Solano y Oesterheld que es más que mito en tierras gauchas. Compré también dos antologías de cuentistas cubanos contemporáneos, a ver qué tal se la rifan los caribeños en eso de escribir historias cortas y para ver sobre qué están escribiendo. De lo mejor que hay en la feria se puede mencionar el stand que se dio a la ciudad de La Habana que trae a la venta una cantidad de percusiones criollas bastante interesantes. En fin. La decepción fue encontrarme unas ediciones del Sandman carísimas (novecientos morlacos), aunque la neta, muy bien hechecitas. En fin, estamos acá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow. He oido mucho de Piglia, pero no he leido nada suyo. Creo que lo había evitado por el escandalo de Plata quemada. Pero cuando un libro es bueno, es bueno, a pesar del autor, así que empezaré quizá por ese que recomiendas.

A mi me acaban también de recomendar una obra de los mismos argentinos. ¿Quedaban más? ¿En que local estaban? Tengo planeado darme una vuelta por el Zócalo antes de que termine la Feria.

Saludos

Unknown dijo...

Para mí también ha sido una experiencia alucinante leer La ciudad ausente.. Hoy fui a una conferencia acá en Chile de Piglia y me firmó una primera edición que tengo de su libro de relatos Ls invasión, del año 67. Soy admirador ferdoroso de Piglia.. Acabo de escribir un artículo sobre la ciudad ausente. yo estudio Literatura acá en Chile, estoy haciendo un doctorado en literatura.
Bueno, lo que dices de la novela es todo a la vez, pero principalmente una novela utópica Es una máquina utópica que crea relatos dentro de los cuales hay una máquina que cre relatos, dentro de los cuales hay una utopía del lenguaje.. una reescritura del finnegans wake, pero con los lentes de borges y phillip dick.
Obra obra genial.
nos vemos. Me llamo fernando.