lunes, noviembre 03, 2008

Cambios


Soy malo para asumir los cambios. Es probable que sea un tipo bastante esquemático o que me guste tener las cosas bajo control. Algunas son susceptibles de tal ambición, pero otras escapan por completo. Regularmente son las cosas que tienen que ver con los demás. Y con la vida que quieren vivir los demás. Si esa vida no toca tangencial o transversalmente la vida de uno, es probable que tienda a alejarse paulatina pero implacablemente.
          En mi vida, creo, se avizoran cambios profundos. No sé si sean buenos o malos. De entrada no puedo evitar sentir un poco de temor. Una inquietud que se deriva de la incertidumbre. Hacer planes y proyectos es un deporte que a todos nos encanta. La idea de proyecto apunta siempre al futuro, a un territorio que siempre se está moviendo y que es probable que nunca se alcance. Por eso es tan cómodo planear, porque los planes habitan en el país de la postergación.
          Es probable que, como se me ha comentado, no he terminado de crecer. Que soy todavía muy niño en ciertos aspectos. Como en el de proyectar futuros inalcanzables, tal vez. ¿Qué es la madurez? Igual y es alcanzar la posibilidad de aceptar los cambios y adaptarse a éstos. Rápido y sin demasiadas dudas. No debo aclarar que también me da miedo madurar. Digo, porque algo que madura, está a unos cuantos pasos de comenzarse a podrir. Suspiro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto supongo que te gusta todo a tu manera y el compromiso ese que se pone en entre dicho como siempre no te gusta, las razones son claras te quieren cazar como cual panda indefenso en chapultepec. tu no quieres y bien ya te distes cuentas que te están maíziando, y no te gusta. veras a la musa perfecta cuando te busquen como compañero y no como flotador estabilizados de vidas; tienes tus rollos y luego cargar con mas No creo que te guste. bueno a mi si me están maíziando la tengo el buche lleno de piedritas como tu JJJaaaa

Anónimo dijo...

Qué todavía eres muy niño en ciertos aspectos????? Y eso qué?? Lo verdaderamente importante es que tu te sientas bien con lo que crees, con lo que sientes. Qué importa que los demás te digan inmaduro. O acaso, la madurez trae la felicidad? No lo creo.
Laura