viernes, agosto 02, 2013

Veinte años

Este era yo en 1993. 
Hoy cumplo veinte años de haber migrado a la Ciudad de México. Veinte años. Ni siquiera la edad que tenía cuando lo hice. Dieciséis, para los curiosos. Eso quiere decir que tengo más años viviendo aquí en comparación con los que pasé en mi tierra natal. En veinte años he aprendido a amar y a odiar por igual a este lugar. En teoría soy un chilango por pura cuestión proporcional del tiempo de mi vida.
         Hace veinte años crucé, acompañado por mi padre, los límites de eso que en aquel entonces representaba el futuro. Mi viejo lloró en el camino hacia la ciudad que él mismo había habitado dieciséis años antes. La dejó porque no quería que sus hijos creciéramos en un ambiente que, ante sus ojos, se había ido deshumanizando poco a poco. Porque estaba convencido que tendríamos mejores oportunidades en otro lado. Tal vez nunca se hubiera imaginado que el primogénito retornaría a la ciudad de la que él había huido. Menos habría pensado que pasaría veinte años sin renegar de haberlo hecho.
         Tengo una vida aquí. En veinte años he trabajado en sus calles, he aprendido en sus escuelas, he enseñado en algunas de éstas, me he enamorado, me han abandonado, he construido amistades sólidas, me he distanciado de algunas, he tropezado en la embriaguez a la salida de alguna de sus cantinas, he gritado a voz en cuello en más de una fiesta…
         He disfrutado cada momento. Incluso los peores. Porque éstos, al ser recuerdos, son historia. Veinte años. Y el tiempo que no acaba.

No hay comentarios.: