lunes, marzo 10, 2008

Uno que promete... y cumple


Eastern Promises, el más reciente trabajo de David Cronenberg, refleja una de las principales características de la cinematografía de su autor: la del respeto por la inteligencia del espectador. Con una historia cuya crudeza no tiene que ser exagerada ni sangrienta para poder impresionar, Cronenberg dibuja la crónica de una familia de la mafia rusa asentada en el Londres contemporáneo. Con un tono que nos lleva lenta pero consistentemente hasta la reflexión de nuestra propia situación en el mundo, el director plantea una serie de cuestionamientos que interesan tanto a la ética como a la política. Cuál fue el momento en el que nos volvimos insensibles por completo ante los atropellos de los más fuertes. Cuándo dejamos de confiar en las fuerzas del orden para resolver los problemas que laceran a la sociedad y a los más débiles que la conforman.
          Con una actuación sobresaliente de Viggo Mortensen, quien se ha librado del halo Aragorn, Eastern Promises es una opción más que recomendable en un horizonte de cartelera que se extasia con los animalitos prehistóricos y los guerrilleros gringos de la tercera edad.
          Mucho más que recomendable.

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