martes, octubre 09, 2007

El gran significante


Nunca entendí la fascinación por el Ché. A pesar de sentir América Latina como una realidad desde la que me gusta definirme por convicción. Estudiar Estudios Latinoamericanos y ver con desconfianza a la imagen más grande del santoral, era como una contradicción con la que se tenía que cargar en silencio. Era casi una obligación ser cheístas, en un grupo de personas que vivían (viven) entre la resaca de la Revolución Cubana y la imposibilidad del acceso al poder por medios revolucionarios (auténticamente revolucionarios, dirían unos).
          Si algo hay que admirarle al Ché es la coherencia, lo contestatario, lo radical. Radicalismo que rayaba, dentro de la lucha armada y no pocas veces, en el fascismo casi unipersonal. Si bien el sueño de Guevara, junto a las apreciaciones de gente como Regis Debray y otros, podía resultar una continuidad de los sueños de gente como Bolívar o como Sandino, parecía que los métodos estaban condenados al fracaso. "Primero Cuba, tu sueño. Y después América Latina, el mío", dicen que le decía a Fidel Castro.
          La imagen del Ché se ha vuelto problemática en un tiempo en el que la violencia, tenga el origen que tenga y sea la causa que persiga, no pasa de ser calificada como "terrorismo". Es claro que esas barbas no le ayudarían nada en esta época.
          Y sin embargo, uno no puede dejar de sentirse avasallado ante la imagen y la vocación de este guerrillero. Uno no puede sino aplaudir el discurso que da en las Naciones Unidas condenando, sí, al imperialismo norteamericano; pero condenando, también, al imperialismo soviético. La figura del Ché era lo suficientemente fuerte como para que en el momento en el que quiso abandonar la revolución cubana (o eso en lo que se estaba convirtiendo la revolución cubana), Fidel no lo acusara de traidor o lo mandara a encarcelar (como a Huber Matos, como a Reinaldo Arenas, como a Padilla).
          Tal vez lo que me moleste no sea, a fin de cuentas, la vida y vocación del Ché. Tal vez lo que me molesta en demasía es la completa falta de autocrítica y reflexión de sus panegiristas más salvajes. Aquellos que toman auditorios y enarbolan banderas rojas con negro. Tal vez lo que me caga hasta el fondo del alma es ver la comercialización (que viene también de esos panegiristas) de una figura que se suponía al margen de toda comercialización.
          Cuando uno ve la fotografía de Korda no puede sino presagiar la imagen de un hombre que ve a otro, en la reproducción pop de la imagen ha sido deshechada la figura oscura de perfil de alguien que podría ser un soldado, o un campesino, o un disidente. La mirada de Guevara es profunda, interrogante, como si no comprendiera hacia qué lado voltear; de un lado la profusión adivinada de unas palmeras, la naturaleza, el campo de batalla; del otro, el perfil eternizado de pasar a la historia como eso, como un perfil.
          En apariencia, el Ché escogió las palmeras, pero, por una situación que tiene que ver directamente con la bolsa de valores revolucionarios, el Ché terminó siendo una imagen. Un santo. Con vocación crística incluida. Podemos verlo en playeras, banderas, pulseras, llaveros, calzones, el brazo obeso de Maradona, las camisetas ajustadas de Christina Aguilera. Se perdió el referente y ni qué decir del significado. De todo eso, sólo quedó la imagen del Ché. El gran significante de lo revolucionario. La imagen que presagia el vacío en que se han convertido los ideales y el atrevimiento de ser, auténticamente, revolucionario.

2 comentarios:

Alfredo dijo...

Paradójicamente se ha convertido en un ídolo de la sociedad de consumo, ideal para "revolucionarios de salón", de esos que presumen de ser unas personas tolerantes, solidarias, pero sólo de boca para afuera.

Es muy interesante la biografía que ha escrito Paco Ignacio Taibo II, de orígenes mexicanos, ahora afincado en Asturias. Es una obra muy extensa, y que analiza muy bien la relación entre el Che y Castro, que no era tan bonita como nos la quieren pintar en ocasiones, aunque Castro ha sabido apropiarse muy bien de esa figura.

Un saludo!

PVOT?... dijo...

Mi don Ergar ya escreba mas segido my don, jajaj saluditos