jueves, marzo 03, 2022

Amor de madre


The Lost Daughter (La hija oscura, Maggie Gyllenhaal, 2021) nos revela a una actriz talentosa que también es una excelente directora. Esta adaptación de una novela de Elena Ferrante (un seudónimo envuelto todavía en misterio) transita por caminos poco frecuentes al plantear de manera frontal una perspectiva contraria a la romantización de la maternidad.
     Leda, la protagonista de la historia, es una académica que pasa sus vacaciones de verano en una paradisíaca isla griega. Hasta ese lugar llega una familia ruidosa y poco amistosa con la cual Leda se siente incómoda y molesta. Sin embargo, al conocer a Nina y a su hija Elena, parte del clan escandaloso, comienza a tener una serie de evocaciones con respecto de su pasado y su propia maternidad.
     Lo que se desprende de los hechos reflejados en pantalla es que la protagonista (encarnada por una siempre solvente Olivia Colman) no fue la madre ejemplar de sus dos hijas. Al haberse convertido en madre en una edad muy temprana, las obligaciones de la maternidad y de llevar la casa que siempre bulle por la actividad de las niñas, la terminan apabullando y sometiendo a un estado de estrés constante, desilusión e intuido arrepentimiento. Tras una visita a un congreso académico tiene una muestra de lo que sería su vida sin hijas y sin ese marido tan anodino e inútil.
     Es claro que el personaje no puede lidiar con la realidad y la culpa. Se ve reflejada en Nina que busca también un remanso de paz y un poco de libertad, la que Leda se permitió a sí misma. La pérdida de una muñeca de la hija de Nina desencadena una serie de acciones que concluyen de manera dramática y sujeta a interpretaciones.
     Es, sin duda, una obra que permite asomarse a una representación poco frecuente en los relatos hegemónicos: la de la madre que hubiese elegido no serlo de saber lo que implicaba. Esa situación, no obstante, no convierte a Leda en un personaje repulsivo, por el contrario, inspira una empatía tremenda y un intento de comprensión con respecto de sus propias decisiones.
    Más allá del tratamiento de este tema, la cinta es un thriller que se alimenta de las sospechas del espectador con respecto de diversas situaciones apenas insinuadas: un estado de agresión y violencia constante por parte de los más jóvenes, la pertenencia del esposo de Nina al crimen y la volatilidad del clan que se mueve siempre de manera grupal. Ya espero con ansiedad el siguiente trabajo de Gyllenhaal.

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