Cuenta regresiva

Esta es la portada de la aventura que en próximos días (esperemos, si no es que la diosa fortuna o la burocracia universitaria determinan otra cosa) llegará a puerto. El tránsito ha sido accidentado y por demás estresante. Mi tutor se va de viaje pronto. Pronto es muuuy pronto. Por lo que los tiempos de trámite son ajustadísimos. Espero que este mes termine la tortura y el acelere.
          La burocracia de la UNAM es una de las más especializadas en hacer tardado un trámite que debería realizarse en unos cuantos días. Escribiré algo sobre esto posteriormente. Sólo puedo decir que los votos de mi comité tutoral están listos desde el 4 de agosto. Pero he tenido que hacer trámites que por su nombre suenan importantísimos, pero que no son nada del otro mundo: revisión de estudios, certificado de estudios profesionales, autorización de examen de grado, elaboración de equivalencias académicas. En fin. Que cada trámite dura entre 5 y 10 días hábiles (o sea, 10 días hábiles). Y en el caso de algunos, el trámite consiste en que un señor o una señorita agarra, se mete a una computadora con una clave departamental, imprime de la base de datos el documento respectivo, lo sella, lo archiva y a los 10 días exactos lo pone a disposición. O sea, algo que puede hacerse en media hora. En fin. Luego me extiendo sobre este asunto que, más allá del estrés, es en suma fascinante.