jueves, marzo 30, 2006

Bitácora cinematográfica

Ahí van, sin más preámbulo, las más recientes experiencias de este escribidor en la penumbra de las salas cinematográficas:

V de Venganza (V for Vendetta)

Cinta de manufactura técnica y de efectos especiales irreprochables, pero que, como la mayoría de las adaptaciones de cómics, peca de tomarse demasiadas licencias con respecto a la historia original. Si se asiste sin conocer el cómic se verá un alegato bien construido en contra de la dictadura Bush en el Norte, aunque la trama se desarrolle en Inglaterra, buenos efectos especiales, actuaciones decentes. Si se asiste con conocimiento de causa de lo que el cómic de Alan Moore representa para la historia de la novela gráfica (junto a Watchmen, o el Sandman de Neil Gaiman), se sentirán estafados. Como bien dice en alguna parte del cómic, no habrá nada debajo de la máscara, porque Vendetta es una idea, no un hombre. Recomendable si se quiere ver un alegato políticamente correcto y con harta pirotecnia.


John & June (Walk the Line)

Bio pic de uno de los músicos más oscuros del rock and roll de todos los tiempos. Más que la vida de Johnny Cash y los encuentros y desencuentros que tuvo con sus mujeres y con las drogas, lo que pone de relieve esta cinta es la enorme riqueza letrística y de rescate musical de formas sureñas y provenientes del gospel que este artista norteamericano hace. Su enfrentamiento con los cánones de la industria y la censura de algunas de sus letras. Historias de presidio, de cocaína, de caídas sin retorno y mucho, mucho, rock and roll. Se puede complementar con el documental Ridin' The Rails.


Un mundo maravilloso

La nueva película de Luis Estrada intenta generar la reflexión a través de la sátira política que consiguió con La ley de Herodes hace algunos años. Lo logra a medias, porque el tono de la cinta se mueve peligrosamente entre una comedia disparatada y que alude a esa sonrisa congelada del espectador al saberse retratado y ridiculizado en pantalla, y entre un discurso moralizador y hasta cierto punto alarmista de lo que está ocurriendo en nuestro país de caricatura. Son de trivia todas las referencias que el director hace a clásicos del cine como The boy de Charles Chaplin, The goodfather de Coppola, Delicatessen de Jeunet y Caro, Nosotros los pobres de Ismael Rodríguez y, por supuesto, las películas de Tin Tán. Una cinta disfrutable que, en una de ésas, hasta nos hace reflexionar si no se acude con la postura de intelectual mamón que piensa que todas las películas mexicanas tienen que ser, o muuuuuy malas, o la obra de arte digna del Oscar. Damián Alcázar demuestra en esta cinta porque es el mejor actor mexicano de esta época de actorcitos yuppies, mesiánicos y sobrevalorados.


Capote

La revisión histórica que plantea esta película acerca del egocéntrico escritor norteamericano Truman Capote no intenta hacer un recuento de toda la vida del escritor, sino la época en la cual escribió lo que se considera la primera muestra de la non fiction novel: In Cold Blood. Capote se mueve en el terreno de la recreación literaria que dio vida a las historias noveladas de dos jóvenes delincuentes que sin móvil aparente asesinan a una familia completa en una granja de Kansas. Phillip Seymour Hoffman logra una interpretación bastante convincente del escritor (lo que le valió un Oscar según esto) y demuestra que no se tiene que interpretar a un retrasado mental o a un enfermo terminal, para ser un buen actor. El sonsonete de Truman, uno de los logros más evidentes del actor. Buena película, disfrutable, aunque pudo haber durado un poquito menos, sin menoscabo de la historia.


La pantera rosa (The Pink Panther)

Consejo: pase a la dulcería, cómprese un combo gigante de palomitas y refresco, desconéctese el cerebro y disfrute de esta comedia de pastelazos y situaciones absurdas. Si se ve sin prejuicios, en una de ésas, hasta una sonrisa le arranca.


Buenas noches, buena suerte (Good Night, and Good Luck)

Interesante reconstrucción que el ahora director de cine, George Clooney, realiza acerca del poder de la televisión, de la siempre latente amenaza de los gobiernos fascistas disfrazados de demócratas y de los juegos de intereses (y de harto varo) que rodean a la industria del entretenimiento. Narra las peripecias que tienen que seguir dos periodistas de los años cincuenta con un programa de noticias en la CBS para desenmascarar al senador por el estado de Wisconsin, en su lucha en contra de los comunistas en la llamada “Cacería de brujas” de los años 50's. Película que alude al cerebro y a la reflexión, más que al entretenimiento visual, es una cinta que, filmada en blanco y negro (audacia que hoy se permiten muy pocos), nos pone a pensar acerca del instante en el cual perdimos el camino. El speech final, de los mejores cierres en películas con este tipo de carga política. Altamente recomendable.


Hostal

Darío Argento conoce a Quentin Tarantino y crean un hijo: Eli Roth. La historia de esta película (que recibió la casi no utilizada clasificación D: para adultos con restricciones) logra llevar a la pantalla grande el gore más sangriento en donde se muestra con lujo de detalle mutilaciones, torturas y gritos de calabozo que hasta hace poco sólo podían conseguirse en copias piratas en sitios “alternativos” como el Tianguis del Chopo o Tepito. Producida por Quentin Tarantino, la primera mitad de esta cinta nos narra la odisea de tres chavos RBD, pero del Occidente extremo, que buscan diversión sexual en los lupanares y las zonas de tolerancia de la Europa occidental. El encuentro con un fortuito personaje les anuncia que el verdadero paraíso sexual se encuentra en la Europa del Este, específicamente en Eslovaquia, en un hostal en el cual las chicas más voluptuosas están sedientas de sexo y de los excesos más inconcebibles. Si el espectador logra pasar la primera hora de hueva, de lo que parece un filme soft porno y no se sale del cine, la segunda mitad, si iba con ganas de revolverse el estómago, no lo defraudará de ninguna forma. Recomendable para cinéfilos de estómago aguantador.


Saw 2

En esta línea del terror sangriento y que no tiene empacho en mostrar con lujo de detalles las cuestiones más depravadas de la mente humana (o al menos de la cabecita de los guionistas), es que llega la segunda parte de lo que aquí conocimos como Juego sangriento. El mismo psicópata de la primera parte, un enfermo terminal, reúne a un grupo de personas cuya característica principal es no haber valorado la belleza de la vida en algún determinado momento. El castigo de tan ejemplar personajes consiste, precisamente, en que tengan que luchar por su vida. Visualmente atractiva y con vueltas de tuercas más efectivas que las de la mayoría de cintas de este tipo, es la cinta ideal para conseguir el abrazo asustado (y algunas veces fingido) de la fémina (o macho sensible) acompañante.


De nada.

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