miércoles, enero 27, 2021

El folletín está más vivo que nunca

 


Lupin (Francia, George Kay y François Uzan, 2021) es la actualización del personaje de Maurice Leblanc, Arsene Lupin, a través de la historia de Assane Diop, descendiente de un migrante senegalés quien fue acusado de un crimen de manera injusta y cuyo honor está dispuesto a limpiar. La historia transcurre en París en la época contemporánea, aunque los guiños a la Belle Époque y a la literatura detectivesca es muy evidente, y lo atractivo de la serie.

         Lupin es una serie de entretenimiento puro que se deriva de los folletines del romanticismo del siglo XIX y que incorpora de manera afortunada las pesquisas detectivescas de los personajes surgidos en la época y que configuraron el arquetipo del detective moderno: Sherlock Holmes, Auguste Dupin y el propio Arsene Lupin. Hay aventuras a granel, misterios, disfraces y una acción trepidante que exige del espectador una constante suspensión de la verosimilitud. El contrato exige pasar por alto una serie de circunstancias que, de someterse a examen acucioso, caerían de manera estrepitosa.

         Si se aceptan estas premisas, lo que tenemos es una historia cuyos modelos son, sin lugar dudas, El conde de Montecristo de Dumas y los relatos detectivescos. Acompañamos a Assane en su búsqueda de justicia y en las peripecias que salva merced de sus artimañas y habilidades. Las partes más flojas son las partes serias, la justificación del conflicto vital del protagonista a través del fracaso parcial de la familia que ha construido. Salvados esos momentos lo que tenemos es un folletín en donde los malos son remalos y el héroe casi superhéroe.

         Entretenimiento sin complicaciones. No apta si estás buscando descifrar el significado profundo de la vida o las grandes alturas del relato que te brinde LA revelación. Palomera, sin más.

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