El 5 de junio de 2009, en Hermosillo, Sonora, durante un
incendio en una guardería subrogada al Instituto Mexicano del Seguro Social
murieron 49 niños y 76 resultaron heridos con quemaduras de diversos grados. La guardería se llamaba ABC. De los 19 funcionarios involucrados en el crimen,
sólo a uno se le está siguiendo proceso. Los demás no sólo se encuentran en
libertad sino que algunos, incluso, se encuentran en la búsqueda de puestos
políticos dentro de la actual contienda electoral.
Entre los
responsables se cuenta a familiares del actual presidente de la república,
Felipe Calderón, que más allá de apoyar la presentación ante la justicia de los
responsables, se limitó a declarar como día de luto nacional el 5 de junio.
Este es uno de
los casos más aberrantes de corrupción e impunidad que se han vivido en nuestro
país. Corrupción en el origen de otorgamiento de la concesión del permiso para
operar a una guardería que no contaba con las medidas de seguridad necesarias y
que, por el tráfico de influencias de los funcionarios involucrados, terminó
funcionando y convirtiéndose en una trampa mortal. Impunidad porque, a pesar de
que un buen número de funcionarios públicos (algunos elegidos por medio de las
urnas) tienen responsabilidad penal en el caso, ni siquiera han sido llamados a
cuentas por la justicia mexicana.
Los padres de
estos niños, los muertos, y de los otros, los quemados y en proceso de rehabilitación,
no han cejado en su lucha y continúan exigiendo lo que parece imposible: que el
Estado mexicano establezca las responsabilidades y sanciones justas a los
involucrados en el crimen. Estos padres son ciudadanos de a pie, trabajadores,
madres solteras que han tenido que enfrentarse a amenazas, a descalificaciones,
a la desesperanza de aquellos que les dicen que no conseguirán la justicia que
buscan. En días recientes incluso fueron encarcelados por hacer una pinta en la
que se exigía justicia por la muerte de sus hijos.
Sin embargo, a tres años de la
tragedia, los padres continúan en su lucha. En la búsqueda de que los
responsables paguen su deuda, una deuda que es con toda la sociedad mexicana,
no sólo con esos padres que, a pesar de las adversidades, continúan en el
camino.
5 de junio: ni perdón, ni olvido.
[A modo de recordatorio y homenaje, los nombres de los niños
muertos:
Ana Acosta Jiménez, Andrés
García Duarte, Andrea Nicole Figueroa, Aquiles Hernández, Ariadna Aragón, Axel
Angulo Cazares, Bryan Méndez García, Camila Fuentes Cervera, Carlos Santos
Martínez, Dafne Blanco Losoya, Daher Omar Valenzuela, Daniel Goyzueta, Daniel
Rafael Navarro, Daniela Reyes Carreta, Denisse Figueroa Ortíz, Emilia Fraijo
Navarro, Emily Cevallos Badilla, Fátima Moreno Escalante, Germán León Vázquez, Ian
Issac Martínez Valle, Javier Merancio Valdez, Jesús Antonio Chambert López, Jesús
Julián Valdez Rivera, Jonatan De Los Reyes, María Francisca Pérez Zazueta, Jorge
Carrillo González, Juan Fernández Lara, Juan Rascon Holguin, Juan Rodríguez
Othón, Julio César Márquez Báez, Lucía Carrillo Campos, Luis Denzel Durazo
López, María Millan García, María Miranda Huges, Marian Hugues Mendoza, Martín
De La Cruz, Monzerrat Granados, Nayeli González Daniel, Pauleth Coronado
Padilla, Ruth Madrid Pacheco, Santiago Corona, Santiago De Jesús Zavala, Sofía
Robles Martínez, Valeria Muñoz Ramos, Ximena Álvarez Cota, Ximena Yanez Madrid,
Xiunelth Rodríguez García, Yazmín Pamela Tapia Ruíz, Yeceli Nahomy Bacelis Meza,
Yoselín Tamayo Trujillo].
2 comentarios:
Gracias por recordarlos, gracias por recordárnoslos.
No olvidemos, no perdonemos.
Hola tu blog está muy padre. Te felicito. Ojalá siempre sigas compartiendo cosas.
Saludos.
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