Grey de Alberto Chimal
Lo he escuchado, dicho con convicción, que un escritor no lo es hasta que escribe libros como ladrillos, capaces de servir de material de contención en caso de que se reedite el diluvio universal. Esa convicción de que “el tamaño sí importa” parece igualar cantidad con calidad.
Alberto Chimal es un escritor que se ha dedicado a desmentir tal aseveración. Probablemente no como proyecto de vida, pero sí como resultado de su trabajo cotidiano en la creación de mundos que habitan en un espacio que está contenido sólo por la tinta, el papel y la capacidad imaginativa del lector. Literatura de imaginación (fantástica, en los cánones aceptados) es la descripción que se ajusta al respecto del trabajo de este autor mexicano.
En Grey ese potencial imaginativo se desata. Dentro del universo de la obra de Chimal me parece el trabajo más logrado y el que propone más formas de concebir al cuento como un género multiforme y con posibilidades casi ilimitadas. Si hay un eje que organiza los textos (algunos inclasificables) de este libro es la religión y la manera en que ésta se ha conformado como elemento de definición en la historia de la humanidad. Historias que aluden a textos bíblicos, reinvenciones desde la vida cotidiana, reinterpretaciones de pasajes imposibles… Hay de todo en la viña del Señor, decían los antiguos. Se puede decir lo mismo de este libro. Más que recomendable.
1 comentario:
¡Otro para la lista de libros por leer!
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