El libro ¿Sueñan los
androides con alpacas eléctricas? Antología de ciencia ficción contemporánea
latinoamericana (Libro al viento, 2012), reúne a un grupo de escritores de
varios países latinoamericanos que escriben una historia de ciencia ficción. Este
libro es un esfuerzo por cuestionar la idea de que en América Latina sólo se
escribe realismo-naturalismo y que la única forma de abordar la crítica social
o la reflexión identitaria pasa por varios lados, menos por el de los
despectivamente todavía llamados subgéneros.
En esta antología, podemos ver diversas versiones del futuro,
ese cronotopo asociado tradicionalmente con la ciencia ficción. Casi todas esas
versiones son apocalípticas, remiten a futuros de destrucción de la población, los
esfuerzos civilizatorios y los habitantes; es, en ese sentido, una de las cosas
que aluden a la región: pareciera que la fatalidad y la ausencia de finales felices
son propios de nuestra América.
Jorge Aristizábal Gáfaro (Colombia, 1964) construye una fábula
en la que se describe la lucha entre dos sociedades alienígenas que han elegido
la Tierra como el escenario de su disputa. Objetivo de una de las avanzadas de
uno de los bandos se relaciona con una mujer a través de quien intentan obtener
beneficios en su guerra particular. El tono del cuento es fársico en donde, más
que un planteamiento de ficción especulativa, parece existir una crítica hacia el
comportamiento femenino y la aparente imposibilidad de satisfacción de las mujeres.
Hay incluso un tufillo a misoginia que no termina de hacerse patente, pero que
atraviesa diversas escenas del texto.
Por su parte, Jorge Enrique Lage (Cuba, 1978), aborda otra
paradoja de comportamientos contemporáneos proyectándolo a un futuro indeterminado:
la idea de que la heterosexualidad ha desaparecido en el futuro y que “salir
del clóset” en esa sociedad es similar a las dificultades que enfrenta en
nuestros días la comunidad homosexual. Es interesante que los dos primeros
cuentos del conjunto utilicen el humor como mecanismo de crítica-exposición de
sus tesis. Reflejan una cierta mirada irónica sobre los usos y costumbres de
nuestros días, sin subvertirlos por completo. El humor, en estos casos,
pasteuriza la posibilidad de crítica eficaz.
Bernardo Fernández (México, 1972) narra los últimos días de
la civilización planetaria al llevarnos de paseo por una Ciudad de México que
se ha convertido en territorio de peregrinaciones, saqueos y caos. Una historia
de amor entre adolescentes que termina aún antes de empezar.
Desde
un registro sentimental parecido, José Urriola (Venezuela, 1971) describe una distopía
en donde las emociones y los sentimientos humanos se han deteriorado y devaluado
lo suficiente como para que se conviertan en una atractiva moneda de cambio. El
personaje central descubre la manera de sintetizar el amor, convertirlo en una
droga y comercializar con ésta. Todo se modifica cuando ese mecanismo lo tiene
que aplicar a sí mismo. Es, en resumen, una alegoría transparente de una historia
de amor tradicional.
Por su parte, Pedro Mairal (Argentina, 1970) habla también
de una adicción que modifica el comportamiento humano en una sociedad futura (o
indeterminada en el tiempo), el Float de su ficción es una alegoría de la forma
en cómo el uso de dispositivos electrónicos de comunicación ha aislado a los
seres humanos en sus formas más básicas. En este sentido, la historia aborda el
caso de una familia que se ve destruida por las consecuencias de esa adicción.
Finalmente, Carlos Yushimito (Perú, 1977) nos lleva a un
futuro en donde atestiguamos la historia de un humano y su robot, mismo al que
esclaviza para poder sobrevivir ganando partidas de ajedrez y al mismo que ha
negado la libertad a pesar de habérsela prometido. En la vejez, ambos cuerpos
se deterioran de manera distinta, pero con consecuencias similares; es una
reflexión acerca de lo perecedero de las cosas y de la muerte como una metáfora
de la liberación.
Son cuentos interesantes y paradójicos. Muestran, por un
lado, un eco de los ambientes y las ciudades latinoamericanas (ciudades, nunca
el campo) en donde la decadencia y el abandono se hacen patentes, pero, al
mismo tiempo, reflejan un futuro que puede ser el futuro de cualquier país o
región del mundo. La homogenización triunfante del capitalismo que logra, en
todos los casos, destruir a la humanidad por completo. O arrebatarle al menos
la esperanza.
* El libro se puede descargar gratuitamente aquí:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll3/id/20/rec/2
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