Un viejo adagio
afirma que cuando alguien intenta explicar qué es el humor, éste
desaparece. Porque es cierto que cosas distintas son contar chistes y
explicarlos. Al acercarnos a Mis chistes, mi filosofía de Slavoj
Zizek nos queda una sensación similar.
Sin negar que es un
libro muy entretenido y, en varias partes, hilarante, no termina de
ser un compilado un tanto arbitrario de chistes que utiliza en textos
más amplios para reforzar alguna de las ideas que expone. En ese
sentido, a la tradicional estructura enunciación + explicación +
ejemplificación, se le amputa la última parte, se reúne en temas
más o menos afines y se publica.
Resulta, sin
embargo, interesante la manera en cómo este pensador eslovaco ha
logrado construir una figura de ícono pop en ciertos sectores de la
intelectualidad a partir de utilizar elementos de la cultura de los
medios para desarrollar nociones e ideas dentro de su proyecto de
pensamiento. Igual Lacan, Freud o Hegel que Lady Gaga, Matrix o Los
Simpson. Más allá está la manera en cómo consigue prolongar y
expandir los efectos de sus performance que
muchas veces incomodan a la parte restirada y solemne de la comunidad
filosófica.
En
este libro se reúnen chistes sobre los más diversos temas: la
sexualidad, la religión, el cristianismo, la política, la pobreza,
el judaísmo, el racismo, la historia. Una parte fundamental lo
constituye las partes dedicadas a rememorar (o ficcionar) el humor
que se realizaba en la antigua Unión Soviética. Humor que era, sin
duda, una de las pocas formas que había para plantear críticas
ácidas a las decisiones tomadas desde la cúpula del régimen.
Hay
una voluntad de expresión acerca de la filosofía como la
posibilidad de pensar las cosas del mundo desde la manera en cómo se
manifiestan en éste. La inmediatez de las reflexiones no eluden la
exposición y análisis de chistes “colorados” (sexuales,
groseros, soeces, vulgares) que reflejan en muchos sentidos las
preocupaciones vitales del ser humano.
Es
una lectura muy entretenida, ligera (con pizcas momentáneas de
hermenéutica descontextualizada) y que funciona de manera eficaz
como una introducción a la obra de uno de los pensadores más
influyentes de la época contemporánea.
Slavoj
Zizek, Mis chistes, mi filosofía, Barcelona,
Anagrama, 2015.
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