viernes, julio 05, 2013

Si sabes contar...



Isaac Asimov es uno de los autores más multifacéticos que han existido. Escritor de culto asociado a la ciencia ficción y uno de los grandes difusores de la ciencia, Asimov tiene un lugar reservado dentro de la historia de la cultura occidental. Debemos considerar a varias de las obras de este autor como ejemplos de pedagogía para legos. Escritos en un lenguaje accesible y buscando la manera de construir sus exposiciones de la manera más clara posible, consigue explicar cuestiones asociadas a los dinosaurios, la química, la física cuántica, los cometas, la historia de Europa, la historia de la ciencia ficción, entre muchos de los tópicos que sus obras abordan.
      En Cómo descubrimos los números, nos lleva por un viaje en el tiempo hasta los albores de la historia del hombre. Aquellos primeros tiempos en los cuales se tuvo que resolver la cuestión de aprender a contar. En unas cuantas páginas, el autor de las leyes de la robótica, consigue que cualquiera que sepa leer se introduzca en la historia de las matemáticas más básicas que se conocen, las nociones de los números que utilizamos a diario.
      De tal manera pasamos de las praderas prehistóricas a las tierras egipcias, de ahí a los puertos fenicios, después a los caminos empedrados de los romanos, volando mentalmente llegamos a los ríos sagrados de la India y, de ahí, a los desiertos infinitos de Arabia. En cada una de esas escalas vamos reconstruyendo la manera en cómo le hemos dado sentido a lo que hoy es una de las ciencias más útiles y más incomprendidas de la historia: las matemáticas.
      Vemos, a través de estas páginas, cómo la obsesión por los números decimales se fundamenta en que ésta fue la cantidad de elementos que significaban a la primera herramienta que tuvimos para contar: los dedos de las manos. Aunque después descubrimos que era más útil recurrir al doce, porque éste tenía más divisores y permitía establecer conjuntos fraccionarios de objetos. De ahí viene la docena de huevos, por ejemplo. Y de esa docena, se proyectó la utilidad de un sistema de conteo sexagesimal, en donde el número 60 contenía las ventajas del 12 y planteaba nuevas soluciones. De tal proyección heredamos los conteos de los segundos en los minutos y de los minutos en las horas.
      Acerca de la manera en cómo representamos estos números, siempre había tenido la idea de que éstos surgieron en Arabia, de hecho se les denomina “números arábigos”, y no es así: los signos provienen de la India, y fueron los árabes quienes descubrieron las enormes ventajas de utilizar esos signos para desarrollar la aritmética y otras áreas de las matemáticas. Se menciona la historia del número cero (donde no aparecen los mayas) y la forma en cómo esa historia que comenzó en una pradera prehistórica se extiende el día de hoy hasta la computadora en la cual lees esto.
      Un libro intelectualmente estimulante que pueden leer gratis si le dan clic a la imagen de aquí abajo. 


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