Viene y me dice: "No he podido atender la materia, profesor. Mi madre tiene cáncer. Ella no ha podido ir a trabajar y yo he tenido que doblar turnos porque teníamos que pagar la renta". Es una buena estudiante. Era una buena estudiante. Las últimas tres semanas del curso desapareció. Después supimos, los maestros, que era porque se hace cargo de la casa cuando la madre tiene las crisis propias de su enfermedad. No es justo. La chica tiene 17 años. Es demasiado peso para su vida. Para eso que actualmente es su vida. Un ir y venir del médico al trabajo al médico a la escuela a donde la madre enferma etcétera. Y bueno, que yo me quedo solo en mi oficina, revisando los trabajos de los otros chicos. Y no se me ocurre nada más que ponerme a teclear.
1 comentario:
Me gusto mucho el relato, sobre todo al final cuando dices: "he tenido que ponerme a teclear", me recordaste por un momento a Paz, sí, a Paz: "y en este instante alguien me deletrea". Osea, alguien más hace algo que yo dejé de hacer. No sé pero al final de esas líneas se respira: tristeza, nostalgia, melancolía, confieso que no pude contener mis lágrimas, ¿qué sentimental, verdad?
Saludos.
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