2. El ratón de los dientes no existe. Una de las cuestiones más sádicas que he visto es aquella en la que las madres convencen a sus pequeños cachorros de tirarse los dientes de leche con el mito del ratón de los dientes. ¿Cuántas torturas físicas o psicológicas no habrán tenido que soportar los escuincles con tal de disfrutar de una mísera moneda de diez varos? Además, ¿se imaginan el terror de un chamaco que se despierte a media noche y vea a un enorme ratón bigotudo cargando una bolsa de monedas y sosteniendo en otra una cantidad ingente de colmillos apestosos y cariados? El terror. Además, con ese mito de los ratones, lo único que estamos consiguiendo es que nuestros niños aprendan a odiar a los gatitos por cuestiones puramente monetarias.
3. Ser niño es lo más maravilloso del mundo. Cosa que puede ser cierta, a excepción de los siguientes casos: 1. Cuando eres más pequeño que los demás y todos te agarran de su puerquito; 2. cuando eres el matado del salón y todos están autorizados a hacerte burla; 3. cuando tu mamá es muy guapa y todos los guarros de sexto te gritan “m'ijo” (o cuando es tu hermana y tu apodo de toda la vida se queda en el “cuñado”); 4. cuando tu mamá cree que un cocktel de frutas o un sandwich de germinado es más rico que una jícama callejera con miguelito o un raspado con hielo de agua tratada; 5. cuando tienes una mamá que cree que vives en el Polo Norte y te pone encima hasta tres suéteres, uno tras otro; 6. cuando tu papá es repedote y tienes que aguantarlo cuando le dice a sus cuates de briaga: “éste es mijo, éste si va ser bien chingón”; 7. cuando te besuquea la tía gorda de pésimo aliento mientras te aprieta los cachetes; 8. cuando te mandan a dormir temprano porque se va a hablar de “cosas de adultos” lo cual quiere decir que los “grandes” van a hacer guarradas, embrigarse hasta morir y pelearse porque se acabaron los hielos; 9. cuando te obligan a jugar con los primos que te caen en la meritita punta del Everest; 10. cuando tienes que acompañar a tu hermana cuando sale con el novio al cine, para que no se la cachondee muy recio en la semioscuridad del recinto; 11. cuando te dicen que por ser niño no sabes nada, así que te callan. Aparte de estos inconvenientes, y otros que no menciono, ser niño no es precisamente el paraíso que todos pintan.
4. Ser bueno quiere decir hacerle caso a los padres. Mentira. Por lo regular, son los padres los que llenan de la mayor cantidad de prejuicios y malas mañas a los niños. Algunos ejemplos. “Si habla por teléfono tu abuelita, dile que no estamos, pero que nosotros le regresamos la llamada”. En el metro: “métete por debajo del torniquete, a fin de cuentas que todavía cabes”. En la alimentación: “hoy no tengo ganas de hacer de comer. Vamos al McDonalds”. En la escuela: “llévale este regalito a la miss, a ver si así no te reprueba”. Etc. Etc. Etc.
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