viernes, septiembre 05, 2025

Comunicado desde la convalecencia

 


No dejo de pensar: “Así comenzó el protagonista de The Fly (David Cronenberg, 1987)”.

El virus del hérpes zóster es un organismo asociado con la enfermedad que conocemos como varicela. Sus raíces etimológicas son griegas y latinas. Significan “serpiente” (por la característica de que las lesiones “se arrastran” por la piel) y “cinturón” (por la forma en cómo se manifiestan las erupciones cutáneas asociadas a la misma). Cuando aparece en niños, la mayoría de las veces resulta en molestias leves que tienen como ventaja inmunizar estos cuerpos para infecciones posteriores. Padecer la enfermedad causada por el virus tiene efectos distintos en infantes con respecto de adultos. A los adultos nos puede afectar más y con secuelas graves y a largo plazo. Si se ha padecido la enfermedad en la infancia, después de la manifestación el virus no desaparece; se aloja en los conductos del sistema nervioso y se reactiva en algún momento propicio caracterizado por estrés excesivo (mi caso), inmunodepresión o causas que no han sido determinadas aún médicamente. 

En mi caso, la semana pasada aparecieron unos granitos (dos) en la cara que pensé eran manifestaciones de acné postadolescente, por lo que no le di más importancia. Sin embargo, conforme pasaron los días, los granos no desaparecían, se me inflamó la garganta y comenzó a dolerme el oído interno del lado izquierdo. Aun en este punto, creí que la razón eran, en realidad, dos razones: una infección en la garganta (que asocié con mi visita a las bóvedas refrigeradas de la Cineteca Nacional de la cual les conté en la publicación previa) y el acné. Conforme pasaron los días el diagnóstico mudó a infección en la garganta más herpes simple (comenzaban a formarse las vesículas/ámpulas características de la enfermedad “hermana” del zóster); hasta que las molestias se hicieron mayores y las lesiones cutáneas se comenzaron a reproducir rápidamente. Fue entonces que el diagnóstico no podía ser otro: herpes zóster. De inmediato, Laura me mandó medicación antiviral y analgésica en cantidad generosa y necesaria. 

Las características de la enfermedad varían de persona a persona, pero tiene ciertos patrones: se presenta sólo en un lado del cuerpo y afecta la zona sobre las cuales los nervios estimulados tienen influencia (cara, tórax, espalda; por lo general sólo ocurre en la parte superior del cuerpo); las erupciones son dolorosas y generan ardor, picazón, hormigueo; hay una sensación de malestar general parecido al cuerpo cortado de la influenza, más intenso en el lado del cuerpo afectado; a veces hay fiebre; y, lo más importante, dolor localizado de acuerdo a la zona afectada. En mi caso dolor agudísimo en las encías, el oído y el lado izquierdo de la cabeza.

Neuralgia del trigémino: causas, síntomas, diagnóstico y opciones de  tratamiento
El nervio trigémino, encargado de controlar varias de las cosas más bonitas de la vida: ver, escuchar y comer.

A pesar de ser un padecimiento agudo (se manifiesta de manera potente, pero su duración tiende a ser breve, entre una y dos semanas), las secuelas pueden ser más duraderas. La más común es algo llamado neuralgia posherpética que es la persistencia del dolor en las zonas afectadas del nervio involucrado (en mi caso fue el trigémino, el cual provee la mayor parte de la sensibilidad de la cara y la inervación motora de los músculos de la masticación) que puede durar desde unas cuatro semanas hasta un par de años; pero puede ir hasta la encefalitis (inflamación del cerebro) y ciertos tipos de parálisis. En mi caso los efectos más molestos han sido la extrema sensibilidad en los dientes, sobre todo al tomar líquidos o alimentos fríos, y la sensación esporádica temporal de que se infla un globo dentro de mi oído; además de la complicación de sólo poder conciliar el sueño del lado opuesto al afectado o boca arriba. 

Hay también una dificultad para poder concentrarse en tareas específicas como la lectura o, incluso, seguir la trama de una película. Lo más recomendable es reposar hasta que los efectos más fuertes pasen. Ha sido una fortuna para mí que esto haya ocurrido, precisamente, cuando inicio un periodo de descanso sabático en mi empleo principal, en el cual me he comprometido a desarrollar un trabajo de investigación/creación para animar la lectura en estudiantes de nuevo ingreso a nivel medio superior (pero esto es tema de otro post). 

Cómo le afecta al cerebro el estrés? - ¿Ya lo sabías?

De compas: bájenle al estrés.

Si hay una lección en todo esto que les pueda compartir es la siguiente: mantengan el estrés y la ansiedad a raya, no sólo por los efectos que estos fenómenos tienen en la vida cotidiana y en la salud mental y física, sino también para prevenir la aparición de este tipo de enfermedades oportunistas. Esto me ha permitido pensar, también, en la manera en cómo el dolor nos recuerda nuestra mortalidad y constitución material destinada a fenecer (aiwei). En fin, todo para decirles que no se estresen. Los quiero desde esta nube de percepción adulterada. Abrazos.