tag:blogger.com,1999:blog-72293842024-03-14T10:07:36.427-06:00Fábrica de polvoÉdgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.comBlogger840125tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-85892471896614648862023-08-07T16:58:00.002-06:002023-08-07T16:58:06.261-06:00Reír para no llorar<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMmU_tP12VF1dQmjYIGx-V5VRF_77sMARJMjxbMVgKEHhYflfe_gBNGaok-vXLos4dDJSWnEyOgXdQbj7lVgPaAj32bepAY2Gb3oiQqy6SPsatonFEZF3NoCr2wCSRpXMnPB6onoc01hXB2AfLax88IbYC4JaKcs99B4cTBur-nTBuJsN0m8JN/s810/Atenea%20Cruz.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="629" data-original-width="810" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMmU_tP12VF1dQmjYIGx-V5VRF_77sMARJMjxbMVgKEHhYflfe_gBNGaok-vXLos4dDJSWnEyOgXdQbj7lVgPaAj32bepAY2Gb3oiQqy6SPsatonFEZF3NoCr2wCSRpXMnPB6onoc01hXB2AfLax88IbYC4JaKcs99B4cTBur-nTBuJsN0m8JN/w400-h310/Atenea%20Cruz.png" width="400" /></a></div><br /><p></p><p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hágalo usted misma </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(An.Alfa.Beta, 2023), Atenea Cruz (Durango, 1984) nos presenta una colección de cuentos dividida en tres partes. En la primera, “Lo extraño”, se muestran una serie de narraciones en las cuales la noción de lo no realista se convierte en una de las características que los agrupa. En “Porcicultura para principiantes” acudimos a la transformación de un hombre en un cerdo, no en términos metafóricos o descriptivos, sino biológicos; “Otro jardín secreto” plantea la transformación botánica de una mujer que al transformar su cuerpo para lograr una imagen más acorde con lo normativo, se topa con consecuencias que la hacen florecer literalmente; “Visitas” toma los tópicos de la infidelidad y del aburrimiento en la pareja para construir un relato sobrenatural de final espeluznante; en “El intercambio”, la violencia doméstica se une a la inocencia infantil para construir una historia en donde los deseos de transformar el entorno desagradable deriva en castigo ejemplar para el violentador. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Por su parte, “Lo posible” presenta dos textos que juegan con los límites de aquello que divide lo que denominamos real de aquello que asumimos como imaginario: en “Las yeguas nocturnas”, el agobio de una mujer que sufre trastornos del sueño y quien decide tomar la opción de una cura “igual pero más barata” que la recomendada por los especialistas, los sueños invadiendo la realidad remiten a la sensación despertada por historias como “Calíope” de Neil Gaiman; en “La última plaga”, la literatura especulativa o de anticipación prevé un futuro nada halagueño ni agradable para la raza humana, desprovista de medios de alimentación, las medidas para paliar el hambre serán radicales. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La última parte de la tríada lleva por título “Lo cotidiano”, en donde las historias se insertan en el marco (tramposo marco) de “lo real” y en donde los pensamientos de los personajes se vuelven un territorio a explotar por las voces narradoras: “Cena para una” aborda la manera en cómo las parejas que dejan de serlo se relacionan en su nueva situación vital, una llamada telefónica parece resolver las dudas de aquello que ya se sospecha o se sabe de hecho; “Después del fuego” aborda la noción del deseo por maternar y de las consecuencias que tiene hacerlo sólo por complacer a la otra persona dentro de una relación; “Hágalo usted misma” (mi preferido) narra el proceso que lleva a una madre a intentar el retorno de su hija al seno del hogar, después de que su relación de pareja ha fracasado estrepitosamente, descubrimos que aquellos que nos quieren se vuelven nuestros cómplices antes que nuestros jueces; finalmente, “Pequeña tragedia griega” pasa lista a la crónica de los clichés y ceremonias artificiales relacionados con los encuentros literarios y la vida de los creadores en general. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los cuentos de Atenea Cruz son poderosos, se notan trabajados a conciencia, de tal manera que el resultado no es decepcionante en ninguno de los casos. Es un volumen bien armado en donde el juicio a elementos como el amor romántico, las aspiraciones estéticas, las relaciones humanas, el papel del sexo y la necesidad de separarse de aquello que se denomina “normalidad” es lo que le da unidad y sentido. Una cosa que es necesario señalar es el sentido del humor que atraviesa a la mayoría de las historias; los tonos son diversos (ironía, sarcasmo, sátira) y en todos los casos resulta efectivo. Las hipérboles inverosímiles, merced los mecanismos del humor, se vuelven por completo parte de ganancia en el contrato lector establecido al acercarse a esta propuesta cuentística. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">* El libro se consigue en los medios de la editorial, con la autora y a través de Leslie Rondero (que fue como lo conseguí yo). </span></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-4232360499001763352023-08-07T16:53:00.000-06:002023-08-07T16:53:00.039-06:00Rebeliones para nuevos folletines <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghbMgU-Inxquv5LFfBG4FRlzWC1Lxd1QsqlNVjxLMtnKgKDN13MQIHEUgH1bqT0phjlt4jQmkyaE6qpRB1GF3dAJeluO2GXqkkViPDztG0iQillwt9WWPyFrMzQZxK2hKzppBEO4beWKf-DHZsIMzyF817c-dvf424FziE2c8X7aX1N-J_IgwI/s796/Javier%20Raya.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="407" data-original-width="796" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghbMgU-Inxquv5LFfBG4FRlzWC1Lxd1QsqlNVjxLMtnKgKDN13MQIHEUgH1bqT0phjlt4jQmkyaE6qpRB1GF3dAJeluO2GXqkkViPDztG0iQillwt9WWPyFrMzQZxK2hKzppBEO4beWKf-DHZsIMzyF817c-dvf424FziE2c8X7aX1N-J_IgwI/w400-h205/Javier%20Raya.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La rebelión de los negros </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(El Quinqué Amarillo / Secretaría de Cultura de Jalisco, 2017), Javier Raya (Ciudad de México, 1985-2022) realiza una de las obras más extrañas dentro de la literatura nacional. Pastiche de textos con una fuerte carga lírica, pero que también abreva de la crítica social, del escarnio al mundo (mundillo) literario, de la revisión de las expectativas traicionadas de los numerosos aspirantes a estrellas de las letras y de un recuento copioso y enterado de diversas nociones asociadas a la literatura y su canon occidental. </span></p><span id="docs-internal-guid-c133ac0a-7fff-ee03-d6cf-864821f4f069"><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Como bien apunta al principio el narrador elusivo (la voz del personaje que se llama igual que el autor, pero que no es el autor), la razón por la cual decide escribir el libro es clara: “Por disciplina, por desafío, y, sobre todo, por chingar, me propuse escribir un libro donde contara la historia secreta detrás de la redacción de la literatura en la actualidad -ya no desde la perspectiva de una actividad artística, sino como un medio de producción de (sin)sentido”. A partir de esa declaración, las páginas siguientes decantan por la construcción de un proyecto, que es una novela, que es el libro que se está leyendo, que apunta a organizar una rebelión de los negros literarios; no entendidos como aquellos trabajadores a destajo de la época de oro del folletín decimonónico, sino como los actuales aspirantes a escritores que pululan por diversas ocupaciones que les permiten sobrevivir, pero no dedicarse totalmente a la escritura. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Escritores de discursos políticos, redactores de notas superficiales en pasquines necesitados de clicks, profesores de cursos de literatura en las universidades, coordinadores de talleres literarios, vendedores de libros raros, correctores de estilo, artífices de los textos oficiales y de los libros de texto. Ocupaciones todas que en apariencia se relacionan con la literatura pero que, en última instancia, no son literatura. El texto cuestiona la idea de novela a cada momento, no es una novela en el sentido tradicional del término, no cumple incluso con los elementos que podrían caracterizarla de manera inequívoca, apunta: “Tú no haces novela, esta no es una novela, tú vas a quedarte recluido en los géneros menores del discurso, vas a ser un artista del </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">e-mail, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">un virtuoso del chat, un Casanova de los mensajes de texto, pero la literatura es otra cosa”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El libro es la presentación de testimonio de alguien decepcionado de lo que ha encontrado al asomarse al mundo literario, que ha sopesado en parte cómo funciona, y que no ha visto manera de poder encajar de la manera en cómo se lo ha planteado, alguien que utiliza la ficción y la literatura misma para prestar ese testimonio a partir de sus herramientas: “A lo mejor para eso sirve la ficción, para crear una estación provisional a donde el tren de la Historia pueda hacer un alto, al menos provisionalmente, y donde los viajeros puedan contar de una vez por todas lo que han visto”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El texto se asume también como ente propietario de una voz, la voz de la rebelión que contiene, que narra y que planea: “No quiero filtrar nada, no quiero dejar nada fuera, no quiero convertirme en Editor de mí mismo. [...] De este punto a este punto, fui un </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">autre </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">diez veces. Exagero, pero el punto queda claro. Me disfrazo de texto, en realidad, porque he venido a infiltrar esta novela. Soy un </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">ninja</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, lo confieso, lo he sido siempre. Ahora que nada importa, de más está decirlo”. La rebelión a ese destino fútil pero deseado, despreciado pero visto como fin último no se lleva a cabo en lo tangible sino en el terreno de lo literario, en el espacio del libro que se escribe a sí mismo: “Nuestra revolución será inútil. No tendremos héroes, ni caudillos ni nombres. No tendremos, sobre todo, manifiestos, porque no habrá nadie que los firme. Nuestra obra es una conversación interminable”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ningún aspecto de lo que rodea la posibilidad de creación queda desechada como material criticable, como las redes sociales: “Facebook editorializa con brutal eficacia la percepción de nuestra vida privada, de la práctica del yo no como un ingenuo ejercicio de vanidad, sino como una red de referencias que estabiliza lo que somos en términos sociales, que es otra forma de decir: en términos de mercado. Consumimos estos afectos y estos productos. Y por lo que consumen los conoceréis”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La catarsis da paso a una crítica de la propia generación y sus mecanismos de sobrevivencia desde las posibilidades que la precariedad o la búsqueda de condiciones para la creación imponen: “si hubiera becas fonca para poetas de 7 años, cabrones, dejarían raspado y rojo y despellejado ese pezón de tanto mamarlo, lobeznos, parias, escritores, cuánto los odio, quieren la consagración antes que la obra, la gloria póstuma antes que picar piedra y poner una palabra detrás de otra, negro sobre blanco todo el día como esclavo, no, ya sé que voy a sonar como un viejo yo también, pero ustedes lo que quieren es coger, coger y drogarse, y coger drogados, y luego drogarse y volver a coger, y levantarse con resaca para drogarse y poder seguir cogiendo y tener resaca de coger, resaca moral, son adictos [...] los negros son en general son desclasados, a veces un negro se vuelve escritor, pero rara vez un escritor se vuelve negro, yo quería escribir y terminé negreando, por ejemplo, pero nunca fui tan bueno”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es un libro amargo, pero revelador, también cínico y autocrítico, en cierto sentido demoledor ante la superioridad moral y la simulación que se manifiesta en ciertos sectores del mundo de la creación literaria y de las editoriales. Quizás es un libro de escritores para escritores, pero es uno de esos que se queda mucho tiempo resonando en la cabeza, incluso mucho después de haber concluido con su lectura. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">* El libro se consigue en su formato físico todavía en algunas librerías, y hay una copia “liberada” en Academia.org para quien desee leerlo. </span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-14304300887729384452023-08-01T18:46:00.001-06:002023-08-01T18:46:30.055-06:00(Des)amores clandestinos <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDciHS-7zQc67_BCWCJ9BGU2SbZkbSXUKbcHIjrM5Soa8NQ_o0HOfxGxCeEyWUTqvbbeJ0YA_6AFHAqAMLq7r1ulTaaDONFKf7c1Lw3Tm2Ocn7UbCSbnxyN4O1cV2EzSljCm5w7yTa_eMVJsK-BrxZU7Ab7W4mP9iJ8impwIJ9WOu9QeU-MLcr/s1180/Elena%20M%C3%A9mdez.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="721" data-original-width="1180" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDciHS-7zQc67_BCWCJ9BGU2SbZkbSXUKbcHIjrM5Soa8NQ_o0HOfxGxCeEyWUTqvbbeJ0YA_6AFHAqAMLq7r1ulTaaDONFKf7c1Lw3Tm2Ocn7UbCSbnxyN4O1cV2EzSljCm5w7yTa_eMVJsK-BrxZU7Ab7W4mP9iJ8impwIJ9WOu9QeU-MLcr/w400-h245/Elena%20M%C3%A9mdez.png" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Clandestina </i>de Elena Méndez<br /></div><br /><p></p><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Clandestina </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(Instituto Sinaloense de Cultura, 2023), Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa, 1981) entrega cincuenta poemas que tratan sobre el amor, el desamor, la pasión, el deseo, el sexo y, sobre todo, el amor clandestino que se teje entre sábanas que deben hacerse anónimas a pesar de las expectativas y la construcción de un futuro que no será. </span></div><span id="docs-internal-guid-d1d44dbb-7fff-cb06-2e15-e909c690aff5"><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hay una voz potente que emana una tristeza y una desazón con la cual, quienes hayamos padecido la experiencia de no ser correspondidos en toda la extensión de lo que nuestros deseos y planes construyeron en el vacío, es imposible no empatizar. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Así, acudimos a los encuentros furtivos a sabiendas de su falta de continuidad (“Uno en el fondo sabe/ que el deseo es algo misterioso y a la vez tan simple/ como ceder a un encanto tantas veces negado/ y luego huir porque era demasiado bello para ser verdad,/ porque estoy ocupado,/ porque no tengo tiempo,/ porque no,/ porque nunca podré verte de nuevo”); al sufrimiento infligido por el molusco inclemente de los celos y el deseo de posesión (“Me sé de memoria tu número,/ pero no te marco/ porque siempre me mandas a buzón/ y entonces pienso que estás con otra/ y me siento triste/ pues aunque nunca hemos hablado de amor/ me da coraje pensar/ que alguien más disfruta de todo eso/ que a mí me haces”); la furia sorda por saberse segunda, tercera, última opción («Y te vas y te vas y te vas y te vas y no te has ido»./ Brindemos por la filosofía de la velita prendida./ No te extrañe cuando la aplique contigo”); el desengaño contrastado con los arquetipos célebres del amor mal correspondido e imposible (“Marilyn lloraba./ A pesar de tener el mundo a sus pies,/ nunca nadie la amó de verdad./ Yo, que no soy guapa ni rica ni famosa,/ con más razón lloraré./ Porque cuando creí ser amada todo se vino abajo./ Desde entonces no salgo del abismo”); la decisión de abandonar(se) y dejar todo aquello que reconocemos como causa de nuestro dolor e infortunio (“No quiero tenerte cerca./ No quiero ver tus ojos./ No quiero tocar tu mano./ No quiero escuchar tu voz./ No quiero aspirar tu perfume./ No quiero pisar tus huellas./ No quiero ni acordarme que alguna vez te amé”); los recuerdos lacerantes de la humillación (“Me pagó para dársela de buen samaritano,/ para que olvidara su mal desempeño,/ para expiar su culpa,/ para hacerme ver que no era más que su puta,/ alguien que nunca podría pasear de su brazo/ ni esperarlo en algo que pudiera llamarse hogar”).</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Una gran cantidad de referencias se aglutinan a lo largo de las piezas y como pretexto para que las imágenes delineen el universo de la autora (Oscar Wilde, Kurt Cobain, Rimbaud, Madonna, Dante, García Márquez), universo en lo que lo canónico se une a lo pop sin ningún problema (José Alfredo canta de fondo en el poema XXII). Pero también se escuchan los ecos de poetas como mi adorada Idea Vilariño, donde “Ya no” parece el origen genético del poema XLVII, donde el futuro de la uruguaya troca en el pasado imposible de la sinaloense: “Nunca pisamos el césped húmedo,/ ni enredaste una flor en mis cabellos./ Nunca dijiste: «Báñate conmigo»,/ a pesar de usar mi regadera./ Nunca hubo un beso furtivo/ en una oscura sala de cine,/ ni abrazos de cartoncito al doblar la esquina,/ ni un poema en una servilleta/ (vamos, ni conocí tu letra)./ Nunca bailamos un vals inaudible./ Nunca tu mirada fue mi espejo./ Nunca, nunca, nunca”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Un poemario transparente en sus intenciones y con un lenguaje que no se regodea en las piruetas del lenguaje o en la pretensión de falsa profundidad, sino en la expresión de los sentimientos y emociones de quien se hace cargo de la voz poética. Que, en un principio, para eso nació la poesía. Creo. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">* El libro lo pueden adquirir en el sistema de librerías del ISIC y con la autora, a través de sus redes sociales. </span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-4205958736435056412023-08-01T18:43:00.002-06:002023-08-01T18:43:40.517-06:00Dos de cal y cuatro de arena <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXk5oAKlw7liw5JbORMREg0EDwuiy3JGJRqnanCPr3-4LwrkLc_EZ0s6BnPc0qW7LNjt7WYYZIdHg3NH69-SQzxPWSr7EFvpMJLNr0aCliHOibKlO5_5lkG0ZtSvhqrngnMEeeURyXfQuo49aHAVwWrue9PZ5zVgHNkdqfXYibCgTQ7Nxu-84X/s852/Everardo%20Mart%C3%ADnez.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="652" data-original-width="852" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXk5oAKlw7liw5JbORMREg0EDwuiy3JGJRqnanCPr3-4LwrkLc_EZ0s6BnPc0qW7LNjt7WYYZIdHg3NH69-SQzxPWSr7EFvpMJLNr0aCliHOibKlO5_5lkG0ZtSvhqrngnMEeeURyXfQuo49aHAVwWrue9PZ5zVgHNkdqfXYibCgTQ7Nxu-84X/w400-h306/Everardo%20Mart%C3%ADnez.png" width="400" /></a></div><p></p><p style="text-align: center;"><i>Andamio </i>de Everardo Martínez Paco, "Perro Rabioso" </p><div style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: left; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: left; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Andamio </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: left; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(Ediciones Amatlioque/ Letramía, 2023), Everardo Martínez Paco (Tlalnepantla de Baz, Estado de México, 1987) entrega una serie de relatos que bajo el subtítulo “Crónicas albañilezcas” se aleja de la concepción rígida del género periodístico y se acerca de manera más clara hacia los terrenos de la ficción literaria. El tema que da unidad al volumen son las historias acerca de trabajadores de la construcción, quienes relatan en viva voz sus desventuras (las más) o su día a día. Sin embargo, el conjunto no es sólo una serie de cuadros costumbristas, sino que dejan ver por debajo una serie de influencias que otorgan una dimensión interesante al conjunto. </span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Se encuentra, por ejemplo, la referencia metatextual a obras de la literatura universal adaptados al contexto de la cuchara y el cemento (</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">en “Sancho”; el mito artúrico en “El Mai Arturo”; “El corazón delator” de Allan Poe, transmutado en “El corazón de latón”; ecos de </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Factotum </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">de Charles Bukowski en “Diálogo”; entre otros). Hay, además, una sensibilidad para transmitir de manera cruda, reiterativa por necesidad y casi naturalista el lenguaje utilizado en las obras de la construcción: el albur, la carrilla, la mentada de madre (“Hasta parece que me dijeron “voltea”, y que volteo. ¡No mames!, ya venía cayendo, hijo de su puta madre. Me dio un susto de la chingada, se lo cargó su puta madre . ¡No mames!, hubieras visto la pinche cara de miedo que tenía, pero eso sí, güey, ni una puta gota de sangre le salió al cabrón, te lo juro por </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial,sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;">esta, güey” [“Fermín II”]). </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Detrás de las historias, trágicas la mayoría de ellas, asoma una crítica social que permite reflexionar acerca de la necesidad económica que empuja a los trabajadores de la construcción a dedicarse a una actividad que es de las más pesadas, ingratas y peligrosas; en este sentido, cuestiona el privilegio de aquellos que desprecian y discriminan a los invisibles y desheredados (“¿Alguna vez has sabido lo que se siente no tener nada, pero nada en el mundo? No tener comida, no tener dinero, no tener nada, pero nada; ni siquiera lo que traes puesto es tuyo, o ¿crees que es bonito no saber a qué chingados sabe un pollo? Nunca haber tragado un pinche plato de comida decente, ¿o sabes lo que se siente? / Cómo vas a saber si nunca disfrazaste el hambre con una mona, con un alcohol o con un pinche bolillo duro. Nunca has sabido a qué sabe la pobreza. Cómo carajos quieres venir a decirme que todo puede estar bien, cuando esto está de la chingada. ¿Que puedo trabajar y tener todo eso? ¿Y quién crees que le dará trabajo a alguien como yo? Tú sí pudiste estudiar, ir a la escuela, o ¿sabes lo que se siente ver a todos los escuincles ir a la pinche escuela y que tú nomás cargues pinches tabiques afuera? Trabajar desde morro para que tu jefe se pudiera empedar. ¡Claro que no sabes nada de eso, mi chingón!, la vida te ha tratado bonito” [“Yo no era así”]). </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Problemas como la precariedad y el alcoholismo rondan como </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">leit motif </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">en gran parte del volumen. Pero también se hace presente la esperanza, la solidaridad, la ternura. Esto es evidente, por ejemplo, en “Clausura”, uno de mis relatos preferidos, donde se narra el periplo que debe hacer un padre para llegar a una cita importantísima que se nos desvela al final (anoto el párrafo previo al desenlace): “Artemio caminó y caminó; casi treinta minutos entre estudiantes, edificios, puestos de comida, tiendas de libros, puestos de dulces y cigarros; caminó entre personas que lo veían raro, caminó como si su vida dependiera de eso. Caminó y por fin llegó al Salón de Actos Solemnes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. El salón estaba lleno de personas, cuando atravesó la puerta, todas las miradas se posaron sobre él, nadie daba crédito de que Artemio se atreviera a venir vestido de aquella manera a una ceremonia tan importante. Artemio no puso el menor cuidado en eso, sus ojos temblaban y se llenaron de lágrimas y orgullo al ver al frente”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">A pesar de los temas abordados, no faltan los deslices humorísticos, los finales sorpresivos, las historias que trampean al lector y lo hacen caer traicionando lo que había previsto. Otra cosa externa al texto, pero que me parece importante, es la naturaleza autogestiva del libro como objeto, la valentía para lanzar al mundo las historias que estas páginas contienen desde el esfuerzo de la autopublicación y la distribución y edición solidaria. Hay mucha intención en lo que escribe este joven escritor y es seguro que lo mejor de su producción está por venir. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space-collapse: preserve;">* El libro lo pueden conseguir a través de las redes sociales de Everardo Martínez Paco (Perro Rabioso), Ediciones Amatlioque y con Leslie Rondero. </span></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-32552901750022948712023-07-25T17:07:00.001-06:002023-07-25T17:07:22.243-06:00La vida (casi inútil) de Simón Clarinet<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI9ymaxLC1Du694lft5oA1Dvb7j9NG-DE8sTCXvCCwIzoiVeFoPQyLqtheOqO3adQgMSWyDy7l15Sysbfzji8A1pobbuC__d7p7zt9EnOiFn7eHL0Wt-zWrtVlnseGAc7XpGKCj17n6B6DqsxDfoFnCN5bl7tOEQPdgk1ofoQE98IDjXKChVM2/s1249/Carlos%20Dzul.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="726" data-original-width="1249" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI9ymaxLC1Du694lft5oA1Dvb7j9NG-DE8sTCXvCCwIzoiVeFoPQyLqtheOqO3adQgMSWyDy7l15Sysbfzji8A1pobbuC__d7p7zt9EnOiFn7eHL0Wt-zWrtVlnseGAc7XpGKCj17n6B6DqsxDfoFnCN5bl7tOEQPdgk1ofoQE98IDjXKChVM2/w400-h233/Carlos%20Dzul.png" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;"><br /></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Simón Clarinet </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(ChangosPerros Ediciones, 2022), Carlos Dzul (Villahermosa, Tabasco, 1983) nos introduce a las calles y personajes de la ciudad de Perropodrido, lugar mítico en donde se desarrollan las historias de este narrador e historietista. En este volumen acudimos a revisar los textos que el cronista que da título al volumen generó a lo largo de su infructuosa e ignorada vida. En estos relatos del tabasqueño todos los niveles del humor se dan cita de manera caótica pero efectiva: la ironía, el sarcasmo, la sátira y la parodia se mezclan, conviven y se convierten en posibilidades de interpretación de una obra que se aleja de las propuestas tradicionales y de las formas de narración como las conocemos.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-indent: 36pt; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> Hay muchos ecos en las historias de Dzul; me recuerda mucho la literatura que Víctor Roura creó en los años noventa en títulos como </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-indent: 36pt; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La ira de Dios es mayor </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-indent: 36pt; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">o </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-indent: 36pt; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Las bailarinas; </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-indent: 36pt; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">pero también los espacios y ambientes psicodélicos propuestos por Jis en las tiras y cartones de “Otro día”. Pero además de esos referentes cercanos, la obra de Dzul se emparenta con el ánimo desmadroso que impulsó la creación de las propuestas vanguardistas de los años veinte del siglo XX: el absurdo como uno de los elementos fundamentales de su poética remite a las obras de los dadaístas; la creación de escenarios, personajes y situaciones autónomos, pero consistentes, a través del lenguaje, está muy cercana al surrealismo. Por otro lado, las cuestiones planteadas por ciertos textos del denominado “realismo sucio” (escatología, descripción naturalista de la miseria) lo convierten en un autor con una obra muy difícil de catalogar.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Al apostar por la independencia y la autoedición, Dzul se permite no censurar el uso coloquial del lenguaje y dar rienda suelta a su fructífera imaginación. Entre sus textos nos encontramos por igual a artistas que sobreviven a partir de su talento y de la adaptación del mismo a tareas de las cuales muchos escritores fuera del privilegio pueden atestiguar (“Lo que sí podemos decir es que Clarinet en efecto vivía o sobrevivía de sus ventas, y también de escribir cartas de amor y despecho para los paseantes en la Plaza Viernes, y discursos institucionales que también le comisionaban de cuando en cuando, así como de corregirle sus poemas a la señorita (de 63 años) Hilda Falcao, quien lo tenía en gran consideración”); luchas a muerte entre especies animales salidas de la imaginación y el delirio (“El ataque de las guapis”); detalladas biografías de autores ficticios pero no menos eficaces (“Mariano Silvano”); parodias transparentes al patronazgo de grandes nombres del canon nacional, como el omnipresente Octavio Paz (“Cien años de Lucrecio Peace”: “Cuando ya era un intelectual reputado, el gobierno de Solón Carrasco lo asigna como embajador en China, país del que regresa decepcionado, no por ningún motivo en particular sino porque así regresaba él de todas partes. Desde entonces concentra su actividad en escribir discursos políticos de impresionante barroquismo que él mismo lee con su cándida y afeminada voz ante públicos estupefactos que lo escuchan sin entender una palabra pero que le aplauden cada vez más fuerte. No hace falta comprenderlo para ovacionarlo. Ha tocado, pues, la cima del prestigio intelectual”); los mecanismos que el poder usa, en este caso los reyes de Perropodrido, para controlar la crítica (“Este lamentable evento generó reclamos encendidos entre los corresponsales, que no tardaron en ser acallados con canapés y champaña”); descripciones de los métodos de persecución criminal que prevalece en el universo creado muy a semejanza del nuestro (“Ya se sabe lo que son estos pájaros: primos hermanos de los avestruces, gustan de robarse a los bebés de las cunas, les comen el cerebro y lo demás lo botan. ¿Y para qué lo soltaron?, algún lector inocente se preguntará. Pues para tener alguna cosa grande que atrapar, primero, y para recibir una salva de aplausos después. Porque sin aplausos qué sentido tiene todo, piensa nuestra policía”); autoescarnio con respecto de la naturaleza de los artistas dentro de la escala social (“Para mi nula sorpresa, no había nadie que nos recibiera, excepto por algunas ratas que merodeaban por allí. ¡Pronto, un escritor herido!, grité estúpidamente. Hasta las ratas, al oír la palabra “escritor”, salieron huyendo”)...</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En fin, que las crónicas del insigne fundador de </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El Sol de Ningún Lado </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">abonan a alimentar el universo que el autor ha creado a lo largo de su vida y de su afición literaria; los referentes se reciclan, adquieren nuevos significados y ayudan a construir algo que se adivina, si no más grande, sí diferente. Es una obra que no los dejará indiferentes, y dependiendo del lector, esto será por razones distintas para cada quién, estoy seguro. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; white-space-collapse: preserve;">* El libro lo pueden conseguir a través de las redes sociales de Carlos Dzul y ChangosPerros. </span></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-87110486085124698212023-07-10T10:09:00.002-06:002023-07-10T10:42:22.656-06:00Volver a Ítaca <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhlD0g3Hw2UKNCvnmdNVqMF4h_RxSNceqs_JGKtTHjfM_A7zAs4-zqFUvejJmlwURj1jdCrURVHcc4W3IlDJSK7xXbhqpDcG4FFvVjXYn9u0izRc9gEvZgZcTD6jUOXtNJtw3njmahQ-njFX_TLIpJPeH3OBCYNen3Ric2Q5Hu3VwaEDe_OUWVj" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhlD0g3Hw2UKNCvnmdNVqMF4h_RxSNceqs_JGKtTHjfM_A7zAs4-zqFUvejJmlwURj1jdCrURVHcc4W3IlDJSK7xXbhqpDcG4FFvVjXYn9u0izRc9gEvZgZcTD6jUOXtNJtw3njmahQ-njFX_TLIpJPeH3OBCYNen3Ric2Q5Hu3VwaEDe_OUWVj=w640-h360" width="640" /></a></div><br /><span id="docs-internal-guid-b156126a-7fff-e82e-7d07-de712860b704"><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Versión extendida de las palabras dirigidas a los estudiantes egresados</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><span style="white-space-collapse: preserve;">de la generación 2020-2023 del COBAEP, plantel 17, en Tlatlauquitepec. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los seres humanos somos animales de historias. Tres cosas nos hacen distintos de los demás seres vivos existentes: saber que vamos a morir, poseer un lenguaje complejo y contar historias. Todas esas cosas están relacionadas: contamos historias utilizando el lenguaje para intentar burlar a la muerte. El lenguaje y la ficción (que es lenguaje unido a la imaginación) es lo que sobrevive más allá de los cuerpos pudriéndose bajo el sol en las guerras, o bajo tierra después de haberla habitado. Sobreviven en la carta del soldado muerto enviada a su madre o a su amada antes de partir a la batalla última; sobreviven en las miles de páginas que Emilio Salgari (el verdadero inventor de </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los piratas del Caribe, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">esa atracción turística que luego fue serie de películas de entretenimiento puro) legó a la posteridad. Las personas son finitas, pero las historias resuenan en la eternidad. En la eternidad resuenan, por ejemplo, las historias escritas por Homero (un </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">aedo, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">palabra que designa a un poeta), a pesar de haber sido registradas hace ya más de 2800 años. La primera historia de la que me enamoré fue una escrita por este autor: </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Odisea. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">***</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Odisea </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">relata el viaje que Odiseo, rey de Ítaca, debe emprender para volver a su tierra después de que los aqueos han derrotado a los troyanos en la guerra iniciada por la belleza de una mujer, Helena, y por la envidia de las diosas que fueron despreciadas por un mortal. De ahí viene la expresión </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">manzana de la discordia. </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Paris debe elegir entre tres diosas (Hera, Atenea y Afrodita) a quién entregar la manzana que otra diosa (Eris, la diosa de la discordia) ha puesto en medio de una fiesta en venganza por no haber sido invitada a esa fiesta. Paris elige a Afrodita, no porque creyera que era la más hermosa, sino porque le ha prometido el amor de Helena, la mujer más bella del universo que, oh, problema, ya estaba casada con el rey Menelao. Afrodita cumple su palabra, Helena se enamora perdidamente de Paris y éste la secuestra llevándola a Troya, lo que desata la guerra del mismo nombre. Luego viene toda la historia de la guerra (que al niño que fui le parecía aburrida, luego me di cuenta de que no era así en lo absoluto) en </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Ilíada </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(nombre que proviene de Ilión, otro nombre para referirse a Troya).</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Ilíada </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">aparece</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">por primera vez uno de mis personajes de ficción preferidos de toda la vida: el astuto Odiseo. Odiseo, además de hombre de armas, es una especie de </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">protonerd, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">es quien plantea que se puede derrotar al enemigo no sólo a través de la fuerza bruta (personificada en el iracundo Aquiles, el de los pies ligeros, cuya historia nos heredó otra expresión: </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">el talón de Aquiles</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> [el héroe recibió la bendición de tener un cuerpo invulnerable en batalla, si éste era sumergido en las aguas de un río, su madre lo sumergió, pero, al hacerlo, tomó al niño de uno de los talones de los pies, que no fue tocado por el agua milagrosa del río Estigia que separa el mundo de los vivos y los muertos, lo que convirtió a ese punto de su cuerpo en el más vulnerable y en el causante de su muerte]; </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">talón de Aquiles, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">por tanto, refiere al punto débil que todas las personas solemos tener y por cuya causa somos frecuentemente derrotados). Regreso a Odiseo, éste creía que al enemigo se le podía derrotar no sólo a través de la fuerza bruta, sino de manera más eficiente a través de la inteligencia. Es a Odiseo a quien se le ocurre la estrategia que finalmente permite la victoria de los aliados griegos con respecto de los troyanos: el caballo de madera. Los griegos (o aqueos) subieron a sus barcos fingiendo una retirada, para ocultarse en un lado aislado de la isla de Troya, mientras a las puertas de la ciudad amurallada dejaron un enorme caballo de madera como una aparente ofrenda que celebraba el fin de la guerra y la superioridad de los troyanos. Los troyanos vieron el caballo, se envanecieron (podríamos contar muchas historias también de cómo la vanidad ha hecho perderse personas, familias y ciudades enteras) y lo llevaron al interior de las murallas de la ciudad. En las entrañas del enorme caballo de madera se habían ocultado soldados griegos que atestiguaron cómo los troyanos se entregaron al perreo intenso, a la fiesta y a la embriaguez. Cuando eso hubo concluido, los soldados griegos, entre quienes se encontraba Odiseo, salieron de las entrañas del caballo y pasaron a cuchillo a los aterrados y todavía borrachos troyanos, después abrieron las puertas de la ciudad; el saqueo y la toma de la misma se consumó. Odiseo pasó a la historia como el astuto Odiseo (no se le recuerda como el artífice de la masacre de los troyanos, sino como quien puso fin a la guerra a partir de su idea; lo cual nos lleva a más historias que ya no contaremos aquí). ¿Qué nos deja, al final, esta historia? Dos lecciones: no se puede luchar una guerra borracho o con cruda (aplica también para la presentación de los exámenes escolares); y una historia no termina cuando parece que termina. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">*** </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Odiseo es el personaje que encarna el viaje de autodescubrimiento y el proceso de aprendizaje. Es una lección que le lleva aprender la friolera de veinte años. De Troya a Ítaca hay una distancia similar a la que separa Tlatlauquitepec de Villahermosa, en Tabasco. Una distancia que el día de hoy podemos recorrer sin ningún problema en un lapso de entre cinco y seis horas. Es claro que en el siglo XII a. C. no existían los mismos medios de transporte, pero tardar veinte años resulta demasiado. Odiseo pudo regresar a Ítaca en muy poco tiempo, pero perdió el piso y se comparó a los dioses. Y los dioses griegos eran dioses rencorosos. Poseidón, dios de los mares, maldijo a Odiseo y le prometió que nunca regresaría a Ítaca y que, en caso de hacerlo, volvería sin su tripulación, sin las riquezas obtenidas en la guerra y en un momento en que su casa estaría a punto de derrumbarse. Y así pasó efectivamente, Odiseo paseó durante veinte años entre desgracias y diosas que lo querían para ellas y quienes se resistían a dejarlo volver con Penélope, su esposa, que pacientemente lo esperó durante dos décadas. Cuando por fin pudo llegar a su reino, éste se encontraba invadido por un conjunto de nobles que, en su ausencia, se comían su ganado y su pan, además de haber obligado a la reina a elegir entre todos ellos a un nuevo marido, porque creían que Odiseo había muerto. El final de la aventura es un final feliz (con buenas dosis de romance, muerte, acción y reencuentro del padre con su hijo) que no relataré acá para que aquel que se haya interesado descubra el placer de leer </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Odisea </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">por primera vez. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">De esta parte de la historia nos quedan otras dos lecciones: que tus logros no te envanezcan al grado de despreciar a los dioses y ser maldecidos por ellos; y que quien regresa a su tierra después de mucho tiempo, incluso para reinar sobre ella, no es, ni podrá ser, el mismo. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">***</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La historia de Odiseo se ha contado miles de veces después de que Homero la hubiera imaginado y registrado en aquellos albores de la civilización. Aquel que es lanzado a la aventura y que después de vencer obstáculos retorna a su tierra está presente en </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ulises criollo </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">del mexicano José Vasconcelos, igual que en </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ulises </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">del irlandés James Joyce. Yo mismo he escrito un libro en el que Odiseo (o Ulises, como le llamaron los romanos que, extasiados por la riqueza cultural de los griegos, expropiaron y rebautizaron a los dioses y héroes para apropiárselos con admiración, pero también con violencia) es un perro que se pierde en la ciudad, es maldecido por los dioses de la modernidad y debe recorrer el camino del héroe para reencontrarse con su amada Penélope. Odiseo es el arquetipo del héroe que debe viajar para aprender a ser humilde, a ser astuto, a respetar a los otros, a escuchar a los muertos y a conservar el agradecimiento por aquellos que lo hicieron lo que es. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Uno de los textos que aluden a </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La Odisea </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">y que me gusta más es un poema. Lo escribió un griego que vivió a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX, se llamaba Constantino Cavafis, y el poema se llama, simplemente, “Ítaca”, el cual me atreveré a invocar: “Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,/ ruega que tu camino sea largo/ y rico en aventuras y descubrimientos./ No temas a lestrigones, a cíclopes o al fiero Poseidón;/ no los encontrarás en tu camino/ si mantienes en alto tu ideal,/ si tu cuerpo y alma se conservan puros./ Nunca verás los lestrigones, los cíclopes o a Poseidón,/ si de ti no provienen,/ si tu alma no los imagina.// Ruega que tu camino sea largo,/ que sean muchas las mañanas de verano,/ cuando, con placer, llegues a puertos/ que descubras por primera vez./ Ancla en mercados fenicios y compra cosas bellas:/ madreperla, coral, ámbar, ébano/ y voluptuosos perfumes de todas clases./ Compra todos los aromas sensuales que puedas;/ ve a las ciudades egipcias y aprende de los sabios.// Siempre ten a Ítaca en tu mente;/ llegar allí es tu meta; pero no apresures el viaje./ Es mejor que dure mucho,/ mejor anclar cuando estés viejo./ Pleno con la experiencia del viaje/ no esperes la riqueza de Ítaca./ Ítaca te ha dado un bello viaje./ Sin ella nunca lo hubieras emprendido;/ pero no tiene más que ofrecerte,/ y si la encuentras pobre, Ítaca no te defraudó.// Con la sabiduría ganada, con tanta experiencia,/ habrás comprendido lo que las ítacas significan”.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Cavafis nos dice, para resumir, que en las grandes aventuras lo que importa no es la meta (eso que Ítaca representa) sino el camino. No es importante el éxito por sí mismo, sino los esfuerzos hechos y los obstáculos vencidos para conseguirlo. No es importante el amor de otra persona, sino el cortejo y el enamoramiento que lo hizo posible. No es importante el liderazgo y el poder, sino la confianza construida en aquellos que nos lo han conferido. No es importante la sabiduría ni el conocimiento adquirido, sino los errores y los desvelos que nos llevaron a descubrirlos. Llegar a Ítaca no es lo importante, sino comprender la importancia del camino que nos permitió volver. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El destino de las personas, eso que como humanos sabemos: que vamos a morir, no es lo principal, ni lo importante, sino la manera en cómo llegamos a ese último momento; esto es, la forma en cómo transitamos aquello que se llama vida. La muerte no es lo importante, sino lo que hicimos con la vida que nos permitimos vivir. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">***</span></p><br /><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El poeta Cavafis nació en una ciudad legendaria: Alejandría. Se dice que en ese lugar el conquistador Alejandro Magno, alrededor del año 331 a. C. fundó una ciudad que llegaría a ser recordada por la biblioteca que durante varios siglos albergó como un tesoro en medio del desierto. A esa biblioteca viajaron los sabios, los filósofos, los nobles, los hombres de ciencia de la época. En su mayor esplendor se calcularon 700 mil libros en sus estantes. Para una época donde no había imprenta, ni mundo digital, resulta un verdadero prodigio. 700 años después, en el año 415 la biblioteca era prácticamente destruida en el contexto de una guerra distinta a la que había enfrentado a los romanos con los griegos y los egipcios; Hipatia de Alejandría, una de las mujeres más brillantes de la antigüedad y probablemente la última heredera de la escuela alejandrina era lapidada por una horda de monjes cristianos en medio de intrigas de intolerancia y radicalidad. Después, los restos decadentes de esa biblioteca serían pasto de las guerras siempre renovadas, ahora entre cristianos y musulmanes. Irene Vallejo, en ese maravilloso libro que es </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El infinito en un junco, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">cuenta su historia de manera inmejorable. Desde su origen hasta su decadencia y desaparición a causa de la guerra. Las guerras destruyen, los militares temen a los libros, los queman en enormes hogueras como una suerte de sacrificio para los dioses de la muerte y la destrucción. A muchos políticos tampoco les hace gracia su existencia. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La biblioteca pública de Tlatlauquitepec no era ni por asomo de las dimensiones de aquella de Alejandría, pero fue mi hogar, mi barco, mi tren, mi nave espacial. Estaba en las instalaciones que hoy tiene la Telesecundaria y después en la Av. Revolución, la misma calle en donde viví mi infancia, cuando el puente que cruza una barranca que antes era un basural no existía. En esa biblioteca viajé por primera vez a lugares remotos y conocí a más sabios de los que podía imaginar. En ese lugar me llené de historias, me volví adicto a ellas y busqué en algún momento colaborar con ese océano de posibilidades de evasión. Porque la lectura, la ficción y el conocimiento para lo primero que nos sirve, cuando somos niños, es para escapar de una realidad que, a veces, no es la más placentera. Entre los muros de esa biblioteca experimenté por primera vez la posibilidad de ir más allá de lo que el destino o la fatalidad de haber nacido en la pobreza parecían haber decidido para mí. El hijo de campesinos que soy no podía comprar libros, pero la biblioteca lo adoptó y lo arropó, dándole excelentes herramientas para el camino. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Esa biblioteca ha desaparecido, o está en un lugar a donde no he podido llegar o ubicar. Al recorrer este pueblo, buscar ese olor a papel y no encontrarlo, siento recorrer en mi sangre y mi piel las sensaciones que probablemente tuvieron los filósofos viajeros que arribaban a Alejandría y los recibía la decadencia de un lugar que había perdido el corazón de su existencia. ¿Quién destruyó mi hogar? ¿Dónde están mis amigos muertos y vivos que me hablaban desde las páginas de sus libros? ¿Qué bárbaro desapareció esta estación de partida de vocaciones científicas y humanistas? </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Una biblioteca es un océano de posibilidades. No es solamente “un montón de libros que ya nadie usa”, como les encanta decir a los burócratas que no alcanzan a percibir el potencial transformador que los libros han tenido para la vida de muchos de quienes nos hemos entregado a su culto. Sí, la biblioteca son los libros que contiene, pero también puede ser las computadoras que conectan a los usuarios con el resto del mundo a través de internet, los grupos de personas que dialogan a partir de lo que una autora escribió hace cientos de años, los encuentros entre quienes escriben y quienes leen, la posibilidad de crear comunidad. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Mientras en lugares como América Latina, México incluido, desaparecen bibliotecas porque a sus gobiernos les parecen vestigios de la antigüedad o de tiempos ya superados, en los países de avanzada proliferan y se convierten en los sitios de reunión de la comunidad; en el núcleo de la discusión política; en el espacio en donde la idea de lo público le da vida a eso que llamamos en Occidente democracia. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hoy en día, la biblioteca de Alejandría en Egipto ha resucitado. Es un edificio hermoso que alberga uno de los acervos y una cantidad de servicios que la ponen en la vanguardia de los centros culturales del mundo. Espero, algún día, retornar a Tlatlauquitepec y encontrarme con el prodigio de que mi biblioteca ha resucitado y se ha convertido en lo que toda biblioteca puede ser: la inspiradora de los sueños más disparatados del mundo. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">***</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La imaginación es importante. No podemos vivir sin ella. No habríamos sobrevivido sin ella como especie. La imaginación es poder. Imaginar quiere decir crear, quiere decir construir. En “El sueño de un millar de gatos” de Neil Gaiman el ser humano se permite, dentro de un mundo gobernado por los mininos, la posibilidad de soñar con un mundo en donde sean las personas las que dominen. Los oprimidos llegan al acuerdo de todos soñar en lo mismo: un mundo en donde los gatos dejen de ser los tiranos que los someten y los humillan. El día nuevo llega y el ser humano es dueño del mundo. Después lo echa a perder todo, pero la esencia de la historia es hermosa: si quieren ser libres, deben ser capaces de soñar y para soñar deben ser capaces de imaginar. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El mismo Neil Gaiman cuenta que fue invitado en 2007 por el gobierno de China a la primera convención de literatura fantástica y de ciencia ficción que el gobierno comunista organizaba en toda su historia reciente. El comunismo había prohibido la imaginación, todo debía apoyarse en la realidad, en lo tangible, en lo que podía verse. La imaginación les parecía un capricho burgués, de ricos y perezosos. Pero los chinos se dieron cuenta de que habían construido un imperio de producción (el que hoy mismo nos domina con su inmensa cantidad de mercancías), pero no habían generado tecnología innovadora. Se dedicaban a reproducir los celulares, las computadoras, los dispositivos que los norteamericanos, los alemanes, los japoneses habían creado. Los encargados del gobierno llegaron a la conclusión de que lo que había frenado el desarrollo de la tecnología de avanzada en su país era, precisamente, que sus ciudadanos tenían prohibido imaginar cosas distintas a las que conformaban el mundo “real”. Y entonces decidieron que la ciencia ficción, la fantasía y la imaginación tienen cabida dentro del mundo porque permite construir las herramientas para transformarlo. Y para producir más y hacer mucho dinero, que también para eso sirve la imaginación. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿A qué voy con todo esto? A que siempre se tome con cuidado la idea muy arraigada, sobre todo en los adultos, de que </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">debemos ser realistas</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. Yo les puedo confiar que muchas veces debemos atrevernos y atravesar el fuego: imaginar y soñar hasta que lo real sea aquello que deseamos y no aquello que nos han impuesto sin habernos preguntado. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">*** </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Me invitaron a ofrendar mis palabras que, algunos piensan, yo entre ellos, es lo más valioso que puedo darles. Y me he dedicado a divagar entre héroes griegos, filósofas sacrificadas en Egipto y autores de cómics invitados a enseñar a otros a imaginar. Pido disculpas e intentaré de manera breve dar consejos, aunque quizás no sean los que ustedes o sus padres esperan. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Les digo: lo más grande a lo que pueden aspirar no es a la fama de los nuevos medios, o a la riqueza obtenida a costa de la explotación de otros, o al éxito en cualquiera de sus tramposas formas; a lo máximo a lo que pueden aspirar es que, en la hora de su muerte, se pueda afirmar: fue una buena persona. ¿Qué implica esto? Que fue alguien que no lastimó a los demás, que no traicionó la confianza de quienes lo amaban, que vivió fiel a sus convicciones y que dejó un mundo mejor al que recibió. El mundo es tan pequeño como la propia casa y tan amplio como el globo azul que se ha podido fotografiar desde la inmensidad del espacio. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">También les digo, aunque suene cursi para muchos: sigan a su corazón. Hagan aquello que les hace felices, que les permite levantarse con ánimo cada mañana. No cumplan los sueños de los demás, construyan los suyos propios. Permítanse el error y la equivocación. Se han aprendido más cosas a partir de los errores que a partir de la fe ciega. Por ejemplo, no elijan una carrera profesional porque crean que haciendo eso serán ricos o queridos por los demás. Elijanla porque es algo que los hará felices. Piensen que esa elección y su estudio les llevará cuatro o cinco años de su vida. Pero que el resto de esa vida tendrán que vivirla haciendo eso que eligieron. ¿Están dispuestos? </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Mi primera elección no fue ser escritor o maestro. Cuando salí de este colegio estaba decidido a tener una mejor vida material que aquellos que estaban antes que yo. Y obtuve un lugar para estudiar una Ingeniería en Telecomunicaciones. Dado el desarrollo que el campo ha tenido es muy probable que la meta de tener una vida holgada se habría cumplido. Pero en las frías aulas de la Facultad de Ingeniería de la UNAM me di cuenta de que no era feliz y de que no lo sería por el resto de mi vida. Así que deserté y comencé un nuevo camino en otro ámbito completamente distinto. Y no me arrepiento de la decisión tomada. El error es parte de la vida. No tenemos por qué negarlo. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y lo último que quiero decir me refiere a otra historia, esta por completo mexicana. En el mito del origen del sol, los mexicas señalan que para darle vida al astro rey hacía falta el sacrificio de alguno de los dioses que existían. Dos se ofrecieron para ese honor: Tecuciztécatl, el dios rico, arrogante y revestido de joyas y abalorios; y Nanahuatzin, el dios pobre, humilde y mal vestido. En la hora de la verdad, el vanidoso Tecuciztécatl retrocedió horrorizado y lleno de miedo ante la hoguera que lo lanzaría al cielo; Nanahuatzin, en cambio, llegó hasta el borde de la inmensa hoguera y, sin pensarlo, se lanzó al fuego. Se convirtió en el sol que nos ilumina. Recuerdo que, a lo largo de mi vida, gente ignorante y mal intencionada utilizó palabras para intentar ofenderme: “campesino”, me decían; “macuarro”, me gritaban. Nunca fueron ofensas, ambas palabras significan para mí dos de las cosas más maravillosas que el ser humano puede ser: proveedor de alimento a través del cultivo de la tierra; y constructor de casas que nos protejan de los peligros de la muerte. Sin los primeros, nadie podría sobrevivir en el mundo, privados de alimentos; las obras de los albañiles, por su lado, atestiguarán la decadencia del ser humano y sus ruinas gritarán que alguna vez existimos. Cuando escucho esas palabras dirigidas a otros, no puedo sino solamente pensar en el mito mexicano del origen del sol: podremos venir del origen más humilde, haber nacido bajo la sombra de un cerro incendiado, no tener ningún tipo de privilegio y, pese a todo eso, como Nanahuatzin, con un poco de valor, nada nos impedirá tocar las estrellas.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Tlatlauquitepec, 7 de julio de 2023</span></p><br /></span><p> </p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-65203918351339555252023-03-10T08:41:00.000-06:002023-03-10T08:41:13.643-06:00Lo que he visto: de restaurantes pretenciosos a futuros sin futuro<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/C_uTkUGcHv4" width="320" youtube-src-id="C_uTkUGcHv4"></iframe></div><p></p><p><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">The Menu </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Mark Mylod, 2022). Un grupo variopinto de integrantes de la alta sociedad llega a un restaurante ubicado en una isla remota para degustar una cena preparada por uno de los chefs más reconocidos del medio culinario. Sin embargo, la velada se convierte en algo alejado del hedonismo que esperaban. Una comedia de humor negro y terror que, a pesar de su aparente superficialidad, aborda temas interesantes como el snobismo, la decadencia, la hipocresía, la explotación a través de las especulaciones financieras, la arbitrariedad de la crítica gastronómica y sus consecuencias; pero también, los usos y costumbres de la cocina como escuela y lugar de trabajo: el acoso sexual, las injusticias impuestas por el ego, el trabajo extenuante y sacrificado, la pérdida del placer por cocinar al sustituirlo por la búsqueda del éxito. Sorprendente más allá del giro de tuerca principal. </span></p><span id="docs-internal-guid-b219858c-7fff-2cab-0f91-6f15de017493"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Star+. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ygvH7K3s1WI" width="320" youtube-src-id="ygvH7K3s1WI"></iframe></div><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Horsemen </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Jonas Åkerlund, 2009). Un policía forense es asignado a la investigación de una serie de asesinatos que revelan preocupantes resonancias bíblicas. Cinta que se va hundiendo poco a poco a partir de una premisa interesante pero que se agota con las lecciones morales que pretende dar, el cierre es de pena ajena. Sermones acerca de la paternidad, el dolor y la maldad como vía de escape a una realidad que no se puede aceptar. Sobreactuada e inverosímil. Véala por si se la topa en el cable en la madrugada y no puede dormir. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/YM6ZkmRZRJs" width="320" youtube-src-id="YM6ZkmRZRJs"></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">That ‘90s Show </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Gregg Mettler, Bonnie Turner y Lindsey Turner, 2023; serie: primera temporada de 10 episodios). “Actualización” del programa </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">That ‘70s Show </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">con varios de los supuestos hijos de los protagonistas originales y nuevos personajes. Se mantienen como fijos los abuelos Kitty y Red Forman. La historia central relata las aventuras de Leia, la hija de Eric y Donna, en el pueblo natal de sus padres, quienes ahora viven en Seattle. Primera temporada que intenta captar nuevos públicos entre los adolescentes actuales, pero que no puede desprenderse de la intención de agradar a los espectadores del show original. Por lo tanto, se queda a la mitad en ambas intenciones. Es una serie agradable, infantilizada y que no ahonda en cuestiones inherentes a la época que pretende referir (como la música o el estado de inconformidad y nihilismo propio de la Generación X). Está bien para poner de fondo mientras se hace otra cosa, pero nada más. Habrá segunda temporada. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/5CmcpXkWwxs" width="320" youtube-src-id="5CmcpXkWwxs"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Stutz </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Jonah Hill, 2022). Cinta que presenta a Phil Stutz, psiquiatra y terapeuta del actor y director. A través de una conversación y de la deconstrucción de los medios utilizados para grabar este documental, nos acercamos a la relación que ambos, terapeuta y paciente, tienen; vínculo que es evidente ha trascendido más allá de las sesiones de terapia. La conversación permite asomarnos a diversos mecanismos de visualización y trabajo terapéutico (“herramientas”, le llaman) que el doctor utiliza, al tiempo que, a través de las preguntas de Hill, accedemos a partes de su vida y a la manera en cómo sobrelleva su enfermedad de Parkinson. Algunos de los conceptos vertidos son interesantes, pero se corre el riesgo de pensar que son “recetas” que sustituyen la atención profesional. Sin embargo, resulta interesante, incluso en la forma en cómo la película misma parece explorar en sus mecanismos de funcionamiento al desnudar las pantallas verdes y la noción del tiempo concentrado que no coincide con el tiempo de filmación. Si no le llama la atención escuchar a dos personas conversando sobre su vida y sus problemas familiares y de autoconcepto, no es para usted. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/yUKM5YZWqbU" width="320" youtube-src-id="yUKM5YZWqbU"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Babylon </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Damien Chazelle, 2022). Dos palabras: excesiva y obvia. Parece que el hecho de tener un presupuesto bastante considerable (alrededor de USD 80 millones) operó en contra de la habilidad del director para contar las historias que en sus cintas previas habían sido bastante eficaces. Si bien la pareja protagonista tiene su desarrollo y desenlace, la historia resulta un tanto anticlimática, sobre todo para el caso del personaje interpretado por el mexicano Diego Calva. La película narra el ambiente que California vivía durante el auge de las producciones cinematográficas, apenas unos años previos a la transición al cine sonoro. Las fiestas desmesuradas, los ambientes de semiclandestinidad o de falta de control estatal se reflejan en el mismo sentido que la libertad extrema en términos de comportamiento público; cuestión que es característico, por otro lado, de la década de los veinte del siglo XX. En esos términos, la construcción de la ciudad babilónica donde la drogadicción, el sexo, el despilfarro, los golpes de suerte y la arbitrariedad de la fortuna es lo más logrado de la cinta; sobre todo la escena de apertura, que en su barroquismo y simultaneidad consigue transmitir esa belleza incómoda de lo que representa. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La cinta fracasa en lo que es uno de los puntos altos de Chazelle: contar una historia de manera concentrada y con tensión dirigida hacia el clímax narrativo. Acudimos, casi sin preocuparnos, a la decadencia del galán del cine mudo (Pitt) que confronta generacionalmente los cambios de gustos y hábitos de lo amoroso, además de su representación; la historia de la pareja protagonista (Robbie y Calva) apenas existe, lo más atractivo es la manera en cómo ella es coherente de principio a fin con su propia historia de vida y ambiciones. En cuanto al personaje de Calva, los minutos finales más que generar empatía o emoción, crean una especie de situación incómoda al presentar una escena conclusiva casi calcada de una referencia del género de películas sobre el cine: </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Cinema Paradiso, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">pero sin la emoción ni la construcción de aquella. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Si bien es interesante la reconstrucción histórica (sobre todo la de los primeros sets para filmaciones sonoras con la caseta frontal insonorizada de las cámaras), su capacidad para transmitir emociones o contar una historia-que-importe sufre conforme más avanzan sus tres horas de duración. Llena de simbolismos cada vez más obvios: desde la referencia a Babilonia como la ciudad de la perdición y el pecado, hasta el descenso a los infiernos que parece hacer un juicio, incluso conservador, acerca de los géneros que el cine vio aparecer en la clandestinidad y los bajos presupuestos (terror, cine B, pornografía). Esto contrasta con la cuota a la corrección política de la directora que manda a la actriz con una naturalidad, que los supuestos de las muertes de debutantes y el uso sexual de las mismas ponen en entredicho. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Es una película entretenida, con registros variados (lo que no se convierte en un acierto), y que no consigue aclarar si es “una carta de amor al cine”, una historia romántica a-la-</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lalaland, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">una reivindicación a los </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">outsiders</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> que fundaron el imperio hollywoodense, una confrontación a quienes conciben el séptimo arte como advenedizo e incompleto, o una crítica social a los verdaderos dueños del circo (los ricos que terminan llenos del vómito de la fracasada actriz incapaz de integrar alta cultura a su dieta y sus hábitos). Como mencioné al principio: excesiva y de una obviedad, en tramos, hasta insultante. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En cines. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/MDKTBiHBmeI" width="320" youtube-src-id="MDKTBiHBmeI"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Dragon: The Bruce Lee Story </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Rob Cohen, 2022). Película biográfica acerca del gran fenómeno norteamericano de las artes marciales y fundador del </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">jet kune do. </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La cinta se basa en las memorias de la viuda del propio Lee, por lo que a tramos, más que parecer la biografía del actor, parece la beatificación de la esposa. Las perspectivas se cruzan de manera constante. La cinta es muy ágil, dirigida al gran público y con una buena cantidad de peleas y coreografías que homenajean, aluden o representan las peleas que hicieron famosas a sus películas. Hay una tibia denuncia del racismo sufrido por la comunidad china, al tiempo que una serie de hipótesis místicas sobre la muerte de Bruce Lee, las cuales se reforzaron al morir también su primogénito, Brandon, en un accidente dentro de un set de filmación. Como cinta de entretenimiento y referencia de vida del icono de las cintas de artes marciales cumple su cometido. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/bRdkRQzcrrc" width="320" youtube-src-id="bRdkRQzcrrc"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">The Peripheral </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Vincenzo Natali y Alrick Riley, 2022; serie: 8 episodios). Basada en una serie de William Gibson, una de las plumas más influyentes y disruptivas de la ciencia ficción del siglo XX, la historia aborda una situación de multiversos en donde la posibilidad de un apocalipsis inminente empuja a los habitantes de un futuro distópico y dictatorial a reclutar a una operadora de videojuegos de realidad virtual para modificar el equilibrio de fuerzas en ese porvenir que no necesariamente es el único. Serie que roza, sin profundizar, en situaciones como la lucha de clases, la posibilidad del desarrollo científico como otra forma de opresión y el crecimiento del crimen organizado como la única entidad capaz de hacerse del poder del Estado (o algo parecido) en un futuro donde opera el caos y la dependencia tecnológica, amén de la hiperconexión y los implantes cibernéticos (ciberpunk a tope). Buena factura, actuaciones solventes (una guapísima Chloë Grace Moretz, en un papel dramático con secuencias de acción de las que sale bien librada), una dirección adecuada (el artífice de </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">The Cube </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">está detrás de la construcción de varios episodios), buena factura de efectos visuales. La historia tiende a hacerse confusa, pero las líneas principales se mantienen y las motivaciones de los personajes son claras. Entretenida, no memorable, a menos que la segunda temporada (ya en preproducción), dé un salto de arriesgue. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Prime. </span></p><div><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-52484578349297540332023-02-22T08:29:00.006-06:002023-02-22T08:29:58.809-06:00Lo que he visto: de fallidas comedias raciales a madres obsesivas <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/JdVs8z6S1iU" width="320" youtube-src-id="JdVs8z6S1iU"></iframe></div><br /><p></p><p><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">You People </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Kenya Barris, 2023). Comedia romántica en la que se narra la historia de una pareja intercultural (él, judío; ella, afroamericana) que deben lidiar con el choque cultural que implica el desconocimiento del otro por parte de las respectivas familias. Tiene momentos graciosos (la “competencia de desgracias” entre el Holocausto y el periodo esclavista de EU, p. e.), pero, en lo general, prevalece la corrección política y la complacencia. La neurosis del protagonista (y guionista) encuentra buen cauce (un tanto al estilo Woody Allen pero en registro milenial), mientras que Eddie Murphy se luce contenido en su papel de émulo de Malcolm X. Entretenida, ideal para desconectar el cerebro un rato.</span></p><span id="docs-internal-guid-4089f0d8-7fff-7db0-fdb4-065e331595e2"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/8WurH_dqrS0" width="320" youtube-src-id="8WurH_dqrS0"></iframe></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Matrimillas </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Argentina, Sebastián de Caro, 2022). Un matrimonio en crisis comienza a utilizar una aplicación digital que otorga puntos por cada cosa buena que se hace por algún miembro de la pareja; la idea es que esas acciones refuerzan la relación y hace renacer el amor entre los involucrados. Lo que pinta como una buena idea se va transformando en una comedia simplona, inverosímil y cursi que sería la envidia del cine aspiracional clasemediero que se hace por estos lares. Hagan de cuenta Omar Chaparro va a Suramérica. Véala si no tiene más remedio, o si le da hueva cambiarle a otra cosa. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Zd3k7BOlJpE" width="320" youtube-src-id="Zd3k7BOlJpE"></iframe></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Kleo </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Alemania, Hanno Hackfort, Bob Konrad y Richard Kropf, 2022). Tras la reunificación alemana y el desplome del bloque del Este, una agente de la Stasi (la fuerza de espías de la RDA) es liberada cuando se otorga una amnistía generalizada para los presos políticos. La protagonista, que da título a esta serie, sale sedienta de venganza y de conocer cuáles fueron los motivos que orillaron a su propia gente a traicionarla. Interesante visión de la época de la reunificación, aderezada con un </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">soundtrack</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> alucinante, escenas de acción, intriga, vueltas de tuerca y una actriz con un evidente carisma. A pesar de caer en cuestiones inverosímiles, situaciones humorísticas a veces fuera de tono y ajustes de guion rozando el </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">deux es machina, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">es una serie entretenida y que invita a llegar al final de sus ocho episodios. Un tanto dispareja en su desarrollo, pero con buenas soluciones narrativas y sorpresas más o menos inesperadas. Hagan de cuenta, John Wick en mujer y sin perrito. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/CFPvp-fEMZ8" width="320" youtube-src-id="CFPvp-fEMZ8"></iframe></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">The Banshees of Inisherin </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Reino Unido/ EU/ Irlanda, Martin McDonagh, 2022). En una isla frente a la costa de Irlanda, un par de amigos dejan de serlo por la decisión de uno de ellos, quien deberá enfrentarse de manera drástica a la incomprensión de las razones por parte del otro. Una cinta intimista que hurga en temas trascendentes como la amistad, la trascendencia y las decisiones personales que afectan de diversas maneras a los otros. Una gran actuación de los protagonistas, quienes mantienen ese ambiente de tensión que causa expectativa en el espectador. Elementos de la tragedia griega y del cine de Bergman, aderezado por historias de liberación femenina y de abuso infantil. Un ambiente ominoso y opresivo que se alivian por ciertos guiños humorísticos. Refleja también la importancia de los animales domésticos como una forma de combatir y sobrellevar la soledad. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶🐶 de 5 </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En cines. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/zzBIzYmxatU" width="320" youtube-src-id="zzBIzYmxatU"></iframe></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Top Gun: Maverick </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Joseph Kosinski, 2022). Cinta de acrobacias aéreas, loas al militarismo norteamericano y nostalgias diversas. El piloto de combate Maverick (Tom Cruise) regresa a la academia Top Gun para adiestrar a un variado grupo de habilidosos novatos que deberán llevar a cabo una misión “prácticamente imposible”. Al hacerlo, debe enfrentar al pasado en forma del hijo de su mejor amigo, muerto en combate mientras el protagonista pilotaba. Eficaz cinta de acción explosiva que se pretende profunda pero que difícilmente llega a serlo. Es menos superficial que su predecesora (lo cual tampoco era muy difícil) pero se encuentra muy lejos de ser una obra de arte. Hay, como en la primera, torsos desnudos y atléticos (incluido el de Dorian Grey Cruise), pero en su mayoría masculinos; la exposición de los cuerpos femeninos brillan por su ausencia; pero la tensión homoerótica se incrementa con respecto de la primera entrega. Se rescata porque incluye a una de mis debilidades femeninas (Jennifer Connelly) y por un aparente mensaje de “hay que dejar ir el pasado”, cosa que el protagonista y productor no pudo hacer si está al frente de esta segunda entrega. Palomerísima. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Paramount y Prime. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4741bMH3q80" width="320" youtube-src-id="4741bMH3q80"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Le charme discret de la bourgeoisie </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Francia/ Italia/ España, Luis Buñuel, 1972). El cineasta aragonés da rienda suelta a sus obsesiones en esta entrega de su periodo francés. La historia sigue a un variopinto grupo de burgueses que recorren diversos escenarios de Francia mientras rompen la certeza de lo real y lo soñado. El surrealismo de Buñuel se mezcla con la crítica a las clases altas, la despiadada sátira de la religión y la denuncia de los crímenes que por esas fechas se llevaban a cabo en muchos países de América Latina (iniciar la perorata de uno de los personajes con la alusión de la represión en contra de los estudiantes no parece aleatorio, con todo y el 68 francés). Demoledor retrato de prácticamente todas las instituciones: el Estado, la diplomacia, la iglesia, el ejército y la particular clase social a la que pertenece la troupe de personajes retratados por el director. Vista en estos tiempos arroja un diagnóstico aterrador: no ha perdido vigencia. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶🐶 y medio de 5 </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Mubi.</span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/9D7I7NasXKE" width="320" youtube-src-id="9D7I7NasXKE"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Po Sui Tai Yang Zhi Xin </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(China, Bi Gan, 2022). Un gato negro hace un pacto con un espantapájaros e inicia una aventura que lo lleva, ataviado con las ropas del segundo, a explorar diversos aspectos de la naturaleza humana. Fábula oscura que muestra un dominio tremendo del arte cinematográfico y de algunos de sus elementos como el uso de la perspectiva y del travelling. Historia llena de proezas técnicas y de una aspiración que va más allá del puro efectismo. Alucinante. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 y medio de 5 </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Mubi. </span></p><br /><div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/XvqWZOPJN0Y" width="320" youtube-src-id="XvqWZOPJN0Y"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Im Westen nichts Neues </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Alemania/ EU/ Reino Unido, Edward Berger, 2022). Cinta que narra las vivencias de un joven soldado durante las batallas libradas en el frente occidental de la Primera Gran Guerra. Imágenes y trama cruda, sin concesiones. Bella fotografía y recreaciones impresionantes de los escenarios y las batallas libradas en las trincheras y en el cuerpo a cuerpo. Retrato desesperanzador de las miserias humanas y de cómo ideas como el nacionalismo y la identidad pueden destruir la vida de millones de personas. Es un excelente documento para conocer la mirada del conflicto desde la facción derrotada. La construcción de personajes, a pesar de lo vertiginoso de la historia, es consistente y permite empatizar con los mismos. Es importante verla en momentos históricos donde el temor al otro, el crecimiento de los ultranacionalismos y la aparición de líderes mesiánicos y carismáticos empujan a sus naciones hacia procesos que se pueden alargar y ser fatales para los ciudadanos de a pie. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶🐶 de 5 </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><div style="text-align: center;"> <iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/PmczHEYg1HM" width="320" youtube-src-id="PmczHEYg1HM"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La grande bellezza </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Italia/ Francia, Paolo Sorrentino, 2013). Un periodista de la alta sociedad, y escritor frustrado, recorre las calles de Roma, mientras el ambiente de las fiestas decadentes y el espíritu de la antigüedad se imponen a la vida superficial de las clases altas y de la nueva burguesía neoliberal en la Italia de principios de siglo. Es una cinta hermosa, con una idea de la belleza en la fotografía, en la composición; con verdad en los diálogos sin que estos sean grandilocuentes o impostados. Con un protagonista cuyo cinismo y desesperanza son coherentes con la decadencia de los tiempos que le toca habitar. Pero que, en medio de todo eso, permite que el amor, la idea de lo sublime y la posibilidad del asombro lo empujen a intentar no perderse el resto de la vida que le queda. Emotiva, reflexiva y hermosa. A pesar de su inicio barroco y excesivo (homenaje e influencia del Fellini excesivo), después de aclimatarse a la propuesta, lo que sigue es digno de verse y sentirse. De lo mejor que he visto este año (niño aún, pero que ya camina). </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">*En Mubi. </span></p><div><span><br /></span></div><div style="text-align: center;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/yGQWGkocVac" width="320" youtube-src-id="yGQWGkocVac"></iframe></div><br /></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">The Black Phone </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU, Scott Derrickson, 2021). En la década de los setenta, un adolescente es secuestrado por un psicópata responsable de otros secuestros de jovencitos. En el sótano donde el protagonista vive su cautiverio, un teléfono negro le sirve de conexión con las víctimas previas del plagiario. Una cinta basada en un cuento de Joe Hill, que genera tensión y permite que el espectador experimente la opresión del secuestro y su inminente fin. Hay un discurso en contra de la normalización de la violencia sin importar su origen: el abuso paterno, el bullying, la anulación de los sentimientos y posibilidades de comunicación de los adolescentes, hasta llegar al extremo de la violencia criminal. Es también una historia de amores fraternales. Acción, suspenso, terror paranormal, policíaco, los registros se integran sin obstaculizarse o contraponerse. Se puede apreciar, también, una censura al alcoholismo familiar y a la manera en cómo éste transforma a las personas, cuestión que el propio Hill experimentó al darse el éxito de su padre: Stephen King. De fórmula, pero entretenida. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En HBO Max. </span></p><div><span><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/kEXsF04GACk" width="320" youtube-src-id="kEXsF04GACk"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hungry Hearts </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Italia, Saverio Costanzo, 2014). Un par de jóvenes se encuentran por casualidad en New York, se enamoran, se embarazan y terminan casándose. Lo que pinta para una comedia romántica o un drama doméstico, se convierte en un </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">thriller </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">a partir de la obsesión materna por cuidar a su hijo de las amenazas externas y por su idea de pureza asociada al cuerpo. La cinta sufre un poco por el ritmo desigual, aunque las actuaciones de los dos protagonistas consiguen mantenerla a flote y llevarla a buen puerto. Es una cinta de suspenso constante que, a pesar de no tener picos de tensión, pone al espectador en alerta constante por lo inestable de la crianza de un bebé que entre más pasa el tiempo más está en peligro de muerte. Se plantea como una crítica hacia las formas de pensamiento que reniegan de la medicina moderna y del conocimiento adquirido por el ser humano a lo largo de la historia, recurriendo en cambio a prácticas ancestrales e ideas radicales y “alternativas” que ponen en riesgo incluso a quienes se supone deben proteger. Polémica, con un desenlace que resulta lógico y predecible, pero incómodo. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Mubi. </span></p><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-3635126200659619932023-02-01T08:26:00.000-06:002023-02-01T08:26:09.135-06:00¡Te amaba y me chingaste! de Nora de la Cruz <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGKJVMZVda7TjWkOqTXAh_KYZd0fhMsX3TA_gCGpB288sFOBfllVNkLNDXT-Bel-n_XpRgt5-7zNAkwqCVlYjpS1q2SFronMWSfp2MeoDsHyse-bbbs1FWz9VPmaabQhJuTPGhEUUEP9b-Hd9S6ZWFh-pRRgTYtL6E2E16G5_cNWrqkKrqg/s1111/Nora%20de%20la%20Cruz.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="652" data-original-width="1111" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGKJVMZVda7TjWkOqTXAh_KYZd0fhMsX3TA_gCGpB288sFOBfllVNkLNDXT-Bel-n_XpRgt5-7zNAkwqCVlYjpS1q2SFronMWSfp2MeoDsHyse-bbbs1FWz9VPmaabQhJuTPGhEUUEP9b-Hd9S6ZWFh-pRRgTYtL6E2E16G5_cNWrqkKrqg/w400-h235/Nora%20de%20la%20Cruz.png" width="400" /></a></div><span id="docs-internal-guid-ce1806bf-7fff-0ef6-8083-610d343019f8"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¡Te amaba y me chingaste! </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Nitro Press/ UNAM, 2020), Nora de la Cruz (Estado de México, 1983) escribe una historia de amor (o desamor, valga la aclaración, aunque uno sin el otro no se entiende) que recupera una serie de referencias literarias y culturales que resuenan en oídos y lectores atentos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Desde el título se asume la importancia del lenguaje y de la oralidad cotidiana. La prosa de la autora retoma las formas de expresión de las novelas decimonónicas provenientes del Romanticismo, pero también de las traducciones al español de obras anteriores (sobre todo renacentistas, pero también neoclásicas) para entregarnos un pastiche que se hunde en el humor y la metarreferencialidad en busca de generar el efecto estético buscado. Y lo consigue. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En la obra, que narra la relación tormentosa entre dos personajes émulos de Romeo y Julieta, (pero también de Calixto y Melibea, incluso de Renata y Ulises), accedemos a una prosa que hermana los registros de la denominada cultura elevada (</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">high culture</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">) con la cultura de masas (cultura popular en la vertiente de la generada por los medios masivos). De tal forma, al tiempo que los títulos de los capítulos aluden a la obra de Ovidio, la segunda de epígrafes nos recuerda la configuración del caballero típico del siglo XX a través de “Amante a la antigua” del basileño Roberto Carlos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La búsqueda desesperada del amor romántico de Fosca María choca con la pusilanimidad de Tito Lucio. Encuentros, desencuentros, malentendidos que alguno asume como sobreentendidos, todo abona para una trama llena de escenas dignas de realismo ruso, pero también de la telenovela de las nueve. Como si Marie Louise Alcott hubiera escrito una novela con personajes de </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Mecánica nacional, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">todo en escenarios nacionales llenos de lo que hace entrañables a algunos de esos sitios, como la música de José Alfredo Jiménez de fondo. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Si bien persiste el narrador omnisciente como marca de esa alusión a los mecanismos del relato romántico-realista, la configuración de los personajes escapan de los estereotipos casi monolíticos con que se construyen algunos de los tándem de la época y adquieren autonomía y conciencia. Para bien y para mal. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Es una novela divertida que descoloca pero, al mismo tiempo, permite recordarnos que la vida (como realidad y fantasía, materialidad e imaginación) es un complejo en donde los espacios en apariencia estancos se mezclan de manera azarosa pero armónica si lo vemos en perspectiva. La literatura tiene historia y la comprensión de la misma nos permite apreciar su necesaria e inevitable evolución. Como dijera otro poeta: “tenemos que recordar que no existe eternidad”. </span></p></span><p> </p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-88362623877017861012023-01-31T20:17:00.000-06:002023-01-31T20:17:34.263-06:00De escritores en ciernes a lucha a mano limpia con tigres <p> <span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/-dn87mWI8fU" width="320" youtube-src-id="-dn87mWI8fU"></iframe></div><br />Le monde après nous <span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Francia, Louda Ben Salah, 2021). Un joven egresado de la carrera de Letras gana un concurso de cuento y obtiene la atención de un agente literario; una editorial se encuentra interesada en publicar su primera novela, si resulta una obra interesante. Mientras esto ocurre, debe lidiar con la vida real haciendo repartos de comida a través de una aplicación y aparentar con sus compañeros que todo va bien con sus recursos económicos y con su carrera literaria. Sus padres viven en un pueblo alejado de París, que es donde él reside, y en donde encuentra a una joven estudiante de quien se enamora. Cinta intimista que refleja las complicaciones de habitar la vida contemporánea cuando se pretende vivir del arte y, además, se está enamorado. La cinta, a pesar de derivar en una posibilidad optimista, revela situaciones con la que más de un escritor o artista en ciernes se sentirá identificado. </span><p></p><span id="docs-internal-guid-5be0830c-7fff-64f0-e052-45fccccc698f"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Mubi. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></p><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/sWrS7f_nS9w" width="320" youtube-src-id="sWrS7f_nS9w"></iframe><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Triangle of Sadness </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Suecia/ Francia/ Reino Unido/ Alemania/ México/ Turquía/ Grecia/ Estados Unidos/ Dinamarca/ Suiza, Ruben Östlund, 2022). Dos </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">influencers</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> son invitados a un paseo en un crucero exclusivo como una forma de pago a su actividad en redes sociales. A partir de una cena desastrosa, de unos piratas y de una visión poco ortodoxa de su capitán, la embarcación termina en naufragio y varios de los huéspedes del barco son lanzados a una playa en una isla solitaria. En esta situación, los roles de poder se ven subvertidos y todos tendrán que adaptarse si quieren sobrevivir. Alegoría disparatada y excesiva acerca de la historia de la humanidad y la manera en cómo se crea (y se destruye) la civilización. Capitalismo salvaje, esclavismo, revolución, socialismo, son estadios de esta extraña comunidad de seres inútiles en su mayoría. Requiere estómago, paciencia y vista atenta. Recibió la Palma de Oro en Cannes. No es para todo tipo de público, pero no deja indiferente, eso sí. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En cines a partir del 17 de febrero. </span></p><div><span><br /></span></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/AVVO3Yat_Bw" width="320" youtube-src-id="AVVO3Yat_Bw"></iframe></div><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">RRR (Rise Roar Revolt) </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(India, S.S. Rajamouli, 2022). Impresionante fantasía épica que narra la rebelión que dos héroes emprenden en contra de la opresión británica en la India de principios del siglo XX. Con una producción monumental, la cinta se pasea por todos los géneros (como los concebimos en Occidente) sin que la trama sufra menoscabo. Comedia, drama, romance, acción, fantasía, musical. Esta cinta es todo eso al mismo tiempo. Si se asume que acudimos a una representación hiperbólica de los hechos narrados es entretenimiento puro y duro. No se sienten las más de tres horas que dura. </span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶🐶 y medio de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Netflix. </span></p><div><span><br /></span></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/hkP4tVTdsz8" width="320" youtube-src-id="hkP4tVTdsz8"></iframe></div><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Ticket to Paradise </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(EU/ Reino Unido, Ol Parker, 2022). Comedia romántica que une a dos de los actores que sostienen todavía eso que se llama </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">star system. </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lástima que esa inversión sea un auténtico desperdicio. La película es sosa, aburrida en tramos y chantajista. Contrapone el modo de vida capitalista como una de las causas de fracaso de las relaciones románticas y de la extinción de la familia tradicional; mientras que la forma de vida comunitaria y de familia extendida (pero supeditados al mercado internacional) es lo máximo. Escenas incoherentes, un guion que hace agua por todos lados y un Clooney que encarna a uno de sus peores personajes. Húyale como a los que venden abrazos en la calle. </span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">🐶🐶 de 5</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">* En Prime, Youtube y Google Play (para renta). </span></p><br /></span><br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-16966108884335588312022-06-17T08:42:00.001-05:002022-06-17T08:42:16.188-05:00Blanca Luz Brum<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjSkisumaZsxno-TvbF4kLQL-Btg6k5EwsLM9K-hvv6GNA_IwxxG-auBJ5GWtQMT5LG3w3FM77THmFSz21b7CpPqWUpigv-qQD6NXzqzWy6aJ210DRexJ9soppo04KNOzqNVvvN92VBIF-Ov2bG1yDHMPUl7AFcdSNh5MjiQUvQsHJRT-ogkw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="562" data-original-width="325" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjSkisumaZsxno-TvbF4kLQL-Btg6k5EwsLM9K-hvv6GNA_IwxxG-auBJ5GWtQMT5LG3w3FM77THmFSz21b7CpPqWUpigv-qQD6NXzqzWy6aJ210DRexJ9soppo04KNOzqNVvvN92VBIF-Ov2bG1yDHMPUl7AFcdSNh5MjiQUvQsHJRT-ogkw=w232-h400" width="232" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: verdana;">Leo e investigo sobre otra cosa y me encuentro con la historia de una poeta que ha merecido una película y varios libros alrededor de su vida. Y en este sentido la noción de que su vida ha sido más importante que su obra se cumple. Su biografía da para crear una novela delirante en la que la verosimilitud sería cuestionada a cada trecho. Pero ya se ha visto innumerables veces que a la vida no le interesa mucho eso de ser verosímil. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>El personaje es Blanca Luz Brum. Poeta uruguaya asociada a las vanguardias de inicio del siglo XX como escritora de poesía y pintora. A los 16 años ingresó a un convento en Uruguay para tomar el hábito religioso, pero lo que vivió en los años siguientes a su fuga de ese sitio, de acuerdo a los parámetros sociales, estaría muy lejos de esa vocación asumida a temprana edad. Se fugó del convento en las ancas de una motocicleta conducida por otro poeta vanguardista, el futurista Juan Parra del Riego, quien se casaría con ella, enfermaría de tuberculosis y moriría justo cuando el hijo que tuvo con la religiosa arrepentida tenía apenas cinco años. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>Marchó a Lima, en donde se encontró con los abuelos del niño y en donde se integró a la vida bohemia de los vanguardistas y revolucionarios agrupados alrededor de la revista Amauta de José Carlos Mariátegui. Aparecería después en México, donde se casaría con el pintor David Alfaro Siqueiros, cuya agitada vida política le llevaría a salir huyendo del país para refugiarse en Buenos Aires en busca de asilo, después de ser acusado de participar en el asesinato de Leon Trostski. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>En Buenos Aires, el cónsul chileno que los ayuda, un joven Ricardo Reyes que después sería conocido como Pablo Neruda, se enamora de ella. Se habla de una disputa por estas razones con otro nombre conocido de las letras en español: Federico García Lorca. Las relaciones amorosas que sus biógrafos rastrean incluyen al futuro presidente Juan Domingo Perón, de quien además de amante fue jefa de prensa cuando era Secretario del Trabajo. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>La voz pública, que en su machismo censura en las mujeres lo que en los hombres celebra, la llamó “el colchón de América”. Aunque, como bien apunta uno de sus biógrafos, Miguel Albero: “Pero no hay que equivocarse, era ella quien elegía y no ellos, y lo hacía porque en el fondo era su manera de influir en las cosas, de estar en la acción; era una mujer de acción, libérrima, tremenda en sus opiniones, un personaje de una pieza que renegó de todos los países donde estuvo, que echaba pestes de las mujeres, porque su condición de mujer y de extranjera constituían los límites con los que se encontraba siempre”.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>Incluso su muerte no elude la relación con lo literario. Terminaría sus días en la isla de Juan Fernández, el escenario en el cual Daniel Defoe ubica su novela neoclásica <i>Robinson Crusoe</i>. Al fallecer a los 80 años, fue sepultada en Viña del Mar. Su vida de alianza con los revolucionarios y figuras de la intelectualidad de izquierda, contrasta con sus últimos años en los que admiró la figura de Augusto Pinochet, por quien incluso fue condecorada. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="white-space: pre;"> </span>Escribió ocho libros que hoy casi nadie conoce. El documental de 2018, <i>No viajaré escondida</i>, de Pablo Hernán Zubizarreta, recupera testimonios sobre su vida. Aquí un ejemplo de lo que escribió: </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>Poema Rojo</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"> Panait Istrati, ¡qué bien tu nombre</span></p><p><span style="font-family: verdana;">hecho de dos palabras tristes!</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Extraviada a lo largo de los mares te advierto.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Tu hermana Kyralina cantándome al oído</span></p><p><span style="font-family: verdana;">como una balalaika</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Caen sus mejillas tristes en mis manos abiertas.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y un haiduk me acompaña</span></p><p><span style="font-family: verdana;">la mirada desierta.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Yo que estaba perdida en un espejo muerto,</span></p><p><span style="font-family: verdana;">sentí sobre mi carne</span></p><p><span style="font-family: verdana;">tu diente amargo y frío.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Trineos de la muerte recorren las estepas;</span></p><p><span style="font-family: verdana;">y hombres abandonados, sangran por la tierra.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y te veo venir de la pocilga hedionda</span></p><p><span style="font-family: verdana;">donde niños exprimen pezones de miseria.</span></p><div><br /></div>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-47626672443229779582022-06-16T10:58:00.009-05:002022-06-16T10:58:51.628-05:00Salgari en mi recuerdo <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEipM3kOytd6Ntt60lxVycW1FR909E9NUEfpaE5adpICOeXBVMrPm0hgufv4ZFIAbrpVLQxzu2q5MKakvfgP58Ni-g99pya68Ez_jN9Q9E9ZOut5NvoXml9x3s4UqjL6T5XFry91vnYrqmDbFH-UyKv5pz-GUgIupoRwwoFj67mIw7gCTiEaQg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="382" data-original-width="296" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEipM3kOytd6Ntt60lxVycW1FR909E9NUEfpaE5adpICOeXBVMrPm0hgufv4ZFIAbrpVLQxzu2q5MKakvfgP58Ni-g99pya68Ez_jN9Q9E9ZOut5NvoXml9x3s4UqjL6T5XFry91vnYrqmDbFH-UyKv5pz-GUgIupoRwwoFj67mIw7gCTiEaQg=w310-h400" width="310" /></a></div><p></p><span style="font-family: verdana;">Cuando era niño, mientras bajo el filo del machete caían las hierbas, o se amontonaban las cañas secas de la milpa para su descomposición y posterior reintegración a la tierra, no era un hijo de campesino, no, era un pirata. Mi machete era un sable y la zona de roza el ejército de piratas enemigos. El sol pegaba duro, como en el mar, me imaginaba, y lo salado del sudor causado por el trabajo me parecían salpicaduras de olas. <br /> El causante de todo eso era Emilio Salgari. Cuando entré a la secundaria, un amigo a quien no le gustaba leer, pero que por algún extraño misterio poseía información de múltiples cosas, me enseñó la biblioteca pública. Y ahí me encontré con la colección “Sepan cuántos” de la editorial Porrúa. Entre varios de los títulos que había, estaban los relatos de Salgari. Y me sumergí en sus páginas, que es decir en sus territorios inhóspitos y en sus personajes completamente románticos y heroicos. <br /></span><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">Sandokan, el Corsario Negro, Yolanda, el Corsario Rojo, Cabeza de Piedra, el Capitán Tormenta y demás protagonistas de sagas salidas de su imaginación habitaron en mi mente durante mucho tiempo. Salgari escribía sobre países lejanos (México, el Caribe, Rusia, Malasia, África) aunque según sus biógrafos su experiencia viajera fue más bien mínima, por no decir inexistente. Pero su imaginación fue prodigiosa y me alcanzó entre esos campos de la sierra poblana. Era un animal de ficciones, escribió casi un centenar de novelas y numerosos relatos cortos. <br /></span><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">Leí en el más reciente libro de Rosa Montero la manera en cómo murió. El suicidio apurado por las deudas económicas y por la enfermedad mental de su esposa lo llevó a cometer el sepukku (harakiri) mientras pedía a sus editores, que lo habían explotado y vendido miles de sus libros, que se hicieran cargo de sus gastos funerarios. Su padre también se había suicidado. Y después de él lo hicieron dos de sus hijos. Una saga familiar marcada por esa muerte tremenda. <br /></span><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">En algún momento de mi vida quise ser Salgari. El Salgari que me había construido en mi mente: viajero por todos los rincones del mundo y narrador de las aventuras que acontecían ahí. Pero igual que él, por ejemplo, conocí el mar hasta mi juventud y años después la alergia me impediría gozar de la humedad y el sol de las playas. <br /></span><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">Es uno de los escritores que recuerdo con mayor cariño. Mi sable, ahora hecho de plumas rojas de corrección de texto, sigue derrotando villanos e inclementes buitres de mar. </span><div><br /></div>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-60077849989721289692022-06-13T20:04:00.006-05:002022-06-13T20:10:43.537-05:00Inmovilidad, de Alejandro Paniagua <p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_j3oBhO1wVnpAJ2y87LxTgNGY6BLTiKoRQSbR7IhONMY4JeE2-ECofWdPtDFhrrsyFJd-aGcIjUeqyGi0XrvgQCAWvPZ4JTWk10V5-BDl2pmeAIvQ988n1WrUIPaDR6r2Fb0reXJKjB4o8DkTieYWzLyuVmXNP5PaU0YJV1P-sbUUcHqC0g/s1304/Inmovilidad.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="603" data-original-width="1304" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_j3oBhO1wVnpAJ2y87LxTgNGY6BLTiKoRQSbR7IhONMY4JeE2-ECofWdPtDFhrrsyFJd-aGcIjUeqyGi0XrvgQCAWvPZ4JTWk10V5-BDl2pmeAIvQ988n1WrUIPaDR6r2Fb0reXJKjB4o8DkTieYWzLyuVmXNP5PaU0YJV1P-sbUUcHqC0g/w400-h185/Inmovilidad.png" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: verdana;">En <i>Inmovilidad </i>(Ediciones Periféricas, 2022), Alejandro Paniagua presenta un conjunto de 17 cuentos en donde la fantasía, la violencia, lo místico y lo poético aparecen por igual. El volumen incluye el relato “Equipaje” con el cual obtuvo el premio del Concurso Latinoamericano de Cuento “Edmundo Valadés”, ya de añeja tradición. En éste, los juguetes cobran un significado especial para un niño de la calle que tiene que utilizar su imaginación para sobrevivir en el contexto que le ha tocado y para asirse a un mundo en el que se acomoda mejor que a ese que denomina “realidad”. En esa deriva se encuentra también “Damián / David”, donde la muerte de un hijo desata una serie de alucinaciones dolorosas y que materializan el dolor por el hecho. Ese sufrimiento por la muerte de alguien cercano es también el motivo de “Voladora de Papantla”, en donde la figura del ritual místico hoy convertido en atractivo para turistas, se convierte en la alegoría para hacer presente el dolor por la hermana muerta. “Caleidoscopio” es un texto fantástico en donde la idea de religión exótica y de guía encarnado en la figura de un maestro, alcanza registros a la vez líricos y delirantes; una religión en donde las personas aprenden a convertirse en objetos y donde se requiere un sacrificio necesario. En “Arrebato infantil”, un niño escenifica con sus objetos de juego una tragedia familiar que ha marcado a todos los integrantes de la misma. “Pornografía I” contrapone la ansiedad al deseo, la inutilidad de las imágenes eróticas ante el dolor del alma. “Ram”, por mucho mi cuento preferido, es la historia de un trailero que comete un error que le cuesta perder a su familia, pero que, a partir de un encuentro con un vagabundo que le regala unas figuras religiosas, abre las posibilidades de recuperarla o de perderse para siempre. La voz femenina de “Árboles” confronta al padre que yace enfermo y a quien desea por igual su recuperación y su muerte. En “Dos jirafas” se mezcla lo repulsivo y lo esplendoroso, al igual que en los personajes que lo habitan. “Sentencia” narra la toma de justicia de dos familiares lastimados por la ausencia de la madre, un acto que, no obstante, no puede resarcir lo que reclama. “Kelvinator” aborda otra tragedia familiar, la muerte del hijo por un incendio que, quizás, pudo haberse evitado. “Pornografía II” es un cuadro cómico y absurdo acerca de la manera en cómo la tecnología ha modificado las costumbres del autoerotismo. En “Piedad” retorna la imaginación y la construcción de figuras alegóricas a través de los ojos de una niña para resistir la realidad que la circunda. “Dos sorpresas (Sr. Juárez)” es un cuento que comienza como una fábula de erotismo pedófilo, pero que concluye con una vuelta de tuerca interesante. “El sueño de una desahuciada” escenifica el momento de agonía y muerte de quien lo protagoniza. En “Ricardo III” (mención honorífica en el Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción) vemos desfilar ante nuestros ojos la abyección personificada en el célebre personaje de la tragedia de Shakespeare, pero cuya sobrevivencia transcurre a lo largo del tiempo y del espacio, más allá de la obra del Bardo y sus referencias históricas. Finalmente, “Globos (Sra. Juárez)” es otro cuadro de erotismo extraño que desnuda la convicción de infelicidad de quien protagoniza el, en apariencia, ilógico encuentro. <br />Es un conjunto bien equilibrado de historias cuya virtud radica en la capacidad que tiene el autor para generar cadenas de metáforas e imágenes literarias en contextos en apariencia no aptos para esas elucubraciones; hay quizás un poco de engolosinamiento en este recurso, pero visto en conjunto, no desentona con la propuesta que Paniagua nos ofrece.</span><p></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-47318192584229801272022-06-13T20:02:00.002-05:002022-06-13T20:11:16.657-05:00Calla y escucha. Ensayos sobre música: de Bach a los Beatles, de Eduardo Huchín Sosa <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheE8-NxDWNMO5kUfTNx9sIDUlf-g53FCajqFqVph_FepgMgbAYem-Hr1dTod91r4k2HQTYYct7ST1cF179ywO3jEYxvBreFyQmX47nusv4yzBV2l9GY4DtvX5bABIrfF3ry79dniJ7aLEU8eKmsYXvR3rCGgSLB0gtgkm306YC2MYkxo5owg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="498" data-original-width="1078" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheE8-NxDWNMO5kUfTNx9sIDUlf-g53FCajqFqVph_FepgMgbAYem-Hr1dTod91r4k2HQTYYct7ST1cF179ywO3jEYxvBreFyQmX47nusv4yzBV2l9GY4DtvX5bABIrfF3ry79dniJ7aLEU8eKmsYXvR3rCGgSLB0gtgkm306YC2MYkxo5owg=w400-h185" width="400" /></a></div><span style="font-family: verdana;">En <i>Calla y escucha. Ensayos sobre música: de Bach a los Beatles</i> (Turner, 2022), Eduardo Huchín Sosa elabora una serie de reflexiones acerca de cuestiones musicales que abordan diversos aspectos asociados con el tema: la noción del conocimiento musical y lo que esta idea implica (¿qué quiere decir “saber de música”?); la relación que la música tiene con lo visual y cómo esto interviene en la manera en cómo nos acercamos a lo auditivo desde lo mediado por otro de nuestros sentidos que no es el oído (y que incluye por igual la cultura derivada de los videos musicales en MTV, como la experiencia afincada en “ver un concierto” y a quienes lo ejecutan); la revisión de la obra de uno de los máximos ídolos de América Latina, Les Luthiers, al analizar los puentes entre música culta y humor (¿qué es lo que nos hace reír en la narrativa construida alrededor de lo musical: la música en sí o aquello a lo cual alude en diversos niveles?); la manera en cómo la vanguardia, la música de cámara y el pop convergen de maneras misteriosas (y en donde cabe por igual tomar de pretexto el trabajo de The Beatles en el estudio después de renunciar a dar conciertos, la escena final de Back to the Future, John Cage con su propuesta de oír el silencio y Elvis Presley como construcción comercial de la síntesis de lo blanco y lo negro cultural norteamericano); la lista de trabajos y condiciones de los mismos a partir de los cuales muchos creadores consiguen sobrevivir a lo largo del mundo y la historia (¿se puede vivir de la música, es sólo un hobbie, quién paga por las creaciones de otro, el talento puede ser también una condena, se puede tasar el precio del arte?); la revisión de la vida y obra de Francisco Gabilondo Soler, “Cri-Cri”, así como las penurias económicas y el pensamiento casi de cuáquero en donde la meritocracia debía ser la forma de organizar la sociedad y los merecimientos de cada quien; un acercamiento más que interesante a la relación entre música y religión, desde el abordaje del pop teatral de las puestas en escena musicales hasta el camino histórico que hunde sus raíces en los spiritual, el gospel y la música sacra de Occidente.<br />Respaldado en una investigación abundante, cuidadosa y tratada con rigurosidad, Huchín se permite una profundidad que no existía en sus trabajos previos (los cuales no desmerecen en lo absoluto, sólo los pone en otro registro); esa profundidad, no obstante, no implica la renuncia al ejercicio de la nota humorística, la arqueología de lo risible y la cita desternillante, como la que abre el volumen y le da título: “–¿Has oído el canto de la trucha? / –No. / –Pues calla y escucha. [Se echa un pedo.]”, anécdota atribuida a Mozart, probablemente. He disfrutado mucho de esta lectura y me ha puesto a pensar sobre cuestiones que muchas veces damos por hecho al hablar sobre música o al pensar en los conocimientos que creemos tener con respecto del tema. Ojalá se animen a echarle ojo (y oído). </span><br /><p></p><div class="oajrlxb2 g5ia77u1 qu0x051f esr5mh6w e9989ue4 r7d6kgcz rq0escxv nhd2j8a9 nc684nl6 p7hjln8o kvgmc6g5 cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x jb3vyjys rz4wbd8a qt6c0cv9 a8nywdso i1ao9s8h esuyzwwr f1sip0of lzcic4wl gpro0wi8 oo9gr5id lrazzd5p" role="button" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: white; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; color: #050505; cursor: pointer; display: inline; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 600; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; touch-action: manipulation;" tabindex="0">Ver menos</div>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-21124227066229617132022-06-13T20:00:00.006-05:002022-06-13T20:11:40.005-05:00El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjsAl7xEUgSKstdyPTdRQEvSlnO6RXwf7ovsppIMB76REN3dx4tfUJ9iRQlEuiarvHVo_bNCDtgyU_iQNmLzKhoLUIiTkdLQV8Lo0b6MwMGMOtYB2Fkc8W6OGWvNeK5NRQSiagJtwz1Kq0e3d3UyWus1CimLJuo4Acm9UNgCnrjcJwmlDd2Sg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjsAl7xEUgSKstdyPTdRQEvSlnO6RXwf7ovsppIMB76REN3dx4tfUJ9iRQlEuiarvHVo_bNCDtgyU_iQNmLzKhoLUIiTkdLQV8Lo0b6MwMGMOtYB2Fkc8W6OGWvNeK5NRQSiagJtwz1Kq0e3d3UyWus1CimLJuo4Acm9UNgCnrjcJwmlDd2Sg=w400-h225" width="400" /></a></div><span style="font-family: verdana;">En<i> El peligro de estar cuerda</i> (Planeta, 2022), Rosa Montero explora algunas cuestiones que relacionan la idea de la creatividad con la locura. A través de las páginas y de una prosa entretenida e íntima, la autora aborda cuestiones como las enfermedades mentales, la depresión, la ansiedad y el suicidio. Todo esto a la par de la descripción de las vidas de escritores famosos, y otros no tanto, que vivieron en carne propia la duda acerca de su propia cordura. Nombres como los de Silvia Plath, Doris Lessing, Ernest Hemingway, Alda Merini, Friedrich Nietszche y muchos más aparecen acompañados de reflexiones en las cuales Montero acerca al lector a facetas parcialmente desconocidas de algunos de los grandes nombres de la literatura y que los desnuda en aspectos dolorosos de su humanidad. Todo ello aderezado con una trama paralela en donde la autora narra una serie de anécdotas sobre una mujer que a lo largo de varias décadas se hizo pasar por ella en diversas ciudades del mundo. Un libro ameno, interesante, lleno de detalles que animan la lectura y la reflexión acerca de la propia fragilidad y finitud. Muy recomendable.</span><p></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-32049895527621541092022-06-13T19:59:00.002-05:002022-06-13T20:11:57.503-05:00Un lugar seguro, de Olivia Teroba <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgYZrE631JDXb0Q1xi0knVkRiDgsIQK3WZKAju12mRJpx1JEciqZArb4V53ux-iPa9CwwIXzv1HIiNsOsi88Zk4ki0Od0g-DyX_j63_v2cFjyRX5ZG_C5gE8kkR5zx5uCvsNPAPtoemUFpO--W3rXi7A8LzBTFLsbIDbuc2s6o6Q2BSb5B0-A" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="618" data-original-width="1008" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgYZrE631JDXb0Q1xi0knVkRiDgsIQK3WZKAju12mRJpx1JEciqZArb4V53ux-iPa9CwwIXzv1HIiNsOsi88Zk4ki0Od0g-DyX_j63_v2cFjyRX5ZG_C5gE8kkR5zx5uCvsNPAPtoemUFpO--W3rXi7A8LzBTFLsbIDbuc2s6o6Q2BSb5B0-A=w400-h245" width="400" /></a></div><span style="font-family: verdana;">Un libro de textos que bordean las características de varios géneros: el ensayo, el testimonio, la crónica. En este volumen, Olivia Teroba aborda diversos temas como la cotidianidad de lo femenino, la vida en las ciudades del interior de México (con énfasis en Tlaxcala, su ciudad natal), las relaciones familiares, la necesidad/experiencia de la memoria, la construcción de espacios no físicos que sean remansos para espíritus agotados por lo que implica vivir en estos tiempos turbulentos. Con un estilo fragmentario y haciendo honor al nombre de la colección a la cual pertenece este libro, la prosa sencilla y transparente de la autora no tiene mayor pretensión que la de transmitir un mensaje de manera clara y en búsqueda y expresión de la empatía por parte de sus lectores. Una lectura que se disfruta y deja con ganas de seguir el proceso creativo de esta joven escritora.</span><p></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-66684203291932998722022-03-03T15:25:00.000-06:002022-03-03T15:25:18.811-06:00 La omisión y la identidad<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhqaYeHZKZeqY0ud6WQse9gx-ZKxxln7Coae6zm1WL2SqdjOODWrHT72CK0bg1e-UaZFkrwTCmh9cH2jw66WVAvAYyozQcQ54UkgeaOFhoeqCjux69qPSN2bh7riiJ-7FEG-Fu_ObGOh5m3uv31vKajpoDVO4VUQSUaOCi1UZfgFs9wWzvhHQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="4389" data-original-width="3072" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhqaYeHZKZeqY0ud6WQse9gx-ZKxxln7Coae6zm1WL2SqdjOODWrHT72CK0bg1e-UaZFkrwTCmh9cH2jw66WVAvAYyozQcQ54UkgeaOFhoeqCjux69qPSN2bh7riiJ-7FEG-Fu_ObGOh5m3uv31vKajpoDVO4VUQSUaOCi1UZfgFs9wWzvhHQ=w280-h400" width="280" /></a></div><br /><span style="font-family: verdana;"><br />A primera vista, pareciera que el tema que aborda Pedro Almodóvar en <i>Madres paralelas </i>(España, 2021) es el de la maternidad reflejada en el título. Pero esto sólo es cierto en parte. El gran tema detrás de esta película del director manchego es la identidad, más aún, el derecho a ésta. La cinta explora el tema de la identidad y el derecho de las personas a la misma, desde dos dimensiones: como un drama individual en donde los protagonistas tienen nombre y apellido (y el riesgo de perder ese vínculo paterno/filial por cuestiones azarosas); y como una obligación colectiva a fin de explicarse el pasado y comprender las consecuencias de las acciones terribles cometidas en éste. <br /> Una de esas acciones es el de la ejecución y desaparición sistemática de personas en el contexto de enfrentamientos políticos diversos. En la cinta el evento referido es el de la España de la Guerra Civil; para el resto del mundo, y en particular para América Latina en donde la recepción de buena parte del público no pudo pasar por alto esta perspectiva, son los saldos de las diversas dictaduras y estados represivos. <br /> La historia individual plantea la relación que dos madres por accidente, una madura y convencida de su vocación materna (encarnada por una excelente Penélope Cruz); y otra, joven y desorientada, protagonista de un hecho desagradable que convierte la experiencia maternal en una situación incómoda y que trastoca por completo no sólo su vida, sino la de su familia cercana (es un decir). En la dimensión colectiva, la película narra el proceso de recuperación de la identidad de los restos mortales de un conjunto de ejecutados sumariamente en un pueblito rural. Ambas dimensiones se encuentran integradas de manera sutil y tejida con elementos que encajan conforme la cinta avanza. <br /> Almodóvar ha desarrollado una mirada que lo ha llevado a contener ciertos elementos que caracterizan buena parte de la obra: los personajes memorables por excéntricos o hiperbólicos, el humor negrísimo que planea sobre hechos sombríos como la muerte o la sexualidad, la música popular resignificada, etc. En sus dos últimos trabajos, <i>Dolor y gloria</i> (2019) y en la cinta motivo de estas líneas, explora dos aspectos que refieren de manera directa a su identidad: por un lado, en la primera, el tono autobiográfico y la relación con la enfermedad y la madurez, que le permite verse reflejado en el artista encarnado por Antonio Banderas; por el otro, la necesidad de explicar(se) la forma en cómo la memoria y el olvido (dos caras del mismo problema) configuran la historia colectiva, nacional. Lo que se dice es importante, lo que se omite también. Y Almodóvar, me parece, ha decidido regresar sobre las omisiones para permitir(se) una reflexión sobre el ser contemporáneo al mostrar los agujeros de aquello que muchas veces se calla, se da por sobreentendido o, simplemente, se oculta. Me gusta este Almodóvar. Y no se me malentienda: el otro también.</span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-7439558185272892172022-03-03T15:20:00.000-06:002022-03-03T15:20:02.291-06:00 Amor de madre <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhqJDd7PhDklmzbz8vRm6OasNUJta333p9EOqNyPfjA9FsUTNghaWwrqneNQXWGRx5Tr-PsDFvW1_H-cVuWJRvqGqOnGaxB73jLpn9k5INlSL6g7tf6-qbKJ6vv-WJNrxTwqnowhf85pm4ghlbUudnLhl78dAQrIoR6bs5-zXJHbAzpIzix5g" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1200" data-original-width="810" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhqJDd7PhDklmzbz8vRm6OasNUJta333p9EOqNyPfjA9FsUTNghaWwrqneNQXWGRx5Tr-PsDFvW1_H-cVuWJRvqGqOnGaxB73jLpn9k5INlSL6g7tf6-qbKJ6vv-WJNrxTwqnowhf85pm4ghlbUudnLhl78dAQrIoR6bs5-zXJHbAzpIzix5g=w270-h400" width="270" /></a></div><br /><p></p><span style="font-family: verdana;"><i>The Lost Daughter </i>(<i>La hija oscura,</i> Maggie Gyllenhaal, 2021) nos revela a una actriz talentosa que también es una excelente directora. Esta adaptación de una novela de Elena Ferrante (un seudónimo envuelto todavía en misterio) transita por caminos poco frecuentes al plantear de manera frontal una perspectiva contraria a la romantización de la maternidad. <br /> Leda, la protagonista de la historia, es una académica que pasa sus vacaciones de verano en una paradisíaca isla griega. Hasta ese lugar llega una familia ruidosa y poco amistosa con la cual Leda se siente incómoda y molesta. Sin embargo, al conocer a Nina y a su hija Elena, parte del clan escandaloso, comienza a tener una serie de evocaciones con respecto de su pasado y su propia maternidad. <br /> Lo que se desprende de los hechos reflejados en pantalla es que la protagonista (encarnada por una siempre solvente Olivia Colman) no fue la madre ejemplar de sus dos hijas. Al haberse convertido en madre en una edad muy temprana, las obligaciones de la maternidad y de llevar la casa que siempre bulle por la actividad de las niñas, la terminan apabullando y sometiendo a un estado de estrés constante, desilusión e intuido arrepentimiento. Tras una visita a un congreso académico tiene una muestra de lo que sería su vida sin hijas y sin ese marido tan anodino e inútil. <br /> Es claro que el personaje no puede lidiar con la realidad y la culpa. Se ve reflejada en Nina que busca también un remanso de paz y un poco de libertad, la que Leda se permitió a sí misma. La pérdida de una muñeca de la hija de Nina desencadena una serie de acciones que concluyen de manera dramática y sujeta a interpretaciones. <br /> Es, sin duda, una obra que permite asomarse a una representación poco frecuente en los relatos hegemónicos: la de la madre que hubiese elegido no serlo de saber lo que implicaba. Esa situación, no obstante, no convierte a Leda en un personaje repulsivo, por el contrario, inspira una empatía tremenda y un intento de comprensión con respecto de sus propias decisiones. <br /> Más allá del tratamiento de este tema, la cinta es un <i>thriller</i> que se alimenta de las sospechas del espectador con respecto de diversas situaciones apenas insinuadas: un estado de agresión y violencia constante por parte de los más jóvenes, la pertenencia del esposo de Nina al crimen y la volatilidad del clan que se mueve siempre de manera grupal. Ya espero con ansiedad el siguiente trabajo de Gyllenhaal.</span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-91325231233800290832022-02-25T14:46:00.001-06:002022-02-25T14:53:39.241-06:00Hallar el lugar de todo lo nombrado <br /><br /> 1. Viene alguien y me invita a escribir sobre cómo me convertí en escritor. Cada vez que alguien me propone algo similar, las dudas acuden a mí. ¿De verdad lo soy? ¿Quién lo dice? Con nuestro nivel de alfabetización, cualquiera que sepa usar el código fonético-alfabético podría ser un escritor. ¿No van por ahí los mundanos hombres mundanos ofreciéndonos sus apasionantes biografías? Ey, tú que eres escritor, ven, tómate esta cerveza conmigo, te contaré mi vida para que escribas un libro. La mayoría de las veces conviene decir que uno es fiel devoto de Alcohólicos Anónimos. No cualquier historia debería ser escrita. Existen: flotan aquí, por todas partes, de ellas se nutre el universo. Pero no todas deberían de ser escritas, por piedad del Tiempo, dios devorador de sus hijos, y por consideración a Natura y sus arbolitos. He visto a los mejores árboles de mi generación ser convertidos en papel impreso sin mayor utilidad que dar de comer al señor que revisa y escoge tu basura. Quizá yo mismo colaboro en ese ecocidio de masas. No lo sé. Alguien me dijo alguna vez que una historia escrita por mí le había animado a salir de la cama y enfrentar el mundo. Se siente bonito, la verdad, pero equivale, quizá, a una hoja del arbolito ese que terminó en la trituradora, previo a convertirse en el papel en donde se imprimió la historia. A otros les han dicho que sus libros les salvaron la vida. Eso equivale a un arbolito, quizá. Pero esas anécdotas las cuentan quienes venden millones de ejemplares. Su deuda de arbolitos crece geométricamente. Divago, ya lo sé. Y soy muy inseguro. Pero digamos que por unas cuantas palabras, ojalá sólo las necesarias, me creo eso de la identidad de escritor. Y entonces, sólo entonces, me pregunto frente al espejo (un espejo metafórico, entiéndase como una alegoría de la <i>selfie </i>mística) cómo fue que me convertí en escritor.<br /><br />2. Venimos de la letra y a la letra vamos. En el principio fue el verbo. Y el sustantivo. Y las vocales. Y las maestras regañando a mi madre porque me había enseñado a leer a una edad muy temprana. Mi madre, una mujer que sólo conoció los muros grises y gruesos de una escuela primaria de monjas. Y las señoritas educadoras diciéndole que me había hecho un mal terrible: sabía leer, y firmaba mis trabajos preescolares con mi nombre. Con letras chuecas, torcidas como patas de venado trastabillante, pero con la seguridad de saber qué querían decir esas manchas de crayola sobre el papel revolución que se utilizaba en mi escuela. Es lo primero que me viene a la mente cada vez que alguien me pregunta cómo me volví escritor. Y tengo ganas de decir que fue el día que miré a mi madre escuchar atenta las pedagógicas razones de la maestra Bety (sí, recuerdo su nombre) para augurarme una infelicidad en mi futuro inmediato. Todos deben aprender al mismo ritmo. Todos deben cubrir el mismo programa. No podemos tener niños desfasados. A mi madre, en esa escena, la recuerdo (o la imagino, quién lo puede saber) asintiendo mansamente a la reprimenda; mueve la cabeza como si dentro de ésta resonasen aquellos versos que se harían consigna: <i>We don’t need no education</i>. Y era verdad: nosotros, mi madre y yo, no necesitábamos esa clase de educación. O eso pensábamos en aquel tiempo. Y, bueno, quizá sea hora de decirlo públicamente y aceptar que es cierto: me convertí en escritor el día que mi madre me enseñó a escribir mi nombre al pie de un retrato multicolor del sol. Las personas serias se reirán de esto (las personas serias no entienden mucho que digamos). Esperan respuestas profundas. Revelaciones escabrosas. Relatos de alumbramientos milagrosos. Esas personas adultas que no pueden comprender que la sonrisa de mi madre fue mi primer aliciente para escribir algo, cualquier cosa. Mi nombre sobre una hoja de papel.<br /><br />3. Pero, para tranquilizar a las personas serias, quizá convenga abordar un tema profundo que roza el cliché. Para escribir hay que leer. Mucho. Aunque algunos yutubers y celebridades de la pusmodernidad no comulguen con estas ideas. El primer embrujo viene de aquello que otros escribieron. No creo en los iluminados. No me imagino al Mesías de la Ficción ungido un día con inspiración pura a partir de que alguien le puso un lápiz en la mano y dijo: “hágase la historia”. Los primeros atisbos a la escritura provienen de la imitación, de la envidia. ¿Cómo es posible que un montón inerte de hojas cubiertas de manchitas de tinta pueda alejarnos del mundo y hacernos aparecer en otro por completo distinto? ¿Quién se cree aquel que osó desafiar la vida cómoda y tranquila del que era feliz con la cascarita de fut y las caricaturas de la tarde? En mi casa no había libros. Los únicos existentes eran aquellos que el sistema educativo proveía. Libros de texto gratuitos, se llamaban y se siguen llamando. Yo los devoraba. Me encantaba recibir los paquetes en las primeras semanas de clases. Revisarlos, hojearlos, mirar sus ilustraciones, oler ese aroma que se marca de manera indeleble en la memoria. Los libros que traían historias eran los que más me gustaban. Historias era cualquier historia, en aquel entonces. No había distinción entre la ficción y lo que nos decían que era la realidad. Las historias de la Segunda Guerra Mundial del libro de Ciencias Sociales eran igual de apasionantes que los fragmentos del Mío Cid metidos con calzador en alguna antología previa a las politizadas reformas educativas. Pero más allá de eso, no había horizonte en expansión. Llegaron pocos libros a mi infancia. Pero los que llegaron se convirtieron en tesoros incalculables. Una tía librepensadora y joven en aquel entonces me regaló una edición de <i>El principito</i>; además, como premio por aprovechamiento escolar (o sea, por matado y <i>nerd</i>), obtuve unos ejemplares de las <i>Lecturas clásicas para niños</i>; en el fondo de un baúl encontré un ejemplar de principios de siglo de <i>El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha</i> que algún profesor le había regalado a mi padre antes de que éste abandonara la escuela para hacerse cargo de cosas más importantes como la manutención de su madre y sus hermanos. Y eso sembró la semilla. Tiempo después, un amigo desmadroso (éste es un misterio que hasta el día de hoy me intriga: ¿cómo sabía él algo tan valioso?) me descubrió un paraíso: la biblioteca pública. Nunca mi cabeza de diez años habría concebido la existencia de un lugar así. Un cuarto de paredes y techos altos llenos de libros. Soy, como lector, un producto de la biblioteca pública. No atesoro volúmenes impresos de aquellas épocas; pero sí conservo todos esos libros que leí a la luz del préstamo a domicilio en el lugar en donde mayor bien me ha hecho: en la cabeza y en el corazón. Acá las personas serias piensan que algo iba mejorando y de repente se volvió cursi. Y quizá tengan razón. Pero no me retracto: para leer y escribir no basta sólo con el talento intelectual, hay que tener también un poquito de corazón. Lo esencial, casi siempre, es invisible a los ojos.<br /><br />4. Esto lo conté en otro lado, pero lo repito acá. Aunque cada vez que se cuentan las historias se convierten en otra historia. Se añaden elementos, se eliminan otros. No quiere decir que la historia quede mejor. Sólo que la historia es otra. Distinta. Mi primera incursión en la creación literaria la tuve en la secundaria. Antes, cuando el Estado creía que era cosa importante, se hacía un concurso anual de literatura sobre los símbolos patrios. Había que expresar aquello que nos inspiraba la vista, la escucha, la vivencia del escudo, la bandera, el himno nacional. Recuerdo que escribí un poema épico donde, a la par de elogios a la bandera, salpicaba la lírica con un catálogo de héroes y hechos de la historia patria que hoy serían carne de festín para los revisionistas. Lo hice como se hace cualquier tarea escolar en esos tiempos. Algo había que entregar. Total que se lo di a la maestra de Español en turno. Pasaron los días y me llamaron a la dirección de la escuela. Cuando llegué supe que algo no andaba bien. Dentro de la oficina del director se llevaba a cabo un debate cuyos ecos llegaban hasta la sala de espera donde una secretaria me pidió que tomara asiento. Después me hicieron entrar. La reunión tenía como objetivo explorar la autoría de un poema que un estudiante había escrito. El poema estaba sobre el escritorio del director y la caligrafía chueca no dejaba duda acerca de que era la tarea que yo había escrito. Comenzaron a cuestionarme acerca de mi trabajo. A la distancia de los años me queda claro lo que ocurrió: una parte de quienes estaban ahí me acusaban de plagio y otros habían puesto en duda que yo fuera capaz de algo así. Tuve que confirmar la autoría de lo escrito. Las alabanzas a la sangre derramada por los héroes, lo verde de los árboles y las plantas. A pesar de lo que decía, la pregunta no se modificaba: ¿tú escribiste esto? Y sí, yo lo hice. Hoy me siento orgulloso de no haber titubeado (no había razón para ello) y de haberme conservado firme. Al final decidieron que mi sinceridad no era concluyente. Retiraron mi poema de aquellos que serían enviados al concurso regional o estatal y nunca se habló más del asunto. Y no volví a escribir nada memorable durante varios años. Tiempo después, al reflexionar sobre este episodio, me doy cuenta de que todo fue, en realidad, un elogio a lo que había escrito. Los maestros creyeron que era algo bueno, tan bueno que era poco probable que lo hubiera escrito un estudiante. Y procedieron a sospechar y sentenciar, sin pruebas, el atrevimiento. Es una cosa triste: muchos de los narradores, poetas o artistas en potencia son desanimados por sus maestros de educación básica. Esos arbitrarios censores de lo que pueden hacer aquellos con menos poder. <i>We don’t need no education</i>.<br /><br />5. En la universidad, una vez, gané un concurso de escritura creativa. El texto lo escribí en hojas de reciclaje en una máquina de escribir portátil. La legendaria Olivetti Lettera 32. El premio de ese concurso incluía la publicación del texto en una de las revistas que la Universidad Nacional editaba. Quizá ese fue el momento cuando me convertí en escritor. Cuando vi las palabras impresas de mi historia y supe que eso que estaba viendo yo, lo verían más personas. Sentí que algo había cambiado. La letra impresa tiene, quizá, esa cualidad: modifica la visión del mundo de quien prevé posibilidades de incursionar en el campo de las historias y las ideas. La primera vez que un escritor ve impresas las palabras que ha escrito en algo que tendrá más de un ejemplar, comienza una aventura por la reproducción de ese instante. De las sensaciones de ese instante. Y cada vez se requieren mayores dosis de intensidad. Primero es una revista, después se inicia un blog, se trabaja en un libro completo, se busca publicarlo. La adicción crece. Y con él, también, el síndrome de abstinencia. Se debe escribir para saciar esa necesidad de exponerse al mundo. Luego de la adicción galopante viene un remanso. Un momento de reflexión en el cual se comprende que, si se pretende generar una impresión más allá de lo momentáneo, la escritura debe aspirar a la perfección. Y se comienza a trabajar de tal manera que, en algún momento, se pierde la ansiedad por publicar lo escrito a como dé lugar. Uno se descubre en un espacio en el cual la relación con la escritura alcanza un punto de equilibrio y de paz. Eres tú, la hoja en blanco y la pluma o el teclado. Y el universo que traes en la cabeza. Un universo contenido, infinito, que pugna por salir. Pero tú controlas las válvulas de ese universo de bolsillo. Y disfrutas cuando alguna galaxia, algún cometa, alguna estrella escapa a través de los dedos y se convierte en realidad en el mundo de lo imaginado. A la satisfacción que sigue se le podría llamar el estado pleno del escritor. Ahí te la crees. Quizá sí lo eres.Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-83531223660637326992022-02-25T13:56:00.003-06:002022-02-25T14:00:13.500-06:00 El ronroneo del silencio<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhaRTRe-dOKDmgs4tSF1o2t3dKg5Tn9iqERjZjlC_xHPqHG03TGp7BXJdfjd1pbmfL2O2YIrKQVGWzWd6v-L-u5WMdc7fayBFHoHJnOBjxN9dzqmb84Kx27tJK4zzDPICAZlptW3FZpurAlAlZMaI732ED-h1ZsMNUNuXVfNLhGi3FXCVHjHg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1440" data-original-width="960" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhaRTRe-dOKDmgs4tSF1o2t3dKg5Tn9iqERjZjlC_xHPqHG03TGp7BXJdfjd1pbmfL2O2YIrKQVGWzWd6v-L-u5WMdc7fayBFHoHJnOBjxN9dzqmb84Kx27tJK4zzDPICAZlptW3FZpurAlAlZMaI732ED-h1ZsMNUNuXVfNLhGi3FXCVHjHg=w267-h400" width="267" /></a></div><br />En <i>Drive my car</i> (Japón, Ryūsuke Hamaguchi, 2021) nos enfrentamos a una propuesta cinematográfica que tiene en la contención, la pausa y el silencio sus características principales. La película, estrenada durante el más reciente Festival de Cannes, se hizo acreedora de varios premios en la justa, además de cuatro nominaciones a los Oscar en varias de las categorías principales. La historia está inspirada en un cuento de Haruki Murakami del mismo título, incluido en el volumen <i>Hombres sin mujeres</i>. <br /> La trama aborda la vida de un director y actor de teatro que, después de una experiencia traumática al perder a una hija, construye una relación fuera de lo común con su esposa, quien encuentra en el placer sexual la vía para alimentar su creatividad narrativa. La muerte repentina de la mujer, aunado al descubrimiento por parte del marido de su infidelidad, echa a andar una serie de acontecimientos que conducen al protagonista a enfrentarse a sí mismo, a sus miedos, sus culpas y su pasado. Contratado para dirigir una puesta en escena de <i>Tío Vanya</i> de Antón Chéjov, la lectura y montaje de la obra, a partir de los ensayos de la misma, se convierten en un contrapunto a las historias de varios de los actores que han sido contratados para representar el drama del escritor ruso. <br /> Un actor de telenovelas juveniles, una bailarina sordomuda que emite sus diálogos en lenguaje de señas, una conductora de auto que esconde un secreto doloroso, son algunos de los personajes que le dan un tono particular a las acciones que transcurren en pantalla. A lo largo de sus tres horas de duración nos asomamos a la tortuosa vida interior de estos seres humanos en los cuales sentimientos como la culpa, la sensación de insuficiencia, la pérdida y la tristeza cobran sentido representados de maneras diversas. Hay una gran cantidad de silencios sobreentendidos, de diálogos que más que reveladores son catárticos para quienes los emiten. La furia contenida y las pasiones arrebatadoras se constituyen en un oxímoron en donde la obra de Chéjov resuena con ecos renovados. <br /> En ese sentido, la cinta pareciera una caja de resonancia en donde la obra cinematográfica es la representación de la literatura de Murakami al mismo tiempo que actualización y reflejo de la propuesta chéjoviana. No es una cinta para todas las sensibilidades; es un remanso en medio de la edición turbulenta y la pulsión por un cine de acciones intensas y sorpresivas casi sin pausa. Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-15717993517297146582022-02-17T07:46:00.000-06:002022-02-17T07:46:10.667-06:00Reseña en búsqueda de final adecuado <p> </p><span id="docs-internal-guid-02a717a5-7fff-5af4-e3e8-7d2bd92d42a7"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiUOHXftjpARPDJ5C_uQGhV95cS50xmWDIOg93USkBiR3gmp4LUCAPzGcJHJT9b0HnI4ErIOz2GV8xZUpsdjNoyACvjoXyD9ohsqWf2fOp7-cbURdwI-_2-BLY_r8aV7iReSFFIp8oZ5M8xFp-vdG9zIQiLZ8-gjb2od9rYLiCGrmVoQhhZcw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="475" data-original-width="285" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiUOHXftjpARPDJ5C_uQGhV95cS50xmWDIOg93USkBiR3gmp4LUCAPzGcJHJT9b0HnI4ErIOz2GV8xZUpsdjNoyACvjoXyD9ohsqWf2fOp7-cbURdwI-_2-BLY_r8aV7iReSFFIp8oZ5M8xFp-vdG9zIQiLZ8-gjb2od9rYLiCGrmVoQhhZcw=w240-h400" width="240" /></a></div><br /><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En </span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El buscador de finales </span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Alfaguara, 2014), Pablo de Santis (Buenos Aires, 1963) convierte a la narrativa en un territorio de la aventura. Se refleja en este volumen, etiquetado como literatura juvenil, el gusto del autor por otros géneros en los cuales se desenvuelve con soltura, como la narratográfica y la novela de suspenso y detectives. Sin embargo, se puede notar, de manera más evidente, los elementos distintivos de su poética: el uso del lenguaje y sus disciplinas (lingüistíca, traducción, escritura, edición bibliográfica) como el tema central alrededor del cual giran muchas de sus obras (</span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Filosofía y Letras, La traducción, El teatro de la memoria</span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">). </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En esta ocasión conocemos a Juan Brum, un adolescente admirador de un héroe de cómic, Cormack, que quiere convertirse en un creador de esas historias que lo fascinan. Así que acude a la editorial Libra en donde lo emplean como ayudante (cadete) para auxiliar a los dibujantes y guionistas. Pronto es ascendido y ese crecimiento profesional lo lleva a ser el mensajero de una celebridad autoral que tiene el trabajo más ambicionado (y difícil) de la industria: ser buscador de finales. Es decir, quien encuentra la manera ideal para presentar el desenlace de las historias. Es a ese destino al cual aspira el protagonista y al cual, eventualmente, arribará en un camino de transformación del héroe que incluye peligros, alegorías de estados dictatoriales e historias personales llenos de tragedia, esto es, una senda con todos los elementos que constituyen una excelente novela de aventuras. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">De Santis es uno de los autores contemporáneos más originales que no ha recibido el reconocimiento que merece (más allá de haber obtenido una buena cantidad de premios). En sus historias el motivo principal es el lenguaje y los mundos que crea; la ficción que propone es un híbrido en donde cuestiones como los elementos que constituyen la forma literaria (escenarios, personajes) son el lenguaje mismo. En este caso, la tesis es clara: un escritor (o una industria) debe tener mucho cuidado y talento para concluir con sus historias; los desenlaces no son asunto de aficionados. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Esos finales no son construcciones lingüísticas, sino una especie de “detonantes” que permiten a los guionistas hallar la manera de concluir con las ficciones que han construido. Es decir, Salerno (el buscador de finales más famoso, junto con el señor Chan-Chan) no envía un párrafo o una descripción narrativa del desenlace de sus historias, sino que envía objetos que permitirán a los creadores hallar el final adecuado. Dentro de sobres aparecen los objetos más aleatorios: plumas, hojas de periódico, llaves de casilleros de centrales de trenes, una moneda, tornillos. Ese es el final, o el detonante de la conclusión de las historias. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Frente a esos creadores que como metafísicos detectives se lanzan a la búsqueda de finales, se encuentra la corporación dirigida por la empresaria Paciencia Bonet, quien a través de algoritmos y automatización ha creado un método para volver obsoletos a los buscadores de finales. Hay aquí una crítica sutil pero transparente de la manera en cómo se conduce actualmente la industria editorial: el uso de fórmulas, casi matemáticas, que permiten a las editoriales mantener la maquinaria de producción aceitada en aras de las ventas y la productividad, y aislando cada vez más a la creatividad y los frutos del azar. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hay muchos niveles de lectura en esta obra en apariencia ligera y dirigida únicamente a los lectores jóvenes: los homenajes que hace a través de los nombres de personajes e historias de diversos autores de la literatura y la narratográfica de su país, por ejemplo. De Santis es un autor que se divierte con lo que hace, que no tiene prejuicios ni complejos con respecto de los elementos que utiliza para crear su universo narrativo y que, tarde o temprano, seguramente tendrá el reconocimiento que se merece. </span></p><div><span style="font-family: Verdana; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-15464751205253237682022-01-30T14:15:00.004-06:002022-01-30T14:18:05.422-06:00Juventud, maldito tesoro<p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="white-space: pre-wrap;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: Arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgDw_0D_PT7EExvOGv1c7Pizc-XzF4-EAh4q9lBvIolVJfiI59oafBFflW7wlFqEFuXe8etu9aAc2iluVQLJmVHChTHzIep69ESlJHP_VLxp_bXxDTdsnHPjonIdjKqRLchnakSNVb4xB4Li7swrWvxwSBi56w_uXkZhEDPkJghYEHAsOdvwQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1049" data-original-width="671" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgDw_0D_PT7EExvOGv1c7Pizc-XzF4-EAh4q9lBvIolVJfiI59oafBFflW7wlFqEFuXe8etu9aAc2iluVQLJmVHChTHzIep69ESlJHP_VLxp_bXxDTdsnHPjonIdjKqRLchnakSNVb4xB4Li7swrWvxwSBi56w_uXkZhEDPkJghYEHAsOdvwQ=w257-h400" width="257" /></a></span></div><span style="font-family: Arial;"><br /><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="white-space: pre-wrap;">Un par de veces intenté leer completo <i>El guardián entre el centeno</i> (varias ediciones, primera en 1951) de J. D. Salinger (New York, 1919) pero siempre terminaba atorado en algún punto de los primeros capítulos en los cuales el protagonista me parecía insoportable y la secuencia de los hechos que contaba, como narrador en primera persona, intrascendentes. Abandonaba la novela sin mayor culpa y esperando encontrar una mejor ocasión para concluir este pendiente de la cultura general de alguien que trabaja con las letras, a decir de la crítica que coloca en canon (y al mismo tiempo en los territorios de obra de culto) a la obra referida. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="white-space: pre;"> </span>Dos cosas me llevaron a intentar su lectura de manera más seria y disciplinada. Por un lado, el comentario de mi amigo Carlos Dzul quien afirmó en una publicación, en la que le comenté mi decepción por el libro, que era una de sus obras preferidas. Y por otro lado, la vista de <i>My Salinger Year</i> (Philippe Falardeau, 2021), en donde una asistente en una agencia literaria, la que atiende precisamente los contratos de Salinger, decide leer y contestar la numerosa correspondencia que el autor recibe a raíz de la huella que la obra motivo de estas líneas había dejado en sus vidas. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="white-space: pre;"> </span>La obra es una novela que aborda la crisis de la adolescencia, la total falta de norte de un joven que es expulsado de la escuela y cuyo comportamiento linda entre el berrinche, la anarquía y la imposibilidad de expresar el conflicto interno derivado de su depresión permanente. Nos relata la manera en cómo este joven lidia con cuestiones terribles: la muerte de un hermano, la aparente indiferencia de los padres ante las emociones y sentimientos de sus hijos, la tragedia que representa ser el hijo de enmedio y la imposibilidad de encontrar un lugar agradable en el mundo. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="white-space: pre;"> </span>Me gustó haberme obligado a terminar esa lectura pendiente. La primera vez me acerqué a ésta a partir del morbo: el hecho de que muchos magnicidas, al momento de ser capturados, traían con ellos un ejemplar del libro en cuestión. No estoy seguro si esta obra le dice algo a los adolescentes actuales. Quizás es imposible no identificarse con la sensación de estar deprimido mucho tiempo, de tener cierta obsesión por las cuestiones sexuales, de hallar en familiares (la hermana de Holden es uno de los personaje más cálidos de la literatura) un refugio al cual llegar en medio de las tormentas, de intentar la huída de casa sometidos al azar. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"></span><span style="font-family: Arial; white-space: pre-wrap;"> Entiendo ahora el nivel de culto que se le profesa en variados círculos y las razones por las cuales se ha convertido en una obra que navega de manera clara entre el canon de la literatura norteamericana y la cultura pop del siglo XX. Me plantea también, la posibilidad de retornar a obras que abandoné en algún momento de mi vida, quizás esos libros hayan cambiado de la misma manera en que yo lo he hecho como lector. </span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-66675104491128609122022-01-30T13:43:00.002-06:002022-01-30T13:43:57.432-06:00La insoportable levedad del no-ser<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgRoGC8z5OcSXf4B0UThU5d61g6pzt3Tb1-l-xb3IJ_cyLzTyX5nEVr3FpJfjvFwv6xvuz76KFDP3aZSOOQeIorKCU_0utOYKCfId4kxyCgbEEDmlkshqagQrmPq5uuFUWzavtjXzv6V9onqV0Q2T6CYR7c8d6IbY-BNyHgb6csNv20Iu7dFQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2029" data-original-width="1365" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgRoGC8z5OcSXf4B0UThU5d61g6pzt3Tb1-l-xb3IJ_cyLzTyX5nEVr3FpJfjvFwv6xvuz76KFDP3aZSOOQeIorKCU_0utOYKCfId4kxyCgbEEDmlkshqagQrmPq5uuFUWzavtjXzv6V9onqV0Q2T6CYR7c8d6IbY-BNyHgb6csNv20Iu7dFQ=w268-h400" width="268" /></a></div><br /><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span id="docs-internal-guid-589016b9-7fff-7d6c-1b62-21c361e3a0d0"><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La identidad </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Tusquets, 1998), Milan Kundera (Brno, 1929) cuenta la historia de dos personajes parisinos, Jean-Marc y Chantal, que a partir de su relación de varios años parecen consumirse en la lentitud y anomia de la cotidianidad conyugal sin mayor sorpresa. Un comentario de ella, resultado de la verbalización de sus soliloquios internos: “los hombres ya no se vuelven a mirarme”, desata una serie de situaciones en las cuales el autor checo mezclará por igual el monólogo interno con el surrealismo y con las posibilidades desbordadas de sus protagonistas. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La tesis que parece encontrarse detrás de la obra refiere a la manera en cómo las parejas que han compartido su vida durante mucho tiempo tienden a confundirse, (a <i>con-fundirse</i>) uno en el otro hasta hacer borrosos los contornos de sus propios cuerpos, comportamientos e identidades. Se desprende una incomodidad existencial, como individuos, de los dos personajes: Jean-Marc depende económica y emocionalmente de Chantal, ésta no encuentra en su compañero todo lo que podría permitirle ser feliz completamente. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Una serie de malentendidos (un conjunto de cartas enviadas por un supuesto admirador secreto de ella) desata un clímax en donde la evaluación de esa vida en pareja se convierte en una serie de actos impulsivos y, hasta cierto punto, exentos de reflexión. Kundera consigue llevar al lector por un camino en el cual la psique de sus personajes dibujan una realidad alterna que les permite explorar el lugar que tienen en el mundo y, en cierto sentido, ubicarse en éste. Es una historia que requiere de mantener la atención a fin de no perderse en los recovecos narrativos que pendulan entre la imaginación y la realidad. Ese es, sin duda, uno de los aspectos más característicos de la poética del autor y la razón por la que varios nos declaramos lectores incondicionales del mismo: la posibilidad de construir mundos atractivos y entretenidos a partir sólo de la manera en cómo los personajes tejen realidades alternas en su interior, infiernos personales que cuestionan su cordura, su existencia o su propia felicidad. </span></p><div><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p><p><br /></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-65294130641782365672022-01-18T13:09:00.000-06:002022-01-18T13:09:14.535-06:00 La felicidad está en otra parte <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBGPuxAgbNSThb5kfJTEAwTOoI9kM4Z5dbnAc4FuKiaxYQWO5acQ7h8j0WoPHExzEGVT1vIiBTPYx41gpQFmq4NNE8fsI7YkYKa8MxKZcj87MKCCBDdS5VgL1nWhbKSZKPxDIB/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1033" data-original-width="696" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBGPuxAgbNSThb5kfJTEAwTOoI9kM4Z5dbnAc4FuKiaxYQWO5acQ7h8j0WoPHExzEGVT1vIiBTPYx41gpQFmq4NNE8fsI7YkYKa8MxKZcj87MKCCBDdS5VgL1nWhbKSZKPxDIB/w270-h400/image.png" width="270" /></a></div><br /><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-3147cf2f-7fff-6492-79a7-68c40492c73b"><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Happycracia: cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Paidós, 2019), los investigadores Edgar Cabanas (Madrid, 1985) y Eva Illouz (Fez, 1961) realizan una muy interesante genealogía con respecto de la manera en cómo la felicidad se ha convertido en uno de los parámetros de medición más recurridos para significar la vida de las personas alrededor del mundo. Un parámetro que es ambiguo, subjetivo, sometido al contexto y, en muchos sentidos, completamente inútil. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">A través de las páginas de este libro, acudimos a la relación que nos describe la evolución de lo que se ha dado en llamar </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">psicología positiva, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">una forma de construir un aparato en apariencia científico para desplazar preocupaciones de tipo social y colectivo a una posibilidad de realización individual que le sienta de maravilla al sistema neoliberal y de capitalismo salvaje en el cual vivimos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Cabanas e Illouz abordan la forma en cómo la felicidad se ha convertido en un valor en sí mismo (si no el máximo) para comprender las razones por las cuales una persona es productiva, eficiente y dispuesta a “dar lo mejor de sí”. Lo que aparece como una finalidad noble, esconde una serie de situaciones en las cuales los principales beneficiarios son las grandes corporaciones y diversos gobiernos y centros de poder. La felicidad se convierte en un fetiche deseable y que se persigue de manera obsesiva, lo cual genera una serie de consecuencias que van de la autoexplotación de fuerza de trabajo, a la enfermedad mental y, de ahí, al establecimiento de una sociedad cuya vocación solidaria se extravía por completo. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lo interesante del texto es el rastreo que los investigadores hacen para desvelar los mecanismos que diversos científicos echaron a andar para legitimar el estudio de la felicidad como una ciencia total, la ciencia que permitiría la realización total del ser humano. De tal manera, aparecen detrás de centros de estudio, facultades, fundaciones y universidades, el financiamiento de empresas que se caracterizan por sus resistencias a la lucha de derechos laborales y por el ejercicio de la precarización de las condiciones de vida de sus trabajadores. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.7999999999999998; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Una de las tesis principales de esa ciencia positiva (a cuya sombra se arriman una serie de nuevos chamanes: </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">coaches </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">de vida, motivadores profesionales, asesores de productividad, gurús </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">new age </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">y especímenes similares) indica que la posibilidad de triunfar en la vida y de mejorar económicamente y en términos de satisfacción existencial, depende exclusivamente, o en mayor medida, del sujeto. Una meritocracia que es cuestionada, de manera reiterada, por el sistema en el cual se reproduce esa idea y que se convierte en credo de una gran cantidad de personas que pierden de vista la responsabilidad del sistema socioeconómico con respecto de su suerte, y se culpa a sí mismo por no ser suficientemente capaz, resiliente, inteligente y “trabajador” para modificar sus propias condiciones de vida. Ese es, en gran medida, el acierto de este tipo de conocimiento: reducir responsabilidad a un sistema depredador y dejar en el sujeto la convicción de que el pobre es pobre porque quiere, y el infeliz porque no se esfuerza lo suficiente con su apatía y su tristeza. </span></p><br /></span>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7229384.post-9173160741897833092022-01-17T13:37:00.005-06:002022-01-17T13:38:16.080-06:00Jack Sparrow en la Facultad de Filosofía y Letras<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJFLT_cICOPG2f77Sj2HAquAse47rnGHwKhRkhPhaWBMsfVns-XHfRb_CtHmyfe0yheY3-thE3x_3rnlnVhkGccdKqdMEt5GZOt1ueREHLWVYoHyEGCsQyl4kbXsGl4eK31oUG/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1200" data-original-width="810" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJFLT_cICOPG2f77Sj2HAquAse47rnGHwKhRkhPhaWBMsfVns-XHfRb_CtHmyfe0yheY3-thE3x_3rnlnVhkGccdKqdMEt5GZOt1ueREHLWVYoHyEGCsQyl4kbXsGl4eK31oUG/w270-h400/image.png" width="270" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;"><i> </i><span style="font-family: arial;"><i>The Professor</i> (Wayne Roberts, 2018). Un profesor universitario recibe la noticia de que le quedan solamente unos meses de vida a causa de un cáncer terminal. Por esta razón decide cambiar su comportamiento de manera radical. La cinta se sostiene sobre el cliché que afirma que cada momento que se vive puede ser el último, por lo que se debe aprovechar la vida al máximo. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span> Para el protagonista, esto significa alcoholizarse y drogarse hasta la inconsciencia, así como tener relaciones sexuales casuales e impulsivas, así como explorar las posibilidades de la homosexualidad. </span></span><span style="font-family: arial;">Frente a su esposa infeliz e infiel y su hija lesbiana, opone una vida superficial que se intenta hacer pasar como trascendente y profunda, pero que no lo es. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span> La actuación de Depp es exagerada y llena de tics; en algunos momentos pareciera que Jack Sparrow estuviera hablando sobre literatura clásica y contemporánea mientras se tambalea por la embriaguez. Hay un perrito y eso es un punto a su favor. No les va a cambiar la vida, pero quizás les haga ladear un poco la cabeza en algún momento. </span><br /></span></p>Édgar Adrián Morahttp://www.blogger.com/profile/09670562576009685990noreply@blogger.com0