martes, diciembre 09, 2008

Más subrayados que saltan a la cara


De La última noche de Dostoievski de Cristina Peri Rossi.

Hay gente que sólo puede amar si se siente culpable.
He pedido un crédito en el banco. Ahora, soy un hombre endeudado: ya puedo enamorarme. (p. 36)

Si no me sirve para otra cosa, por lo menos el psicoanálisis me permite tener una interlocutora inteligente, culta, informada, en este tiempo de mediocres ambiciones, de ignorantes presumidos. Una época en que la inteligencia está contraída, apagada, como una polla floja, porque la inmensa mayoría (vivimos bajo la dictadura de la MAYORÍA INMENSA) puede nacer, vivir y morir sin emplearla: para nacer, vivir y morir sólo se necesitan algunos aprendizajes automáticos -encender enchufes, oprimir botones, manipular ordenadores, conducir el auto, firmar talones, obtener crédito y mirar el televisor-. (p. 51)

Hacía tiempo que nos ignorábamos. "Quiero romper contigo". dijo, y yo lo entendí literalmente: quería romperme. Quizás yo también quise romperla. Nos rompimos, y desde entonces, el silencio nos separó, como un exilio. Habíamos sobrevivido, es cierto, pero ninguno de los dos sabía cómo. (p. 64)

Sólo me faltará contraer novia, casarme y tener hijos. Pero esta perspectiva me produce tal aburrimiento y desolación que me duermo -luego de ingerir dos Valium- con una súplica silenciosa: "Dios mío, líbrame de la mediocridad". (p. 86)

No hay dos novelas iguales. Y para algunos, ni siquiera hay novela, sólo la televisión. (p. 89)

Los animales -sean de la especie que sean- solo necesitan dos cosas: comida y cariño. Igual que nosotros. (p. 94)

Verdaderamente, soy un tipo adictivo. Tengo adicción al juego, al cigarrillo, a las mujeres, a la lectura del periódico, a la ducha y a la vida: detesto la certeza de ser mortal. (p. 95)

-Se cría lo que se come -dijo Claudia, un día.
Entonces, ella me crió a mí (porque me devoró), y yo la crié a ella, porque la devoré. Y la separación fue violenta como un parto: dolor de las vísceras, sangre, sudor, aullidos, expulsión, el cordón umbilical roto, el miedo, la soledad, el pasmo. A partir de ese momento ("Parto-partidas", le dije a la psicoanalista), y por mucho tiempo, yo fui un hombre demediado, y ella, una mujer rota. (p. 100)

Al final, de las grandes pasiones, sólo queda la repetición de las manías, de los tics, un oscuro rencor por el fracaso, y la certeza de que nada de eso puede cambiar. (p. 101)

"Te quiero". Nunca supe qué quiere decir la palabra. Si hubiese llegado a pronunciar esa frase, posiblemente me habría respondido: "Yo no. Estoy muy bien como estoy." Falso. Pero ciertas personas sólo pueden sostenerse en la falsedad. Todo lo demás, les provoca miedo. (p. 103)

Es verdad: para desear, hay que olvidar la realidad. El deseo no se inscribe en el orden de la realidad, sino de lo imaginario. (p. 129)

De todos modos, me siento contento. A la mayoría de los hombres que conozco, las mujeres sólo les gustan para hacer el amor, aunque para eso, tengan que casarse. A mí, en cambio, no sólo me gusta hacer el amor con ellas; me gusta contemplarlas, verlas moverse, y especialmente, me gusta conversar con ellas. Es mi costado femenino. (p. 130)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hooola, soy Lisa
Igual te acuerdas, nos conocimos en el cumple de Fer {la psicóloga despeinada que daba toques}
Te escribo en tu sitio por que al final no intercambiamos datos
OJalá podamos platicar más un día
Me gustaría comocerte, de algún modo.

Lisa

Édgar Adrián Mora dijo...

Por supuesto que me acuerdo. Te dejo mi correo: fabricadepolvo@yahoo.com.mx

Anónimo dijo...

Si la escritora es mujer, ¿cómo es que en el último párrado se postula como hombre?

Édgar Adrián Mora dijo...

Pablo:

la escritora es mujer, pero el narrador de su novela es un personaje masculino. Es decir, no es biografía, ni está obligada (la escritora) a forzar a sus personajes a tener determinado sexo.
La novela es una paráfrasis y puesta al día de El jugador de Dostoievski. En ese sentido, narra los paseos de un jugador (hombre) por las salas contemporáneas de bingo.

Anónimo dijo...

Muy interesante. Intentaré hacerme con el libro lo antes posible.

Hacía un tiempo que no me pasaba por aquí, aunque lo antes lo hacía asiduamente. Que sepas que tienes un seguidor el Pais Vasco.