miércoles, julio 05, 2006

Sociedad del rumor

Me despierto, me duermo, me despierto. Y no ha pasado nada. Como en el cuento de Monterroso, cuando desperté la duda seguía ahí. Seguimos sin saber quién es el presidente electo y comenzamos a entrar en una dinámica de rumores que en nada beneficia el proceso que hoy comienza con el conteo, registro y sumatoria de las cifras que reflejan las actas electorales. Mientras, y haciendo caso omiso de las recomendaciones del consejero presidente del IFE (que ha visto reducida su imagen con este problema, nada que ver con el greñudito antecesor de Woldenberg), han empezado a correr los rumores y las "informaciones", enrareciendo aún más el ambiente electoral. De los escuchados, doy fe y apunto:

* Se rasuró el padrón electoral en zonas específicas (mayormente de apoyo al PRD) y en núcleos de población que se supone darían su apoyo a AMLO (jóvenes que votaban por primera vez y ancianos). Algo parecido a lo ocurrido en Estados Unidos con los exconvistos y los negros que votarían en contra de George Bush en las últimas elecciones presidenciales y que sin más fueron borrados del padrón.
* Las cifras de votación de presidente son menores a las de senadores, cuestión sospechosa, en tanto por la existencia de las casillas especiales para ciudadanos en tránsito, la cuestión tendría que ser al revés.
* Especialistas en informática aseguran que se pudo hacer un fraude cibernético con un algoritmo que controlara las tendencias numéricas hasta estabilizarse en cierto número y no permitir fluctuaciones fuera del algoritmo.
* Las cifras, al parecer, afectan solamente al candidato del PRD.
* Se redujeron, en el proceso de captura (errores de dedo) varios votos para AMLO.
* La tendencia de la gráfica es sumamente sospechosa (una curva casi perfecta), tomando en cuenta que la llegada de los resultados al PREP es azarosa, la gráfica tendría que haber presentado un mayor número de fluctuaciones. Tales como las que parece mostraba el conteo rápido de los científicos que desconfiaron de la ciencia en aras de la incertidumbre (¿entonces todo lo que se les pagó valió pa pura madre?, que alguien me explique).
* La encuesta de Televisa mostraba una tendencia de varios puntos a favor de AMLO, luego entonces, si era clara, ¿de dónde salió el repentino "sentido de responsabilidad"?
* Los únicos que no saben nada y se encuentran sumamente encabronados son los ciudadanos comunes y corrientes.
* Demasiado sospechosismo (ya saben quién, dixit) que un pueblo que cumplió con su obligación de asistir a las urnas no se merece.


Luego entonces, tendremos que seguir esperando. Hoy no habrá nada para nadie. Y probablemente mañana tampoco. Tendremos que seguir esperando mientras los rumores y las desconfianzas crecen. Hasta el sábado por la tarde, probablemente.

Mientras les dejo una cuestión para reflexionar, que ojalá les derrame el té (o el café, depende de lo que tomen), que escribió el taza en estos días:

"Fraude

No quiero perder la costumbre de hacerlo todo personal.

Se puede filosofar muy bonito sobre "el ser y sus foquitos" para zafarse de ese humillante recuerdo: todos los días te levantas con chinguiñas, mocos, resfrío, baba, caca, pretensiones políticas y sueños pachecos.

(No tengo nada contra la filosofía y su formalidad, pero le encuentro mucho más sentido si dedicas tu vida a entera a formular máximas (o te llamas Sören o Immanuel o Juan) que cuando te llamas Roberto o William y nomás jodes con tus encíclicas vacías).

Así que el fraude me está pasando a mí y estoy muy encabronada.

No debería estarlo. Debería ser la más fría y decir, "claro, ya sabíamos que esto iba a ocurrir". Pero mis amigos se sorprenden por teléfono y me preguntan "¿y si comprobamos que fue fraude, qué vamos a hacer?". No podemos comprobar que fue fraude. Y con lo agachones que somos como clase media, no vamos a hacer absolutamente nada.

Agachones como escritores, como periodistas, como artistas. En una semana, o en septiembre si se impugnan los resultados, vamos a regresar a pastar de nuestro sueño clasemediero: camionetita en un garage de puertas automáticas (o un Mini que pa'l caso es lo mismo), un hermoso labrador finolis que me quiera mucho, una mujercita limpia, delgadita, que no me haga quedar mal frente a mis cuates por su ignorancia, o un hombrecito no muy naco workaholic que me cumpla mis gustitos.

Lo peor es que yo tampoco creo en las instituciones. No creo en el voto, no creo en el Peje y mucho menos en el otro pelón.

Yo, como Lennon, dejé de creer en los Beatles desde hace más de 15 años.

No creo en intelectuales como Elenita P. que se refiere al pueblo de México como "gente tan buena", no creo en el IFE que se espera hasta las 11 de la noche para avisar que se tomarán tres días para inventar un resultado; no creo en el rey chiquito (AMLO) que dice respetar las instituciones pero que dicta un pacto entre todas las facciones, es decir, se pone a gobernar antes de que nosotros lo llamemos presidente.

No creo en FECAL que cierra el eje 8 a modo de boda de pueblo para pronunciarse ganador con la sonrisa de aquel que "ya chingó".

Sin afán de rasgarnos las vestiduras, les recuerdo, el fraude --hayan votado por quien hayan votado-- está dentro de sus casas."


Pd. pa'l usuario anónimo (y cobarde) del post anterior: Tengo tanto derecho a mi depresión vital como tú a tu neurosis poselectoral. Relájate, hay muchas cosas más aparte del resultado de las elecciones. Vive.

3 comentarios:

Neónidas: dijo...

Es evidente que este proceso electoral ha levantado muchas sospechas. Los candidatos ya deberìan de agarrarse a madrasos.

ira dijo...

Gracias por la reproducción Mr. Dust. Pinchi fraude, me sigue doliendo carajo.

Qué onda con ese usuario anónimo que le parece que la depresión está de más.

Tu trabajo, tu trabajo... no mames!

Es decir que el tipo ni siquiera se puso a pensar que tal vez lo que leyó ni siquiera era lo que "te pasa" sino lo que decidiste escribir (bien escrito además) aquél particular día acerca de un personaje que no eres tú (TÚ) sino el hombre dueño de este blog.

Los que no entiendan la metaficción, estarán por siempre condenados a vivir en la metarealidad.

Te mando un gran abrazo.

Y no estás viejo, estás antigüito, pero todavía traes buen motor.
:)

Anónimo dijo...

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